Dulce María Escalona Almeida

Dulce María Escalona Almeida
Nacimiento:  
15
/
8
/
1901
Fallecimiento:  
22
/
2
/
1976

Prestigiosa pedagoga revolucionaria, quien dedicó su vida a la causa de la educación del pueblo cubano. Educadora relevante dentro de la vanguardia pedagógica del Siglo XX. Fue una de las mujeres de más talento y dedicación al estudio de los problemas de la educación y de la sociedad en los últimos 50 años del país. Contemporánea de Enrique José Varona; Alfredo M. Aguayo y Manuel Valdés Rodríguez, entre otros, supo asumir como ellos, lo mejor de la pedagogía cubana, legada por fundadores del siglo anterior: Félix Varela, José de la Luz y Caballero,José Martí.

Dulce María Escalona nació en Holguín. Obviamente su vida transcurrió inmersa en los procesos de convulsión revolucionaria, de los que fue testigo y protagonista. Tempranamente tuvo que ayudar en la crianza de diez hermanos varones, pues era ella la primogénita y única hembra; la madre, Juana, quedó viuda y Dulce María asumió esa responsabilidad. Su padre, Manuel, de estirpe mambisa dejó en ella profundas huellas de amor a la patria.

No obstante, su afán de superación la llevaron a estudiar magisterio en La Escuela Normal para Maestros de Santiago de Cuba y en 1921, se gradúa; simultáneamente lo hace de Bachiller en Ciencias y Letras. En 1924 se gradúa de Doctora en Pedagogía en la Universidad de La Habana. Se integra al Ala Izquierda del Directorio Estudiantil y como miembro de la Asociación Pedagógica Universitaria, participa en el I Congreso de Estudiantes.

Conoce a Julio Antonio Mella y colabora como Profesora de Matemática en la Universidad Popular "José Martí". Residía en Santiago de Cuba y había comenzado su labor magisterial en una escuelita rural; después trabajó en una privada. En 1926, obtiene por oposición, como Interna, la Cátedra de Academia de Ciencias de Cuba en la Escuela Normal para Maestros de Oriente de La Habana. Incluía: Física, Química e Historia Natural. En 1928, la asume como Titular.

Es cesanteada en 1930, por firmar la proclama estudiantil contra Gerardo Machado y encarcelada en 1931. No obstante, en “períodos de tregua” funda junto a Bernal del Riesgo, la "Asociación de Amigos de la Escuela Nueva" y junto a Alfredo M. Aguayo, la "Academia Pedagógica, para mantener la superación profesional de los maestros.

En 1934 es nombrada Directora de la Escuela Técnica Industrial (para hembras), de la Fundación Rosalía Abreu y ejerció como Profesora de Matemática. Fue esta una interesante experiencia pedagógica, digna de ser investigada. En este centro es detenida, en 1935 por no firmar la Declaración que condenaba la huelga general y llevada a la Cárcel de Mujeres de Guanabacoa.

En 1937, regresa a la ENM de La Habana como Profesora Titular de Matemática, hasta 1958. Entre 1948-1950, fue su Directora.

La corrupción político-administrativa se acrecienta en el país y penetra en este Centro Educacional; razón suficiente para decidirse a presentar su solicitud de jubilación en 1958. Desde 1939, se había graduado como Dra. en Ciencias Físico-Matemática

En 1959 triunfa La Revolución y con ella resurgen los ideales por los que tanto había luchado y como ella misma dijera: “….cuando la patria hace el reclamo, no hay más respuesta que la lucha:” Incorporada de inmediato a las nuevas tareas, forma parte de la Comisión de Depuración del Ministerio de Educación y poco después asume la Dirección Provincial de Educación de La Habana. Desde ella: - Organiza las Direcciones Municipales - Dirige la organización de las Oposiciones para cubrir 10 000 nuevas aulas de primaria. - Prepara el Documento que fundamenta la creación de la Comisión Nacional de Alfabetización. - Participa directamente en la preparación metodológica de los primeros maestros voluntarios. - Elabora el plan que convertiría las Escuelas Primarias Superiores (7º-8º-9º). - Confección de Planes de Estudio, programas, textos, preparación de profesores, habilitación de talleres, laboratorios, medios de enseñanza. En 1960, ocupa la Dirección Técnica de la Segunda Enseñanza y ello significó, emprender múltiples tareas inéditas hasta entonces.

