Director y fundador de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de las Artes, del ISA. Participó en la primera edición del Festival Infantil Cantándole al sol, donde el escenario, las luces, los aplausos, fueron los que definió su amor y deseo de incursionar en la música. Recibió clases en el extranjero, en varias universidades de Estados Unidos (Carnegie Mellon School of Music, y la Jacobs School of Music), en la Universidad Mozarteum de Salzburgo, en el Conservatorio Superior de Música de Viena.
Hijo de José Antonio Méndez Valencia, director del Coro de Cámara de Matanzas y Lilian Padrón, bailarina y coreógrafa, al frente de la compañía Danza Espiral. Este gran director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de las Artes, lleva por apellidos dos amuletos culturales. Su gran sueño infantil fue pertenecer al equipo de pelota de Matanzas, jugando la posición de jardinero central.
Comenzó, siendo un niño, a cantar en el coro infantil del Centro Coral de Matanzas, bajo la dirección de su padre José Antonio Méndez Valencia, y así fue educado por el gusto y con una formación de la concepción musical más abarcadora.
Participó en la primera edición del Festival Infantil Cantándole al Sol, donde el escenario, las luces, los aplausos, fue que definió su amor y deseo de incursionar en la música.
Siendo estudiante en la Escuela Profesional de Arte de Matanzas, el maestro Enrique Pérez Mesa es designado como director de la Orquesta Sinfónica Nacional, es entonces que José Antonio, es elegido para la dirección de la orquesta de cámara de la escuela, a pesar que no tenía destreza, ejerció los conocimientos que poseía del coro.
Posteriormente tomó clases con el propio Enrique Pérez Mesa y Alberto García, director del Quinteto Fantasía, para ingresar al Instituto Superior de Arte en la especialidad de Dirección Orquestal.
Tuvo la oportunidad de estudiar con distinguidos profesores como Jorge López Marín y María Felicia Pérez, en Cuba. Recibió clases en el extranjero, en varias universidades de Estados Unidos, en la Universidad Mozarteum de Salzburgo, en el Conservatorio Superior de Música de Viena.
En un inicio se reunieron un grupo de jóvenes estudiantes de la escuela del ISA, algunos amigos músicos profesionales y el Grupo Ars Longa, comenzaron a realizar conciertos juntos, un poco para suplir la necesidad que había en el centro del trabajo con música de cámara y orquesta.
A la postre se funda esta Orquesta el 27 de enero de 2009, con jóvenes egresados de la enseñanza artística en su mayoría, realizando conciertos con mucho amor.
José Antonio Méndez estudió dos carreras simultáneas, algo muy poco común en la enseñanza cubana, Dirección Coral y Dirección de Orquesta. Ha cantado con algunos de los principales coros del país, durante dos años tocó el clavicémbalo con el grupo Ars Longa y es director asistente de la Sinfónica Nacional de Cuba.
Pepito ha dicho: “Yo quería ser pelotero pero cantaba y asistía a una escuela de arte. Mi padre (José Antonio Méndez) es director del Coro de Cámara de Matanzas y mi mamá (Liliam Padrón) dirige la compañía Danza Espiral, también de Matanzas.
“La música para mí era un juego y pensé que, si era así, entonces sería buenísimo estudiarla. Si analizas, el verbo tocar, referido a la música, en inglés es play y en francés juer, en ambos si lo traduces literalmente significa jugar, no sé por qué en español le decimos tocar si la música es un juego, es algo que te da placer. Uno debe tener prioridades en la vida. La escuela es buena, pero el programa de estudio podría ser mejor. Yo era buen estudiante porque cumplía los deberes y salía bien en los exámenes, pero faltaba mucho a clase. Iba a muchos ensayos, organizaba la orquesta, tenía presentaciones. Yo no cambiaría una clase magistral de algún buen músico por una conferencia de una asignatura que estoy seguro no me va a aportar tanto para mi carrera. Si pudiese modificar el programa de estudio de la música en Cuba dedicaría más tiempo a la Música de Cámara, Dirección de orquesta, Historia de la música, Solfeo y a cantar en coros, que es muy importante para todos los instrumentistas.
“De no haber sido músico me hubiera gustado ser cocinero. Hay muchos lugares donde el chef sale en mitad de la noche a cantar… si tuviese el tiempo me gustaría tener un lugar así. Escucho mucho jazz y música cubana. Y bailo, no muy bien, pero me gusta dirigir ruedas de casino. Mis experiencias fuera de Cuba me han demostrado que somos mucho mejores de lo que pensamos, que tenemos muy buena preparación a pesar de las escaseces materiales que vivimos. Uno siempre tiene paradigmas. Pero muchas veces la gente que realiza ese sueño, o llega a ese lugar soñado, se da cuenta que no es lo que esperaba.
He estado en Austria y he visto a la Filarmónica de Viena y de Berlín, y descubrí que sus músicos pueden trabajar cinco años juntos y apenas se han saludado dos veces en todo ese tiempo.
“Podrán estar cerca de la perfección musical pero esa no es la orquesta que yo quiero. Cada concierto que hago lo visualizo tanto, lo organizo, lo estudio tanto, que es como un sueño realizado.
Graduado del Instituto Superior de Arte de Cuba en Dirección Coral con María Felicia Pérez y Dirección de Orquesta con Jorge López Marín. Ha sido partícipe de cursos de postgrado en la Universidad Mozarteum de Salzburgo con los maestros Jorge Rotter y Peter Gülke, y en las Universidades Carnigie Mellon School of Music de Pittsburgh y Jacobs School of Music de Indiana con Ronald Zollman.
Desde 2009 es director titular de la Orquesta Sinfónica del ISA adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana y desde 2016 de la Orquesta del Lyceum de la Habana, con la cual ha realizado giras de concierto y ha participado en eventos como la Mozartwoche de Salzburgo, el Festival de Música Sacra de Quito, el Festival de Música Sacra de Mérida y el Festival Artes de Cuba en el Kennedy Center Washington. En 2012 es nombrado director Adjunto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba y en 2018 director titular de la Orquesta Sinfónica de Matanzas-Cuba. Además ha dirigido la Camerata Salzburg, Salzburg Soloists, Orquesta Sinfónica de Georgetown.
Desde 2015 es Director Musical del Festival Mozart-Habana que se celebra anualmente en la capital cubana. Ha realizado estrenos y primeras grabaciones mundiales de música cubana del siglo XVIII hasta el XXI junto al Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas”. Con sus fonogramas ha sido ganador de varios Premios Cubadisco en música de concierto, desde el 2011 hasta 2019; haciendo especial mención a Colección Renovación Musical en Cuba (2011), Entre cuerdas (2014), Música Catedralicia de la Habana y Santiago (2016) y Esteban Salas (2018)