Militar y político cubano. General de Brigada que luchó con Máximo Gómez, de quien fue jefe de Estado Mayor (1897) y vicepresidente de la República en Armas (1898), presidente de la Asamblea Constituyente (1901) y de nuevo vicepresidente de la República (1904-1906) con Estrada Palma. Presidió la junta revolucionaria que derribó al dictador Machado.
Nació en Lagunillas, cerca de Cárdenas, Matanzas. La fragua de la tierra natal comenzaba a humear por el fuego del patriotismo. En el hogar paterno respiró cubanía, aprendió el amor por la tierra. Y cuando aquel suelo comenzó a empaparse en su sangre por la libertad de Cuba vio el ejemplo de sus mayores ayudando a los soldados de la independencia, quienes venían a refugiarse en la paterna finca “San Francisco”.
Estudió en el mejor colegio cardenense de la época: “El Progreso”. Durante su estancia en el plantel vivió en carne propia la odisea del hermano mayor, Fernando, involucrado en el siniestro destino de los estudiantes de Medicina en 1871.
Deseaba realizar estudios superiores, pero la situación familiar empeoró y su sueño se tronchó durante algún tiempo.
Tuvo que desempeñarse como labriego, pero cuando cumplió 15 años de edad se trasladó a La Habana. Impartió clases para ganarse el sustento. Al mismo tiempo matriculó Derecho, en la Universidad.
Se graduó de abogado en 1888, lo que le permitió alcanzar una sólida posición económica. Fundó un hogar y fue reconocido entre los mejores jurisconsultos de la capital.
Se enroló en la conspiración y al llamado de la patria ingresó en 1894 en el Partido Revolucionario Cubano, fundado por Martí para dirigir la guerra. En febrero de 1896, después de múltiples esfuerzos, logró su anhelo de incorporarse al Ejército Libertador, en el ingenio “Matilde”, cerca de Camaguán.
En este acto le otorgaron los grados de capitán. El 8 de febrero recibió su bautismo de fuego, en la acción de Pablo Prieto. En marzo de 1896 fue nombrado gobernador civil de Las Villas a decisión del consejo de gobierno, presidido por Salvador Cisneros Betancourt, quien también le otorgó el grado de coronel.
En 1897 Máximo Gómez propuso al consejo de gobierno que fuese designado jefe del cuerpo jurídico del Ejército Libertador con el grado de general de brigada. En estas circunstancias Gómez efectuó el ataque al pueblo fortificado de Arroyo Blanco donde Domingo Méndez Capote estrenó sus estrellas, al participar en el combate de Juan Criollo (1 de febrero de 1897). Participó en la asamblea de la Yaya, donde resultó electo vicepresidente del consejo de gobierno el 28 de octubre de 1897.
Ante la intromisión de los EEUU en la guerra cubana contra España, Méndez Capote fue el promovente y redactor del manifiesto de Sebastopol firmado por el presidente de la República en Armas, Bartolomé Masó, el 24 de abril de 1898. El 24 de octubre de 1898, el gobierno revolucionario cubano celebró una asamblea magna en Santa Cruz del Sur, provincia de Camagüey. Domingo Méndez Capote tomó parte en representación del cuarto cuerpo de Ejército y fue designado como presidente donde decretó el licenciamiento del ejército cubano.
Poco después, durante la primera intervención norteamericana, el gobierno del mayor general John R. Brooke lo nombró secretario de estado y gobernación. En 1900 fue seleccionado para representar a La Habana en la Asamblea Constituyente de 1901, en la que dirigió sus trabajos. También fue electo presidente de dicha convención (Costa 312).
Luego fue nombrado Senador por la provincia de Matanzas y fue Presidente del Senado de la república desde 1902 hasta 1904. En las elecciones de 1905 resultó nominado vicepresidente de la República, acompañando al nuevo período de don Tomás Estrada Palma, cargo al que renunció para facilitar la situación creada en el país.
En 1906 se postuló para la Vice-Presidencia de la república, con Tomás Estada Palma buscando la reelección a la presidencia. Ambos salieron electos, pero poco después Méndez Capote renunció a su cargo. Encabezó el partido republicano en La Habana y fue uno de los creadores del partido moderado.
Se volvió a postular a la Vice-Presidencia de la república, esta vez junto al ex-presidente Mario García Menocal, quien se volvía a postular a la presidencia. Dicha fórmula fue derrotada al ser electos el general Gerardo Machado, presidente, y Carlos de la Rosa, vice-presidente.
Derrotado en la elecciones de 1924 mediante métodos fraudulentos, comprendió el carácter reaccionario y sanguinario de Gerardo Machado y encabezó una junta revolucionaria, la cual fue descubierta y tuvo que exiliarse, y no regresó hasta la caída del tirano.
Actividad como jurista
Se licenció en derecho administrativo, doctor en derecho civil y canónico, además de profesor de esas materias en la Universidad de La Habana desde 1890 hasta 1895, cuando partió a la gesta independentista.
Al frente del departamento jurídico, reestructuró la Ley Orgánica Militar, elaboró el código penal, en el que señalaba la pena de muerte para quien entrara en tratos con el enemigo sobre cualquier base que no fuera la absoluta e inmediata independencia de la Isla; también redactó la Ley de Enjuiciamiento Militar y el reglamento del cuerpo jurídico- militar de la República en Armas.
En nuestras luchas por la soberanía nacional, fue el brigadier Domingo Méndez Capote el primer auditor general del Ejército Libertador en Cuba, quien ejerciera esta función pública bajo la dominación de la metrópoli española.
Quizás el general de brigada Domingo Méndez Capote, el más civil de los generales, no estuvo a la altura de lo que necesitaba la República, pero no participó en los fraudes y negocios ilícitos de la época y entregó de sí lo que pensó que era lo mejor para Cuba, a la cual tanto amó. Murió poco después en La Habana el 16 de junio de 1934.