En 1962, como Directora de la Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana, presenta una ponencia: “Esbozo de Reforma de la Escuela de Educación”. En ella, plantea objetivos de largo alcance, como era la fundación de Institutos de Investigación y la Academia de Ciencias Pedagógicas. En ella, se formarían especialistas en Historia y Teoría de la Educación, con una visión didáctico-materialista de su desarrollo; investigadores e innovadores en el campo de las metodologías especiales, expertos en planeamiento educacional, etc. y sugiere dedicar el año 1963 a la preparación de los cuadros didácticos indispensables para la elevación del nivel de los estudios pedagógicos. De esta ponencia, surge un proyecto más viable de inmediato: los Institutos Pedagógicos y en 1964 se fundan: “Enrique José Varona (C.Habana); “Félix Varela” (Santa Clara) y “Frank País” (Santiago de Cuba). Objetivo primordial: formar profesores para la Enseñanza Media.

No había antecedentes en Cuba y mucho menos, sobre las Escuelas Unificadas (de preescolar a 9º) que ella también organizó, como anexas a dichos Institutos. Fue la Directora fundadora del Varona, con 63 años de edad y puede afirmarse, que fue su gran obra educacional, pues la dedicación plena de rigor científico-pedagógico, la pasión genuina de educadora y el sentir y hacer revolucionario que puso en ella, no fue en vano.

Todos conocemos, del aporte que estos centros han hecho, al desarrollo educacional y cultural del país en más de 40 años. En 1967, comienza a quebrarse su salud y en 1969, es designada Asesora General, al solicitar ser relevada como Directora.

Para los que no la conocieron, se impone una pregunta: “¿Cómo era Dulce María Escalona?”. El Dr. Carlos M. Valdés Gárciga, nos la describe así: “……una persona que sin ser alta….su sola presencia inspiraba respeto. Su porte era distinguido, sin ser altanero; su mirada, profunda y firma. Pausada al caminar y de palabra fácil y elegante, expresión de un pensamiento profundo, nunca ligero”. “Con su rostro severo, pero no adusto y dispuesto lo mismo a la sonrisa amigable que al gesto dominante o conminatorio, según fuera preciso, impresionaba desde el primer contacto personal”. Como educadora reunía valiosas cualidades, y entre las más significativas citaremos las siguientes: - Conducta social y política consecuente con sus convicciones revolucionarias. - Honestidad y justicia: divisas primordiales. - Exigente, perseverante, disciplinada, organizada y buena organizadora. - Sencillez, pulcritud, modestia. - Ejemplo de educación formal. - Sensibilidad humana, sin estridencias. Placer, amor, por la enseñanza, por sus alumnos. - Actitud infatigable ante la autosuperación, y la de sus alumnos y colaboradores. Además, conviene señalar una característica muy significativa: aborrecía la adulonería y la sumisión; disfrutaba con la controversia bien sustentada en el razonamiento.

Su legado pedagógico, no quedó precisamente escrito, es decir, en blanco y negro; pero quedó en obras que hoy palpamos y lo más importante, la dejó impresa indeleblemente en hombres y mujeres de bien, que recibieron su influencia educadora, no solo directamente, dentro del marco estrecho de un aula, sino indirectamente, como colaboradores, como dirigente, como compañera. No obstante, se impone destacar su investigación sobre la enseñanza de la Metodología de la Aritmética en la Escuela Primaria (1937-1951) con un rigor científico-pedagógico-psicológico, digno de tenerse en cuenta. La investigación no sólo abarcó la parte metodológica, incluyó la confección de los textos (preescolar a 6º grado) que incluía desde el tamaño de ellos, hasta la cantidad de palabras en cada página y la ubicación y calidad de las ilustraciones.

