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Compañía Lizt Alfonso Dance Cuba regresa por todo lo alto a los escenarios cubanos

Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC) anuló siete meses de inactividad con alegría, dinamismo, sensualidad y coordinación, elementos sobresalientes en el programa que presenta en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

La compañía lidera el retorno a los escenarios de los mayores conjuntos danzarios del país, establecidos en la capital, y ni el uso obligatorio de mascarillas contuvo ayer la emoción del público que se vio privado durante varios meses de espectáculos teatrales debido a las medidas impuestas para proteger a la población de la COVID-19.

Tras más de medio año de reclusión en los hogares y sin haber concluido el bombardeo de noticias tensas sobre la pandemia en todo el mundo, el auditorio agradece cada muestra de júbilo, cada propuesta refrescante, y LADC exhibe carisma y repertorio suficiente para entregar y todavía acumular reservas.

El programa concierto reúne coreografías de Fuerza y Compás, Alas y Latido que arrancan aplausos y bravos, escena por escena, pues el nivel se mantiene alto de principio a fin.

La mezcla permite apreciar sensuales bailarinas con bata de cola, otras veces con vestidos y unas con pantalonetas en obras donde se destacan elementos de las raíces africanas y españolas que conforman la base de la identidad cultural de Cuba.

Con tacones, descalzas o con chancletas de palo, los artistas de LADC propician un deleite visual y la selección musical marca también la diversidad, pues regala pinceladas de jazz, percusión cubana, rock and roll, guaguancó, conga, entre otros ritmos.

Las funciones seguirán este sábado, 24 de octubre, y mañana, día 25, para celebrar los 29 años de la fundación de una compañía muy singular que ha sabido poner en alto el nombre de su país en cualquier escenario del planeta.

El nuevo coronavirus sometió a todos a una prueba de fuego y LADC la superó con creces, los meses de aislamiento social no mellaron su calidad, ni empañaron su sello, un estilo al que denominan fusión y que combina aspectos del flamenco, el ballet, la danza contemporánea, el folclore y disímiles bailes populares de su isla natal.

Ahí la clave de la complejidad de sus propuestas coreográficas que lo mismo exigen giros –lentos y rápidos-, chaines, piqués en dedans, grand jetés en tournant, grand battement, típicos del ballet, que los movimientos pélvicos y de cadera del folclore, las ondulaciones de brazos de la danza contemporánea o el braceo de la española junto a su espectacular juego de pies.

Si algo distingue a LADC precisamente es la espectacularidad por la conjunción de todo esto y por su apuesta, no a la exposición de solistas, sino al de una compañía como un solo cuerpo que late en plena sintonía.

Aplausos especiales para las bailarinas que se cambian de ropa en cuestiones de segundos para salir renovadas, ¿cómo lo logran? La energía no decae nunca, solo se transforma para llenar de brillo otras coreografías y estilos.

Prensa Latina

Lizt Herrera Alfonso


bailarina, coreógrafa, danza, dramaturgia, profesor, directora artística, teatrología