Amat (Güira de Melena, La Habana, 1950) posee una amplia carrera musical que se ha nutrido de su paso por grupos como Manguaré, la orquesta Adalberto Álvarez y su son y su más reciente proyecto, el Cabildo del son.
Amat es de esos artistas que sabe que va a ser músico suceda lo que suceda, por eso se enrolaba en cuanto guateque o descarga surgiera por el barrio. En bandas de música, grupos vocales, festivales rockeros, congas y rumbas.
Su papá era carbonero, un buen día uno de sus clientes no tenía con qué pagarle un saco de carbón y le dio en cambio una vieja y destartalada guitarra que no era más que un tres inventado. El carbonero dio por sentado que ésa sería el mejor regalo para su hijo Panchito.
Entonces Panchito buscó el apoyo de un tresero llamado Herminio Pérez y un tal Lucumí, de una banda de soneros. Todo fue de una manera un poco impírica.
Verdaderamente Pancho Amat comenzó estudiando profesionalmente en el Pedagógico de Ciudad Libertad y en 1971 se gradúa de profesor de Química y Física. En esos días visita a Cuba el Grupo Quilapayún, de Chile, y la Unión de Jóvenes Comunistas y la Dirección de Cultura toman la iniciativa de crear el grupo Manguaré, en la línea de los grupos del altiplano con música de barricada.
Amat es seleccionado para tocar la guitarra, el cuatro, el tiple y el charango. El grupo es asesorado por Frank Fernández. Junto a Manguaré se mantiene desde 1971 hasta 1988, por ese tiempo le llamaron “Pancho Manguaré”.
Así va adquiriendo desarrollo y de la mano del profesor y pianista Frank Fernández, comienza a hacer arreglos musicales. Investiga la música del altiplano, inicia estudios en la Escuela de Superación Profesional Ignacio Cervantes apoyado por los maestros Juan Elósegui y Rafael Lay; pero es el guitarrista Martín Rojas el que sugiere a Pancho que se dedique totalmente al tres por la importancia de esos instrumentistas dentro de las tradiciones del folclor sonero.
Es a partir de entonces cuando comienza a realizar por su propia cuenta investigaciones sobre los treseros más connotados: el Niño Rivera, Neneíto, Luis Lija Ortiz, Isaac Oviedo, José Antonio Castañeda, Felito Molina, Alfredo Boloña, Panchito Chevrolet, Hilario Ariza, Eliseo Silveira, Nené Manfugás, los hermanos Wilson, Chito Latamblé, Arsenio Rodríguez, Liviano.
También fue estudiando las posibilidades del laúd y todos ellos le fueron dando un bagaje especial. Hace mucho hincapié en la armonía y trata de aprender los secretos del tres, le ayuda mucho haber tocado el bongó y los instrumentos de percusión en las congas callejeras en su juventud. No discrimina entre el Niño Rivera y Paul McCartney. “Mi concepto, mi sonido consiste en trovar el son y sonear la trova”.
Va creando lo que pudiéramos llamar campos de colaboración con muchos músicos, agrupaciones y entidades culturales: Desde 1972 estuvo vinculado a la dirección del Movimiento de la Nueva Trova; participó junto a Silvio Rodríguez en su disco Días y Flores; trabajó en conciertos y discos de Pablo Milanés, Vicente Feliú, Sara González, Miriam Ramos, Alina Orraca, José María Vitier, Noel Nicola, Cuní y Chapottín. Con Adalberto Alvarez hizo algunos “solos” de tres en grabaciones del Conjunto Son 14 y desde 1987-1995 se mantuvo con el grupo Adalberto y su Son.
Ha trabajado con Papo Lucca, Sabina, Cesaria Evora, Oscar D´Leon, Ry Cooder, The Chieftain, Yomo Toro, John Pearson, Mongo Santamaría, Andy Montañez, Giovanni Hidalgo, Alfredo de la Fe, Víctor Jara. Cuenta con una valiosa participación al lado de Leo Brouwer, con el tres, en los Festivales de la Guitarra de La Habana entre 1984 y 1986.
Después de la separación de Adalberto y su Son, Pancho realizó trabajos con Juan Perro en un proyecto de rock-montuno en España. También se presentó con el “Cubanismo” y tocó con el dúo de Las Hermanas Fáez, de Santiago de Cuba.
Desde el 2000, Amat cuenta con su conjunto El Cabildo del Son, con el que ha viajado por muchos países y ha granado varios discos. Tiene una peña en el Museo Nacional de la Música y está en el proyecto Café Vista Alegre, un trabajo que espera tener buenos frutos en el campo internacional.
Pancho Amat ha llevado el tres por los mejores escenarios de Europa, Estados Unidos, América Latina y el Caribe.
Es además compositor: Llegó el tresero; En el café; Masa limpia; Para hacerte un regalo; Un bongosero en Nueva Orleans; Después que probaste qué; Un son para mi abuelo; Por un camino seguro.
Tiene música para documentales y cuentos televisivos. Ha hecho producciones a David Alvarez, Aliamén, Gina León, Sara González. Pancho lo ha hecho casi todo en la música y en el tres.
Para Adalberto Alvarez: “Pancho Amat es el mejor tresero de Cuba”, y según el musicólogo Danilo Orozco: “Pancho ha venido representando el ámbito del tres cubano, posee excelente sonido y una combinación equilibrada de estilos, en su facultad de improvisador estelar”.
Graduado de la escuela de superación para profesionales Ignacio Cervantes, siempre ha sido un estudioso de su instrumento. Su vocación como maestro lo ha convertido en un importante colaborador en el programa de desarrollo para la enseñanza artística, en especial del tres, auspiciado por el Instituto Cubano de la Música.
Varios de los fonogramas de Pancho Amat han sido galardonados en la Feria Internacional Cubadisco, como ocurrió en la edición 2010 con Mis raíces (Bis Music 2010), álbum que hizo con la cantante María Victoria Rodríguez y que resultó distinguido con el gran premio del certamen.
Amat «ha logrado tener un nivel muy alto como intérprete y como hacedor de una nueva línea en un instrumento que es popular».Ha elevado el tres como instrumento de concierto a través de la vinculación de conceptos de música clásica, jazz y aires trovadorescos es continuador en Cuba de la obra de célebres tocadores de tres como Arsenio Rodríguez. Es egresado de guitarra clásica por el conservatorio Ignacio Cervantes.
Ha trabajado con numerosos formatos de música cubana como tríos o cuartetos, conjuntos típicos, charangas, realizando incluso arreglos para orquesta sinfónica.
Para 1995 edita Son Por Tres disco que obtiene el Premio Nacional de la Crítica en Cubadisco. Trabaja con el rockero español Santiago Auserón en el proyecto Juan Perro, fusionando el tres con el rock.
En De San Antonio a Maisí, su segunda producción, combina diferentes estilos de la música cubana como el son y el bolero trabajando con su grupo el Cabildo del Son. Este álbum fue merecedor en Cubadisco 2002 del premio al Mejor Album de Música Tradicional.