ALBIO MIGUEL PAZ HERNÁNDEZ
-DRAMATURGO Y DIRECTOR TEATRAL-
Nacido en Zulueta, Villa Clara, fue uno de los más importantes dramaturgos y director de la escena cubana.
En 1959 inicia su trayectoria teatral con las brigadas artísticas en el municipio de Guanabacoa, bajo la dirección de Julio Martínez Aparicio y al siguiente año, antes de matricular actuación en la Academia de Arte Dramático de La Habana, participa en varios proyectos auspiciados por el Consejo Provincial de Cultura. En 1964 forma parte de la Brigada Francisco Cobarrubias y en 1966 ingresa en el Conjunto Dramático Nacional.
Fue miembro en 1968 de la primera representación del Conjunto Dramático Nacional en el extranjero y es fundador del legendario grupo de Teatro Escambray en el que permanece hasta 1975, iniciando una serie de aportes a la dramaturgia nacional a partir de constantes búsquedas y hallazgos que lo hacen abandonar la actuación y dedicarse a la dramaturgia y a la dirección.
Autor de La Vitrina, la primera obra con la que en 1971 Teatro Escambray devuelve la imagen del campesino que había recibido y se empiezan a ensayar fórmulas y soluciones dramáticas con una trascendencia para el teatro nacional que la convierten en un hito de la historia del colectivo, ayudando a transformar a través del arte las estructuras sociales y psicológicas del campesino cubano, con la que obtiene el premio al mejor texto cubano en el Panorama Nacional de Teatro, 1975.
En esta etapa escribe otras obras que marcan y particularizan una estética como El Rentista, El Paraíso recobrado (Premio al mejor texto en el panorama Nacional de Teatro, 1976) que detonan la labor de servicio del autor, además de participar en proyectos de investigación social, como el de la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana, dirigido por la Doctora Graciela Pogolotti, en algunos inconclusos como el de la Sierra del Rosario, y en eventos tan importantes como el Festival Primavera, de Moscú, como invitado especial y el de Teatro de Las Naciones, Caracas.
Durante una breve etapa es miembro de Teatro Estudio. En 1977 funda el grupo Cubana de Acero en la metalúrgica de ese nombre, centro vital de la economía del país, en el que ayudado por su experiencia con el Escambray inicia una investigación de ese sector proletario para los que escribe obras que inician el tratamiento de nuevas temáticas en la dramaturgia nacional, la del sector obrero en la construcción del socialismo, como Autolimitación, con la que se presentó con éxito en el I Festival de Teatro Nuevo, y Huelga, esta última Premio Casa de las Américas, 1981, con la que viaja con el grupo al Festival Latino de Nueva York, obra de indudable valor testimonial y artístico del período 1936 a 1938 en la American Steel Company. Su labor de investigación sociocultural en la zona obrero metalúrgica fue altamente valorada por los ministerios de la Cultura y el sector de la industria pesada.
En 1985 a petición del Gobierno, el Partido y la Dirección de Cultura en la provincia de Matanzas llega a esta ciudad para dirigir El Mirón Cubano, labor que inicia con una intensa y profunda investigación en el sector azucarero junto a los miembros del colectivo que trae como resultado la obra El Gato de Chinchila y la locura a caballo que tiene una amplia repercusión nacional tanto de la crítica como del público que debate en los centros de trabajo la propuesta artístico social. Con esta obra participan en el Festival Internacional de Berlín.
A partir de esta fecha, inicia al frente del colectivo una intensa labor con más de veinte montajes de obras escritas o versionadas por él, entre las que sobresalen; Fragata (Premio Cobarrubias de la UNEAC), Las penas que a mí me matan (Premio del Festival del Monólogo de La Habana), El Gato y la Golondrina (Premio de Puesta en Escena del Festival de Camaguey y el de niños y Jóvenes, Guanabacoa), La extraña y anacrónica aventura de Don Qujote y otros sucesos dignos de saberse y representarse (Premio Villanueva, 1994).
Es de destacar en su trayectoria artística su apego a un teatro popular que en El Mirón Cubano desde 1989 se va a caracterizar por un trabajo sistemático en la experimentación y la investigación de un lenguaje de eficaz comunicación con el público y de búsqueda de nuevos espacios, acercamiento paulatino a una estética del teatro callejero, denotando en los montajes y dramaturgia un novedoso estilo dentro de esta modalidad en Cuba, de la que se pueden considerar iniciadores y en la que en la personalidad de Albio Paz constituye entre otros uno de sus aportes más importantes al teatro matancero y nacional, lo que ha permitido que sus obras sean vistas en los más recónditos parajes y sistemáticamente en las escuelas, fábricas, parques cubanos pero también en prestigiosos festivales en Cuba y en el extranjero como los del Oriente, en Venezuela, Baracaldo, Molina de Segura, La Ruta del Quijote, Aguines, España, Festival Iberoamericano de Bogotá, Colombia, Wentestache, Alemania, además de la sistemática participación durante la década del noventa a las Fiestas de María Pita, La Coruña, España.
Las obras de Albio Paz a partir de 1971, que inicia su labor como director y dramaturgo han sido vistas en Venezuela, Estados Unidos, Alemania, España, Colombia, México, publicadas en Cuba, Checoslovaquia y Alemania, entre otros.
Trabajos críticos sobre sus puestas y dramaturgia aparecen recogidas en importantes revistas especializadas de Cuba y el extranjero.
Fue miembro de la UNEAC y presidente y vice-presidente de la Filial de Teatro de La Habana, así como presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas en Matanzas.
Impartió talleres de actuación en Cuba y el extranjero.
Le fueron otorgadas las Medallas:
»Alejo Carpentier
»Raúl Gómez García
»Antero Regalado
»Distinción por la Cultura Nacional
»Distinción Teatro Sauto