Federico de Ibarzábal Plá

Federico de Ibarzábal Plá
Nacimiento:  
1894
Fallecimiento:  
6
/
11
/
1953

Poeta y cuentista.

Es autor de colecciones poéticas (El balcón de Julieta, 1916; Una ciudad del trópico, 1919; Nombre del tiempo, 1946) y de libros de cuentos, en los que se aprecia la influencia de Kipling y de Conrad (Derrelictos, 1937; La charca, 1938).

Es el autor de la primera antología del cuento cubano “Cuentos contemporáneos” (1937). Trabajó en importantes publicaciones nacionales. Es coautor de “La revolución de febrero” y “Datos para la historia” (1917).Dirigió la revista de poesía Apolo (1913). Fue jefe de información de Heraldo de Cuba, El Comercio y El País. Colaboró en Social, Bohemia, El Día, Mundial, Gráfico, Revista Habanera, Cuba Contemporánea y Carteles, donde también ocupó la responsabilidad de jefe de redacción. Autor de varios libros.

Abandonó los estudios de bachillerato para dedicarse al periodismo, en el que pronto descolló. Dirigió con Alfonso Camín la revista de poesía Apolo, cuyo primer número apareció en 1915. Fue también jefe de información de los diarios El Heraldo de Cuba, El Comercio, El País, sin dejar de colaborar en Bohemia, Social, Revista Habanera, Cuba Contemporánea. En la revista Carteles fue jefe de redacción.

Huerto lírico, de 1913, es la primera muestra de su poesía. A continuación vendrá un segundo libro, El balcón de Julieta, de 1916 —entonces Ibarzábal cuenta 22 años—; aunque los críticos opinan que con Una ciudad del trópico, de 1919, alcanza una realización más cabal su manera un tanto sarcástica de afrontar la vida.

Súmese, en la narrativa, la producción de tres novelas: La avalancha, La casa del Diablo (insertada como folletín en el diario El Crisol) y Tam-Tam, considerada la más lograda en cuanto a su capacidad para revelar el ambiente cubano. Tampoco debe obviarse su cuentística (donde reina el mar), reunida en dos volúmenes: Derrelictos, de 1937, y La charca, aparecido un año más tarde.

El autor se detuvo, además, en el ensayo, y al margen de las consideraciones con respecto a los valores de su obra en la poesía (el que más renombre le dio) y la narrativa, fue un autor leído abundantemente a lo largo de buena parte de la primera mitad del siglo XX y reconocido dentro del ámbito periodístico.

Se afirma que, al morir, quedaron inéditos varios de sus libros de poemas y cuentos.