7 de junio de 2022
El Auditorio Nacional prácticamente estaba lleno, y Silvio Rodríguez apareció en punto de las 8:40 de la noche. El público lo llamaba con aplausos desde hacía diez minutos.
El público, en su mayoría entre sus 40 y 60. Por ahí algún despistado adolescente, como la que que sienta a mi lado, que viene a conocer la trova cubana y las canciones que su mamá entonaba como universitaria.
Silvio en jeans, camiseta negra, camisa de mezclilla, calcetines rojos y su característica boina color caqui. Inició directo, tras un "¡Viva México!", guitarra en mano, acompañado de sus músicos, incluida la flauta transversal tan característica de la música del cubano, a cargo de la magnífica Niurka González.
Silvio Rodríguez en el Auditorio Nacional Su misma voz dulce y rasposa entonaba nuevas canciones, algunas de poetas cubanos que admira, como Rubén Martínez Villena: "La pupila insomne". La noche empezó despacio, Silvio fue calentando a su público, arrancando con canciones más nuevas, menos conocidas. Y poco a poco fue subiendo el ánimo; la gente comenzó a corear tímida, aunque los gritos de: "¡Viva Cuba!" y "Silvio, ¡te amo!" no pararon de sonar.
Ya para cuando empezó con "Te amaré", el Auditorio estaba entregado a escuchar y sentir cada palabra de la canción, para terminar en una enorme ovación. "Óleo de una mujer con sombrero", "La Maza"...
"Han sido tiempos en los que hemos perdido a seres amados y queridos. Esta canción que hice en otra circunstancia la quiero dedicar a una perdida reciente; hay perdidas que son irreparables como la de una persona que supe venia a mis conciertos, y perdió la vida en estas circunstancias: Héctor Migue. Para todos especialmente para él: "Mi unicornio azul".
Silvio siguió conmovido: "Este año perdí a un amigo de 60 años de amistad"; se conocieron de 14 y 15 años, en los inicios de la Revolución cubana, contó. "Yo encontré la guitarra en las Fuerzas armadas, y empecé a hacer canciones, él en otras circunstancias: Vicente Feliú". Silvio Rodríguez en el Auditorio Nacional (Ariel Ojeda). Y subió a cantar con Silvio la sobrina de Vicente, Malva Rodríguez, la canción "Créeme". Y luego con Malva al piano y Silvio al micrófono interpretaron "No es fácil".
"En todas partes hay machismo y abuso contra las mujeres, por eso hice esta canción: 'Yo te quiero libre'". "Rabia" encendió los ánimos, para seguir emocionando al público con "En el claro de la Luna". "Esto es algo que hice en pandemia, es un danzón: 'Danzón para la espera'. "Quién fuera", "Eva".
Llegó "Canción del elegido" y todo el Auditorio la entonó, algunos con lágrimas en los ojos. Silvio dejó que el público lo acompañara y cantara solo varias partes de "La era está pariendo un corazón".
Antes de despedirse con esta canción, dijo: "Alguna vez se la canté a Fidel, hoy se la voy a cantar a Andrés Manuel (López Obrador)" y se lanzó con "El necio".
Después de los gritos de "otra, otra", regreso para cantar a coro con casi 10 mil almas "Soy feliz". Silvio Rodríguez nos demostró esta noche que no importa si acompañó los rebeldes e idealistas años de universidad o si apenas llegó hoy a los oídos de una adolescente de 13 años, su voz, sus notas, melodías y letras igual llegan al corazón.
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