Libretista de novelas y aventuras, destacado director de la televisión y el teatro cubanos, ensayista y escritor de cuentos. Premio Nacional de TV 2006
Conoció el teatro cuando era estudiante de bachillerato en el Instituto de La Habana, alrededor de la década del cuarenta, y desde entonces este tuvo una presencia notable en la vida y obra de Silvano Suárez.
Se inició en 1949 como libretista de novelas y aventuras de la televisión. Desde entonces acumuló una vasta experiencia que floreció en 1963 con la fundación del espacio Aventuras en el canal 6 de la Televisión Cubana, programa que inició una nueva etapa dentro de la televisión, pues implicó la sustitución de todos los espacios al estilo norteamericano, como Patrullas de caminos, Bat Masterson, El sheriff de Cochice, etc., por otros con mayor contenido inspirados en obras de la literatura universal. Dirigió la primera serie de aventuras trasmitida en este espacio: Veinte mil leguas de viaje submarino, con la actuación del destacado actor cubano Enrique Almirante, en el papel del capitán Nemo.
Como parte de Aventuras, Silvano Suárez dirigió también las dos series de El Zorro. Fue precisamente en la segunda donde, en el rol de uno de los hermanos Malpica, se dio a conocer Luis Rielo, destacado actor de la televisión cubana, famoso por su interpretación de personajes negativos.
A partir del precedente establecido por las aventuras Robin Hood, las series de El zorro dirigidas por Silvano Suárez, crearon una especie de locura televisiva, en el horario de siete y media a ocho de la noche. El país prácticamente se paralizaba.
Como parte de su quehacer de esos años inauguró en 1964 el espacio El cuento universal en televisión, con el cuento Entre dos pisos de María Ortoll, que dirigió junto a Carlos Piñeiro, y que fue protagonizado por Maritza Rosales y Enrique Almirante. Este trabajo fue una de las obras mejor recibidas por la crítica del momento. Sobre ella Orlando Quiroga escribió en Bohemia el 10 de abril de 1964:
“Silvano Suárez y Carlos Piñeiro lograron conducir este relato, en El cuento universal con una maestría digna […]. Y para hacerlo tenían solamente dos personajes, pero encontraron a un Enrique Almirante superior a sí mismo y a Maritza Rosales, quien volvió a demostrar que ella es una actriz capaz de meterse en la piel de las caracterizaciones más insólitas […]. La más bella labor de cámaras en el mes resultó cuando Silvano sacó las cámaras a la Plaza de la Catedral. Allí las piedras vivas […] adquirieron el toque mágico de los inmortales.”
Su obra en la televisión incluye también una amplia lista de telenovelas en las que dirigió a figuras destacadísimas de la televisión cubana. En su aclamada novela Primavera en Budapest, que lo hizo merecedor de un premio Caracol en dirección, debutó la afamada actriz cubana Susana Pérez, quien trabajó junto al director en múltiples ocasiones a lo largo de su carrera artística. También en una obra de Silvano Suárez debutó en televisión la actriz Beatriz Valdés en el teleteatro cubano Los novios, en 1981. Tuvo bajo su dirección la novela Magdalena con un elenco integrado por reconocidos actores cubanos como Susana Pérez, Tahimí Alvariño y José Antonio Rodríguez, entre otros.
Silvano Suárez tuvo estrechos vínculos con las artes escénicas desde muy temprano en su carrera. A lo largo de varias décadas de trabajo en la televisión, dirigió versiones de importantes obras de dramaturgos latinoamericanos. Fue el responsable del primer teleteatro trasmitido por la televisión cubana, pero no solo hizo teatro en televisión, sino también sobre las tablas.
Uno de los hitos más importantes de su carrera es la puesta en escena de Mi socio Manolo, obra que tuvo un importante recorrido internacional por Venezuela, Argentina y México a finales de la década de los ochenta; y que ha tenido varias versiones, a cargo de diversos grupos teatrales y en la televisión dentro de la Isla.
También se destaca el montaje de Silvano Suárez de la obra ¡Hip…hip…ufa!, del argentino Dalmiro Sáenz, Premio Casa de las Américas de Teatro en el año 1967.
En su labor teatral se incluyen obras como El Apagón, protagonizada por Tahimí Alvariño; Ernesto, premio Caracol en 1979; La carta, con Teatro Estudio, que se estrenó en 1988 en la Sala Teatro Hubert de Blanck, en La Habana; y Aquiles y la tortuga, estrenada en 1989 en el Teatro Nacional de Cuba, una obra basada en Historias de caracol del consagrado dramaturgo cubano Reinaldo Montero.
Su más reciente trabajo fue Uno para todos, una adaptación para la televisión realizada a partir de la obra teatral Tute cabrero, del prestigioso dramaturgo argentino Roberto Cossa, que trata sobre tres amigos, compañeros de trabajo y de diferentes generaciones, que ponen en crisis sus relaciones personales y familiares, a partir de un conflicto generado en la empresa donde siempre han trabajado. La premier de esta obra se realizó en noviembre de 2008 en la sala Manuel Galich de la Casa de las Américas. Para su realización contó con un elenco en el que figuran Martha del Río, Carlos Padrón, y Renecito de la Cruz, entre otros.
Fue miembro de la primera comisión nacional de evaluación de directores de la televisión. Ha impartido cursos sobre guion y realización de televisión en la escuela de capacitación del ICRT. Fue vicepresidente de la sección de radio, cine y televisión de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y ha sido jurado de varios concursos nacionales (premio Caracol de la UNEAC en 1968, Festival Nacional de Teatro de Camagüey 1986, y el concurso MINFAR-ICRT) e internacionales (Concurso Eurovisión 1979 en Bulgaria). Actualmente se desempeña como guionista y director en la vicepresidencia creativa del ICRT. Como escritor publicó cuentos en las revistas Bohemia,Cartelera, Lunes de Revolución, entre otras. Escribió un importante ensayo sobre la novelística de Ernest Hemingway. Fue además el director de los primeros programas didácticos de la Escuela Internacional de Teatro de América Latina y el Caribe (EITALC).
Entre los reconocimientos que ha recibido se encuentra el premio de la Unión de Periodistas de Bulgaria en 1979, la Medalla Raúl Gómez García, el sello 50 Aniversario de la Televisión Cubana, el Diploma de Reconocimiento por el 40 Aniversario del ICRT, y el Premio Nacional de Televisión 2005.