Oficial del Ejército Libertador en la Guerra de Independencia. Presidente de la República de 1925 a 1933. Encabezó uno de los regímenes más represivos de la historia de Cuba. Derrocado por una revolución popular.
Hijo del coronel Gerardo Machado y Castellón, nació en Santa Clara. Se incorporó a la Guerra de Independencia en Camajuaní, (Las Villas), junto a su padre y su hermano Carlos. Desempeñó sus primeras acciones como jefe de la escolta del mayor general Manuel Suárez Delgado. Fue ascendido por el general en jefe Máximo Gómez al grado de coronel. Operó en Camajuaní y otros territorios de la región central de la Isla.
Instaurada la república, se le designó teniente coronel. Al organizarse el Cuerpo de la Guardia Rural, fue destinado a su provincia natal, Las Villas, donde poco después ocupó la alcaldía e inició negocios particulares.
Adquirió la Planta Eléctrica de Las Villas, y extendió sus actividades privadas al formar la Compañía Eléctrica de Cuba, en sociedad con Orestes Ferrara Marino y Laureano Falla Gutiérrez.
En 1908 fue el candidato del Partido Liberal para el cargo de gobernador de Las Villas, pero no resultó electo. Al tomar posesión el presidente José Miguel Gómez, lo nombró general de brigada, designándolo segundo jefe del Ejército Permanente, y creó para él el cargo de Inspección de las Fuerzas Armadas. Se desempeñó durante el gobierno de Gómez, asimismo, como secretario de Gobernación.
Organizó el Partido Liberal Unionista que lo llevó como su representante al Congreso en 1912. En 1916 se levantó en armas contra la reelección del entonces presidente Mario García Menocal.
En 1920 fue partidario de la candidatura presidencial de José Miguel Gómez, pero posteriormente aceptó la proclamación del Partido Popular Cubano, que presentó la candidatura de Alfredo Zayas Alfonso para la primera magistratura de la república.
El 23 de agosto de 1924 Zayas renunció a su candidatura y ofreció alianza a los liberales de Machado, quien, una vez nominado candidato, inició una vigorosa campaña contra su adversario político, Mario García Menocal.
Machado llegó a la Presidencia el 20 de mayo de 1925, mediante sólidas alianzas con la oligarquía estadounidense, particularmente con el grupo Morgan y otras prominentes personalidades del mundo de las finanzas. Igualmente estableció alianzas con elementos de la oligarquía cubana; sobre todo con Viriato Gutiérrez, quien fue designado secretario de la Presidencia en el primer gabinete machadista. Estableció también vínculos con los grandes comerciantes españoles y con elementos de la burguesía no azucarera.
La caída progresiva de las cotizaciones del azúcar a partir de 1925 obligó al presidente, revestido de facultades excepcionales por el Congreso para la solución de problemas económicos, a tomar una serie de medidas.
La Ley Verdeja, aprobada por el Congreso de la República el 3 de mayo de 1926, limitaba la zafra de 1926 en un 10 % del estimado de cada ingenio azucarero y autorizaba a Machado a aplicar la misma política a la zafra de 1927-1928, además de establecer una reducción del área cultivable de caña. Como compensación a las secuelas generadas por la política de restricción azucarera — y particularmente, al aumento del desempleo—, el ejecutivo de la república exhortó al Congreso a que aprobara la Ley de Obras Públicas, un vasto programa que incluía la construcción de la Carretera Central, desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba; la edificación del Capitolio Nacional o Palacio de Gobierno y la ampliación de la Universidad de La Habana, además de reparaciones de calles, escuelas, hospitales y acueductos.
El plan sirvió de paliativo, en cierta medida, a la creciente desocupación, y contribuyó al enriquecimiento de personalidades asociadas al gobierno; en particular del propio Machado y su secretario de Obras Públicas, Carlos Miguel de Céspedes.
Otra de las disposiciones destinadas a compensar las consecuencias derivadas de la restricción azucarera fue la reforma arancelaria, para la cual se creó la Comisión Técnica Arancelaria.
Mientras tanto, la administración buscaba, por diversas vías, que el gobierno de Estados Unidos aplicara una reforma arancelaria que otorgara a Cuba un incremento en el preferencial azucarero de un 40%, superior al establecido por el Tratado de Reciprocidad Comercial de 1903. Esa misión fue asignada a Orestes Ferrara, embajador de Cuba en Estados Unidos.
