Presentado el fonograma de Chucho Valdés y Mine Kawakami

La sensibilidad de la cultura asiática y la electrizante energía de la afrocubana dialogan en «Mine Kawakami y Chucho Valdés», un fonograma publicado por Sony Classical, tras ser grabado en España con esos protagonistas.

Kawakami ofreció el pasado 24 de mayo, en La Habana, un concierto de lujo, antes del cual Prensa Latina consiguió dialogar con ella.

La artista que comenzó a tocar el piano a los tres años de edad y se graduó en la Escuela Superior de Música y Teatro de Múnich, Alemania, y además en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, España, eligió para la ocasión un recital de piezas de su autoría y una obra de Valdés, Amanecer, porque le fascina. Cuando escuché su interpretación por Chucho me emocionó tanto, me pareció la música más bella que he oído en mi vida, confesó.

En Cuba, no es ninguna desconocida pues en 2004 realizó un concierto a dos pianos con el propio Valdés, en el Teatro Amadeo Roldán, y en 2018 decidieron hacer otro en el Teatro Real de Madrid que Sony Classical grabó para elaborar el disco bautizado con los nombres de ambos intérpretes.

Dicho fonograma fusiona dos lenguajes y culturas distintas: la japonesa y la afrocubana, a modo de diálogo, y ya se encuentra disponible en diversas plataformas.

Mi música no sonaría igual ahora si yo no hubiera conocido a Cuba y la música de este país, afirmó. Hace más de dos décadas, a Kawakami le atrae la armonía increíble de esta isla y al principio desconocía las razones pero después de trabajar con muchos músicos y con el propio Chucho entendió que la cautiva la armonía bellísima cargada de raíces diferentes y, por tanto, de muchas rutas.

Esa esencia que sale de todas las raíces es la armonía más bella, sostiene la también compositora de bandas sonoras para series y películas. La sala Ignacio Cervantes, de La Habana, acogió el maravilloso concierto de Kawakami, en homenaje al 90 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas Japón-Cuba.

Según la pianista, tradicionalmente en Asia y, en particular en su país, la música se ha utilizado durante siglos como medicamento para afinar el alma o el espíritu, para alcanzar armonía. A la creadora japonesa le cautiva la posibilidad de que el espectador cuando escuche música se sienta relajado y pueda viajar hacia el pasado, incluso a otro país, en otro momento.

La música es como un tipo de barco que puede llegar a muchísimos lugares, sin contar el tiempo, observó. A mi me gustaría hacer música para ayudar a todo el mundo, para que la persona pueda conectar consigo mismo y logre sentirse mejor, añadió Kawakami, a quien se le conoce como la pianista del alma.