Francisco Lancís fue un verdadero impulsor y símbolo viviente de la Ética Médica en Cuba.
Resumir la vida del profesor es muy difícil, si se tiene en cuenta su larga y fructífera trayectoria en el sector médico y, sobre todo, en la docencia de la Medicina Legal y la Ética y Deontología médicas.
Se graduó como médico en 1929. Comenzó su trabajo en la especialidad de Medicina Legal cuatro años después, al ser nombrado en el Servicio Médico Forense Municipal de La Habana.
En 1938 ingresa, por concurso, como médico legista y docente en la Cátedra de Medicina Legal y Toxicología. Aquí recibió una gran formación al lado de su Maestro el profesor Raimundo de Castro y Bachiller.
En 1943 comenzaron sus grandes triunfos científicos con la presentación de su brillante tesis de adscripción: «La aplicación de la fluorescencia ultravioleta a la identificación de las manchas de leche y calostro». En 1954 hizo sus famosas oposiciones para ingresar de manera oficial en el profesorado universitario. Estas oposiciones trascendieron, entre otras razones, porque obtuvo 100 puntos en cada uno de los cinco ejercicios del concurso-oposición, y porque en el programa que presentó, en forma de libro, incluyó seis lecciones de moral o ética médicas.
Su programa de la asignatura desarrollado en forma de libro presentado a dichos ejercicios, volumen de 386 páginas, constituye un magnifico ejemplo de la erudición alcanzada, ya en aquella época, por el profesor Lancís en las materias de su cátedra.
En el Hospital «General Calixto García», donde trabajó por 55 años, además de su asignatura de la Facultad de Medicina explicó, durante dieciocho años (1939-1957), la de Obstetricia Legal y Legislación Sanitaria de la Escuela de Comadronas o Parteras anexas a dicha Facultad; redactó sus cinco libros de texto, dos folletos, más de cien artículos científicos y colaboró en otros siete libros; presidió por muchos años, hasta el final de su vida, la Comisión Nacional de Ética Médica y el Consejo Científico del Hospital.
La destacada labor del profesor Francisco Lancís y Sánchez en el terreno de la Medicina Legal, sobre todo, después del triunfo revolucionario, hace que se le considere con justeza la figura más destacada de la especialidad en la segunda mitad del siglo XX, además del salvador y engrandecedor de esta ciencia en el contexto cubano.
Sencillez, modestia, sensibilidad, dedicación y ejemplo constante son atributos de la vida de este profesor, dignas de imitar y por lo que desempeñaría la Presidencia de la Comisión Nacional de Ética Médica, desde que esta fue creada hasta su fallecimiento.