Yalil Guerra, con el alma en la isla y en la palma real

El músico cubano radicado en Los Ángeles le dedicó la pieza a José Martí y la tituló La palma real. ¡Cuánta Cuba en una sola partitura!

A propósito del estreno de la obra, en 2018, el propio compositor declaró en una excelente entrevista a José Luis Estrada Betancourt: «Era vital que mi primera sinfonía estuviera relacionada conmigo y con mi cultura. Yalil Guerra es cubano, el hombre de la palma, mambí, alguien que todo el tiempo tiene a su país presente en el alma y en el pensamiento».

Recientemente, Yalil ha entregado al Centro de Estudios Martianos una de las primeras copias del disco en el que la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del Maestro Enrique Pérez Mesa, interpreta esta «poesía musical» en la que, si cerramos los ojos, podemos sentir el dolor del exilio, la batalla, la muerte y un poco más.

«¿Por qué el cuarto movimiento lo titulé El legado? Yo decía: bueno, después del exilio de Martí, la batalla de Dos Ríos, después viene la Elegía, ¿pero qué va a pasar después?, yo no puedo dejar la obra solamente en poner un movimiento que sea algo rápido, que contraste, y pensé automáticamente en el legado que ha dejado Martí. Todos los que estamos aquí sabemos qué significa Martí en el sentido patrio, en el orgullo nacional que todos tenemos», expresó Yalil a la prensa.

Para ese final optó por la fuga, un género complejo, pero él se siente una criatura de retos y, también, un hijo orgulloso de la musicalidad de esta isla:

«Nosotros los cubanos es muy importante que tengamos una visión cultural, que ha sido muy exitosa por muchos años. Sin tener la bomba atómica hemos logrado penetrar la cultura mundial con increíbles ritmos, la música cubana está en el mundo entero. El pop actual no es más nada que la clave cubana», afirma el reconocido compositor, guitarrista, arreglista y productor, quien inició este proyecto como un ejercicio de su Doctorado en Composición en la UCLA.

El disco incluye también la pieza Intrata, de Aurelio de la Vega, la cual nunca se había escuchado en Cuba.

Yalil Guerra fungió por dos años como residente de la National Composers Association USA (Nacusa), alterna la composición con el magisterio, les ha enseñado español a sus hijos, y ya planea que el Titán de Bronce será la inspiración de su segunda sinfonía. Conversa como un cubano que nunca se ha ido, sin acento y sin pausa, con el alma en la Isla, en la palma.


Yalil Guerra Soto


músico, compositor, guitarrista