El Festival de Jazz de Montreal ha como invitado a Omara, Chucho y Roberto Fonseca
La 40 edición del Festival de Jazz de Montreal, Canadá, se desarrollará del 26 de junio al 6 de julio. Por Cuba participarán la Diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, quien se presentará el jueves 27, en el Teatro Maisonneuve, Palacio de las Artes.
Un día después, en el Maison Simphonique de Montreal, actuará Chucho Valdés, considerado en la actualidad una de las figuras mundiales más importantes del jazz.
El otro representante de la Isla, el joven pianista Roberto Fonseca, tendrá protagonismo en esta edición al presentarse en Gesú, el sábado 29 con el trompetista suizo Erik Truffaz, el domingo 30 en solitario, y el lunes primero de julio con el Disc jockey estadounidense Joe Claussell.
Este festival es reconocido como el más importante de los festivales de su tipo en el mundo, y esta vez acogerá 150 conciertos en los que participarán legendarias figuras del género y el blues, que alternarán presentaciones con jóvenes talentos.
Entre los artistas programados para la ocasión se encuentran también George Benson, Alan Parsons, Peter Frampton, Madeleine Peyroux, Norah Jones, Bebel Gilberto, Dianne Reeves, Joshua Redman, John Pizzarelli, Stacey Kent, Juan Carmona, Melissa Aldana y Rafael Zaldívar.
Dionisio Jesús Valdés Rodríguez
músico, compositor, jazzista, pianista, director, productor musical, organista, instrumentista
Pianista, organista, compositor e instrumentista, Chucho Valdés es considerado uno de los mejores pianistas del mundo y desde luego la figura jazzistica más importante en la actualidad de Cuba. Desde niño comenzó a tocar piano guiado por su padre, el también pianista, Bebo Valdés, y a los 14 años inicia su actividad profesional en la orquesta Sabor de Cuba, dirigida por su padre.
Omara Portuondo Peláez
cantante, arte
Hay algo de cinematográfico en la historia de Omara Portuondo. Hija de una mujer de familia española y bien que abandonó su círculo social para casarse con un bello jugador negro del equipo nacional cubano de béisbol —lo que la llevó a tener que ocultar en público este enlace, pues los matrimonios mixtos no estaban nada bien vistos en Cuba en aquella época—, Omara entró en contacto con la música ya en su más tierna infancia. Como en cualquier otro hogar cubano, la futura cantante y sus hermanos crecieron rodeados de la música que, a falta de gramófono, entonaban sus padres.