En el orden político, Machado reaccionó de forma violenta contra sus opositores, cualesquiera que fuesen sus orientaciones ideológicas. Amenazó de muerte a directores de diarios de la oposición, y cumplió su amenaza en el caso del comandante del Ejército Libertador Armando André Alvarado, director del periódico El Día, que fue asesinado el 20 de agosto de 1925.
En ese mismo mes y año se fundaban la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) y el Partido Comunista de Cuba, opuestos a la política oligárquica de Machado. La represión contra el auge del movimiento obrero y estudiantil, y contra la intelectualidad progresista, constituiría otra de las constantes del régimen.
Entre las víctimas de la represión estuvieron Alfredo López Arencibia, fundador de la Federación Obrera de La Habana y de la CNOC, y Enrique Varona González, presidente del sindicato ferroviario La Unión, de Morón, provincia de Camagüey.
Otros opositores, como el maestro canario José Miguel Pérez y Pérez, primer secretario general del Partido Comunista, fueron expulsados por decreto presidencial de territorio cubano.
Contra el estudiantado y la intelectualidad progresista, el presidente dictó medidas como el Decreto No. 2491 de 26 de diciembre de 1925, mediante el cual disolvió la Asamblea Universitaria y concedió plenas facultades al rector, al Claustro General, al Consejo Universitario y a la Junta de Inspectores.
Poco antes había rehabilitado a profesores expulsados por inmoralidades académicas, y logrado que el Consejo de Disciplina de la Facultad de Derecho sancionara a Julio Antonio Mella con la expulsión temporal del recinto universitario. El líder estudiantil y obrero sería encarcelado en una segunda ocasión, acusado de colocar explosivos en el teatro Payret. Una vez reprimido el movimiento estudiantil, la dirección de la Universidad otorgó a Machado el título de Doctor Honorario en Derecho Público.
El clima represivo y la censura de prensa se recrudecieron en vísperas de la celebración en La Habana de la VI Conferencia Internacional Americana, desde el 16 de enero hasta el 20 de febrero de 1928.
El 1o de noviembre de 1928 Machado fue reelecto sin oposición para un nuevo período presidencial, una vez lograda la reforma constitucional y la prolongación de su mandato hasta seis años.
La persecución y el asesinato se incrementaron entonces en la misma proporción en que aumentaba el descontento contra el régimen. Una de las expresiones de la violencia desplegada fue el complot urdido por el gobierno de Machado en 1929 para asesinar a Julio Antonio Mella, quien residía en México.
Frente a la crisis mundial de 1929 a 1933, el gobierno de Machado protegió los intereses de la oligarquía azucarera mediante nuevas medidas restrictivas, plasmadas en el Plan Chadbourne y el Convenio Internacional Azucarero de 1931.
Mientras, la rebeldía contra la tiranía del régimen se extendía a amplios sectores. El 20 de marzo de 1930 estalló una huelga general, organizada y dirigida por el Partido Comunista y la CNOC; meses después se organizó el Directorio Estudiantil Universitario (DEU) (DEU) y tuvo lugar el rompimiento de hostilidades contra la tiranía al que se dio el nombre de «la Tángana» estudiantil del 30 de septiembre, en que perdió la vida el estudiante Rafael Trejo y resultó herido Pablo de la Torriente Brau, entre otros.
En 1931, los líderes políticos tradicionales, junto con personalidades progresistas como Antonio Guiteras Holmes , desencadenaron un alzamiento armado, que organizaban Mario García Menocal y Carlos Mendieta Montefur, el cual fracasó.
Entre 1931 y 1933 surgirían otras organizaciones antimachadistas de los más distintos signos ideológicos, como el ABC, la Unión Revolucionaria de Guiteras y el Ala Izquierda Estudiantil (AIE).
Las gestiones mediadoras de la situación cubana que encomendó el gobierno de Estados Unidos a su embajador, Benjamin Sumner Welles, no fructificaron, y la huelga del 12 de agosto de 1933 obligó a Machado a dimitir, fugándose con gran parte de su camarilla hacia las Islas Bahamas.
Falleció en Miami, Estados Unidos, el 29 marzo de 1939.