Alberto Villalón, guitarrista e intérprete del género trovadoresco, fue igualmente un compositor destacado. A su inspiración se deben piezas que por su calidad han resistido el paso de los años, como son: "Yo reiré cuando tú llores", "La palma herida", "Boda negra", "Penas y flores", por mencionar algunas. Además compuso guarachas, guajiras y rumbas.
Villalón fue profesor de guitarra, aprendizaje que obtuvo de ese otro grande de la música cubana, Pepe Sánchez. Viajó en diversas ocasiones a México y Estados Unidos y fundó, con Ignacio Piñeiro y Juan de la Cruz, el Sexteto Nacional.
Nacido en Santiago de Cuba el 7 de junio de 1882, fue el sexto hijo de Carmen Morales y Luis Villalón. La holgada situación económica de su familia favoreció su formación como músico. A diferencia de la mayoría de los cantadores y tocadores de su época, Villalón tocaba el piano y podía leer música.
Su hermana América lo inició de niño en estudios de solfeo y teoría. Estudió guitarra con José (Pepe) Sánchez, luego conocido como “padre del bolero”, pues su obra Tristezas, editada en 1885, fue la primera pieza impresa del género.
Villalón alcanzó gran dominio de la guitarra, y notoriedad, desde muy joven, en el ámbito musical de Santiago de Cuba, por sus originales acompañamientos. Era reconocido su bordoneo en los bajos, completamente distinto al de otros trovadores.
En el año 1900 pasó a residir en La Habana, donde en 1905 compuso La ausencia, que de inmediato integró el repertorio de los dúos y tríos más famosos de la época.
Para la escena teatral escribió la música de la revista El triunfo del bolero, estrenada en el teatro Tívoli en 1906, en la cual se incluyó Cuando el ocaso, una de sus obras más conocidas. Críticos y estudiosos han considerado que fue Villalón quien dio a conocer en La Habana el “bolero oriental”.
Algunas de sus obras fueron estrenadas con éxito en el Teatro Alhambra, famoso coliseo en el cual se desarrollaron géneros de la música cubana como la clave, la rumba, la guaracha y la canción.
Si bien discretamente, Villalón formó parte de la bohemia habanera que desde inicios del siglo XX cantaba y tocaba en cafés de la ciudad, entre ellos el concurrido Vista Alegre, en un céntrico sitio de la capital cubana, frente al malecón. Allí alternó con muchos cantores y guitarristas (más tarde llamados trovadores) y mostró sus composiciones ante un público ávido de escuchar nuevos boleros, guarachas y canciones.
Según el testimonio del musicógrafo Ezequiel Rodríguez, quien lo conoció, Villalón, justamente considerado trovador, no siguió sin embargo en su modo de vida “el esquema tradicional que identificaba su profesión con una bohemia trashumante”, pues era de presencia distinguida y vida ordenada.
Al parecer realizó sus primeras grabaciones en 1919, para la firma Columbia –según consta en la Discografía de la Música Cubana de Cristóbal Díaz Ayala–, con obras de Jorge Anckermann y Manuel Mauri, sin que se mencionen otros participantes en aquellos discos, hoy prácticamente imposibles de encontrar. Es posible que los intérpretes fueran los del Cuarteto Villalón, fundado en 1908 e integrado por Adolfo Colombo, tenor; Claudio García, barítono; Emilio Reinoso, ejecutante de mandolina, y Alberto Villalón, guitarrista y director.
En 1911, en Camden (New Jersey, Estados Unidos) actuó para los tenores Enrico Caruso y Antonio Scoetti. En 1923 fundó el Trío Villalón –con Juan de la Cruz, tenor, y Bienvenido León, barítono–, que ofreció conciertos de canciones cubanas en el teatro Payret de La Habana, con la guitarra de Villalón. Ese mismo año el trío realizó una serie de grabaciones para la firma Brunswick, con Pedro Martínez en sustitución del barítono Bienvenido León.
A pesar de que en 1923 Villalón era muy conocido como compositor, ninguna de las veinticinco piezas grabadas por su trío para la firma Brunswick fue de su autoría; en cambio, aparecen en ese grupo varias de Sindo Garay, y muchas del cantante Juan de la Cruz.
Por esa época otros intérpretes –y en particular Floro Zorrilla- habían llevado al disco numerosas composiciones de Villalón como Ofelia, Querer y que no te quieran, Volverás, Estás en el ten contén, Me voy para España, Como me matas, mueras y Los muertos de esa tumba no están muertos, todas registradas fonográficamente para la RCA Victor en el año 1920, con Villalón en la guitarra. También grabaron piezas suyas en esa década los tenores Mariano Meléndez y Adolfo Colombo, a quien Villalón comenzó a acompañar a la guitarra en cilindros Edison en 1906, y en discos desde 1907.
Sus creaciones contaron con frecuencia con letras de poetas, periodistas y escritores de cierto relieve en su época, entre ellos Pedro Mata, Julio Florez, Francisco Vélez Alvarado y Félix Soloni. Villalón compuso, por otra parte, en homenaje a figuras de la historia cubana y a próceres de la guerra de independencia como José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, obras que ganaron renombre: Maceo (1900), La palma, Bolero a Martí (1901) y La palma herida (1905); también a políticos que gozaron de su simpatía, como los presidentes Tomás Estrada Palma y José Miguel Gómez.
En 1927, Villalón estuvo entre los fundadores del Sexteto Nacional de Ignacio Piñeiro. Tomó parte como guitarrista en las primeras grabaciones que el grupo realizó en Estados Unidos para la firma Columbia en el mismo año, cuando llevó al disco tres sones suyos: Cubaneo, ¿Dónde vas con el rabo? y Cayó en la loma.
En las siguientes sesiones de grabación del Sexteto Nacional (en 1928, y en 1929 en Madrid, como septeto, con la adición de la trompeta de Lázaro Herrera) Villalón ya no participaba.
Radamés Giro, en su Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, comenta sobre Villalón que, además de instrumentista y compositor original, fue un notable guitarrista acompañante, que dominaba la guitarra clásica (fue profesor del instrumento), no sólo en cuanto a la técnica, sino en la conjugación de los acordes, de los cuales hacía inversiones que lograban una armonía bella e interesante, como ocurre en su canción Ya estamos lejos.
Alberto Villalón compuso Los mambises, su primera canción, a los catorce años de edad. Escribió cientos de boleros, guajiras, rumbas, criollas, guarachas y canciones, la mayor parte de los cuales fueron grabados en cilindro o disco a lo largo de su vida.
Ya reiré cuando tú llores, una clave de su autoría con texto de Pedro Mata, ha conocido versiones de destacados intérpretes como Miguelito Valdés, Barbarito Diez y las Hermanas Martí.
También con letra de Pedro Mata compuso Me da miedo quererte, incluida en una serie de composiciones suyas de ambiente macabro, entre las cuales se destaca la canción Los muertos de esa tumba no están muertos, el bolero Yo debiera matarte y su obra más difundida, el capricho-bolero Boda negra, con letra atribuida a Julio Flórez, aunque investigaciones recientes han demostrado que los tétricos versos fueron escritos por el sacerdote venezolano Carlos Borges.
En 1951 le fue otorgada la Medalla Conmemorativa del Primer Centenario de la Bandera Cubana, por su destacado trabajo como trovador y por su obra musical.
Alberto Villalón falleció en La Habana el 16 de julio de 1955. Entre los más destacados intérpretes de su música se cuentan las Hermanas Martí –Amelia y Berta–, quienes dedicaron en 1974 un disco de larga duración (Areíto-Egrem) a sus creaciones.