Humanista, enciclopedista, historiador, profesor, bibliotecario, y bibliófilo.
Nació en La Habana, estudia pedagogía, derecho civil, filosofía y letras en la Universidad de La Habana. En 1896 emigra a los Estados Unidos donde fue redactor de Patria y cofundador de Cacarajícara. Al terminar la guerra, en 1898, vuelve a Cuba donde trabaja en la Secretaría de Educación y es Secretario de la delegación cubana en México 1902-1904.
Por todos estos años colabora en La República, La Habana Elegante, El Fígaro, La Discusión, El Hogar, Cuba y América, La República Ibérica, Social, El Porvenir New York, 1898 y Cuba y Puerto Rico (New York, 1898).
A fines de 1920 es nombrado director de la Biblioteca Nacional, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Por su amor al libro, y en especial al libro cubano, supo apreciar sobremanera el tesoro cultural de la nación, aunque paralelamente hiciera crecer su biblioteca particular, rica en manuscritos y ediciones príncipes, esencialmente por su vocación de bibliófilo, sin que mediaran intereses económicos, ya que su colección privada la posee actualmente la Universidad Central de Las Villas la cual fue adquirida, en 1960, por esta institución.
Coronado implantó un sistema de su creación para la clasificación de los fondos, al que denominó “racional”. En realidad desperdició la experiencia anterior, pues en 1910 se había iniciado la confección del catálogo general.
Este miembro de la Sociedad Cubana de Teatro, del Ateneo de La Habana, de la Academia de la Historia de Cuba y de la Academia de la Lengua legó a la bibliografía cubana obras muy relevantes como "Apuntes para la vida del General Antonio Maceo", (1897), "Crímenes de España en Cuba", (1898), " La toma de Cárdenas en 1850", (1900), "Las ediciones de Plácido", 1909 y "Manual de Bibliotecología". En este Manual refleja su experiencia laboral en la Biblioteca Nacional el cual es publicado en 1942 como acuerdo del Congreso de Bibliotecarios, Archiveros y Conservadores de Museos del Caribe.
Como hombre de su tiempo utilizó seudónimos al firmar sus textos, entre ellos César de Madrid –con el que ejerció la critica humorística — Paul Mabeth, El caballero de la blanca luna, Fray Mostén, Pedro Sánchez, Panfilón, Panfilito, Marcelo Du-Quesne, y Clarinete.
Muere el 30 de noviembre de 1946.