Atendió además a la confección de medios de enseñanza y a las orientaciones metodológicas que los maestros debían analizar. Insistía en la necesidad de enseñar al niño a pensar y solo se logra haciéndolo pensar; la comprensión del significado de la operación debe prender a su representación simbólica; lo mismo en relación con la ejercitación del cálculo.

Abogó siempre por la vinculación instrucción-educación; el estudio-trabajo; por el desarrollo de la capacidad creadora, así como una disciplina consciente; fue una abanderada de la politecnización de la enseñanza, así como de la formación integral del educando, de la que ella misma era un ejemplo. Cuando hoy hablamos de cambios en la Secundaria Básica; del papel que están desempeñando los Institutos Pedagógicos en la municipalización de la Universidad; o nos referimos con orgullo a la T.V. Educativa o las escuelas Unificadas que aun existen, la inmensa mayoría, incluyendo profesores, desconocen el nombre de la persona, que jugó un importantísimo papel en el origen de esos planes, hace solo apenas cuarenta años. Es por estas y otras muchas razones, que el espacio nos impide explicitar, que hay que considerar a la Dra. Dulce María Escalona Almeida como una de las educadoras relevantes dentro de la vanguardia pedagógica del siglo XX.

En un álbum de graduados de la Escuela Normal para Maestros de La Habana, de 1945, dejó este mensaje, que es plenamente válido: “……El maestro ha de prepararse para llevar al aula el ejemplo de una vida digna, el aporte de una preparación depurada por el esfuerzo sin tregua y la fe en un mañana mejor”.

En 1972 recibió la Categoría de Profesora Emérita de La Universidad de la Habana.

Falleció el 22 de febrero de 1976 en Ciudad de La Habana y en su despedida, el Dr. Armando Hart dijo, entre otras cosas: “……Dulce María Escalona fue una de la mujeres de más talento y dedicación al estudio de los problemas de la educación y de la sociedad en los últimos 50 años en Cuba. A lo largo de toda su actividad, los ideales de una educación mejor se estrecharos en su sentimiento con los ideales de izquierda y antiimperialistas”. “……..fue Dulce María Escalona ese tipo de maestra que nos puede servir de modelo de director de escuela: un maestro respetado, y querido; de firmeza y fortaleza, pero a la vez, con un amor infinito por sus alumnos.”.

Casa estudiantil (Castillito)
Esta fue la residencia particular de Batista dentro del campamento de Columbia. Él también tenía una finca de recreo en Kukine, cerca de El Guatao, donde hoy existe un Instituto Tecnológico. Esta casa es una mezcla de castillo, cuartel y casa, reminiscencia feudal, dictatorial y burguesa de su último ocupante.

De esta casa salió huyendo el 1 de enero de 1959 cuando ya el Ejército Rebelde tenía ganada la guerra luego de las victorias en Villa Clara y Yaguajay por los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

Después de convertirse el cuartel en escuela, aquí funcionó la Dirección General de la Campaña de Alfabetización; más tarde, radicó en ella la Dirección Nacional de Becas y, después, se convirtió en una biblioteca del Instituto Superior Pedagógico "Enrique José Varona" hasta llegar a ser lo que es hoy: su Casa estudiantil.

Aquí se encuentra el Sitial de la Dra. Escalona. En este lugar se rinde homenaje a la Dra. Dulce María Escalona Almeida (Biblioteca Provincial de Holguín, 1901-1976), destacada pedagoga revolucionaria, quien dedicó su vida a la causa de la educación del pueblo. Fundadora del Instituto Pedagógico Enrique José Varona, consagró todas sus energías e inteligencia, al desarrollo y consolidación de esta institución.

En esta pequeña habitación, donde tuvo su último local de trabajo, se conservan documentos y proyectos con los cuales trabajaba, virtualmente, en el momento de su fallecimiento, el 22 de febrero de 1976. Este es un lugar de obligada visita para las nuevas generaciones de estudiantes del ISP Varona, quienes no tuvieron el privilegio histórico de conocer a esta excepcional mujer.