Graduado de Diseño Informacional en el Instituto Superior de Diseño Industrial, su formación musical es autodidacta. Desde el preuniversitario integró un grupo de trova llamado Carpe Diem, y desde entonces la música lo atrapó para no abandonarlo más.
Fue organizador y anfitrión de la peña La Séptima Cuerda en la Biblioteca Pública "Rubén Martínez Villena", en la Habana Vieja, un espacio dirigido a la juventud y desde el cual Berazaín ganó seguidores de su música, cada vez más comprometida con su tiempo. También ha estado presente en eventos de carácter nacional como "Al sur de mi mochila" en Cienfuegos, "Longina" en Santa Clara, "Canción política" en Guantánamo y en los encuentros de "La tropa Cósmica" en ciudad de La Habana.
La armónica es uno de los elementos que distingue su trabajo musical, la aprendió a tocar con Frank Delgado, y ha sido sobre todo su virtuosismo con este instrumento el que lo ha conducido hasta los estudios de grabaciones para acompañar a otros cantautores e incluso a bandas de rock. Ha colaborado como músico en obras audiovisuales como la telenovela El balcón de los helechos, el largometraje Jura decir la verdad y los cortometrajes Monte Rouge, High Tech y Photoshop.
Es autor de los discos independientes Escúchame de un portazo, de 2004, Cantar en el tejado, de 2006, y Adrián Berazaín y Bajo Techo, también de 2006.
Se ha presentado en diferentes escenarios de la capital y el resto del país y ha trabajado con trovadores como Frank Delgado, Vicente Feliú, Liuba María Hevia, Augusto Blanca, Marta Campos, Ireno García, William Vivanco, David Torrens, Erick Sánchez, Fernando Bécquer, Diego Cano, entre otros.
Berazaín afirma: Del Indio Naborí, Adrián Berazaín aprendió que en las creaciones musicales no se puede "inventar" lo que no se ha vivido. De modo que sus canciones devienen espejo de sus satisfacciones y derroteros personales, de sus experiencias más penetrantes, de sus fehacientes ansias de vivir, de esa pasión que pone en cada letra y nota de guitarra.
Quizás por eso en los últimos tiempos este joven cantautor cubano sea tan aclamado, no solo por las nuevas generaciones, sino también por quienes ven en él a un actual seguidor, a su manera, de esos nombres que han marcado la trova insular.
Sus temas se apartan del sentido eminentemente comercial que germina en las canciones de ahora, apegándose a una creación más personal, sentida y pensada en busca de transmitir emociones, no solo amorosas.
"Desde pequeño siempre escuché muchas canciones de Silvio, Pablo, recibí gran influencia de Los Beatles, mayormente por mis padres que me inculcaron ese gusto. A lo mejor si hubiera escuchado otro tipo de música, me hubiera apegado a otras vertientes más cercanas al común gusto de la gente".
Fuente: Suena Cubano.com