Trinidad Rolando, considerada una de las actrices imprescindibles de la escena cubana contemporánea, falleció en la madrugada de este lunes en La Habana.
La actriz cubana Trinidad Rolando. Foto: Juventud Rebelde
Más de 40 años de intensa vida artística desarrolló esta mujer, una de cuyas primeras presentaciones fue en la renovadora pieza La corte del faraón, dirigida por Carucha Camejo en el Teatro Guiñol de Cuba, a comienzos de la década de los años 60 del siglo anterior.
También interpretó con gracia y picardía La mazurca de la sombrilla, en la zarzuela Luisa Fernanda, y desde 1968 resultó una de las actrices preferidas del destacado dramaturgo y director Gerardo Fulleda León.
Su temperamento, agudo sentido artístico y fuerza dramática le valieron el reconocimiento de la crítica y el público en cuatro continentes, sobre todo por su papel protagónico en la comedia musical Lady Salsa.
Entre sus interpretaciones más recordadas figuran los desempeños en Los cheverones, dirigida por Miguel Montesco; la Emelina Cundiamor, de Eugenio Hernández Espinosa; su trabajo en La hija de Nacho, de Rolando Ferrer, o su Samarkanda en Noches de satén regio, de José Gabriel Núñez.
Otras de sus huellas memorables en las tablas fueron su protagónico en Los cuernos de don Friolera, de Ramón Valle Inclán, y su Jabá, de Requiem por Yarini, de Carlos Felipe.
También logró una conmovedora Atcide en Chago de Guisa, una notable caracterización en Ruandi, y apariciones conductoras en Provinciana y la Yiyiyi, de Remolino en las aguas, especialmente escrita para ella, todas de la autoría de Fulleda León.
Con el deceso de Trinidad Rolando, pierde la cultura cubana una de sus grandes creadoras, signada por el talento y una entrega sin límites.