Combatiente del Ejército Rebelde. Internacionalista en el Congo.
Nace en la finca La Caridad, cerca de la Ciudad de Manzanillo en la actual provincia Granma, el 2 de diciembre de 1940. La madre, Ángela Coello, enfrenta sola la crianza del pequeño y de la hermana mayor, en un hogar de trabajadores agrícolas pobres. Desde los ocho años, Carlos comienza a trabajar en la lechería de la finca, ayudando en el traslado y atención del ganado.
No conoce de estudios; siendo un jovencito cortaba arroz y chapeaba campos en largas jornadas por poco más de un peso diario para ayudar a la madre que labora como empleada doméstica en una casa particular en Manzanillo.
En noviembre de 1957, con solo 16 años, junto a varios amigos armados de escopetas y revólveres, se incorpora a un grupo rebelde para incorporarse posteriormente al pelotón del Ejército Rebelde al mando del capitán Luis Alfonso Zayas Ochoa. Durante la ofensiva del verano de 1958, interviene en las acciones militares de San Lorenzo y Providencia, como suministrador de pertrechos al comandante Camilo Cienfuegos. Posteriormente participa como combatiente en las acciones de Vegas de Jibacoa y Las Mercedes.
A finales de agosto de 1958, cuando se organiza la Columna Invasora No. 8 Ciro Redondo, al mando del Che, lo asigna al pelotón del capitán José Ramón Silva como ayudante de una ametralladora calibre 30. Participa asimismo en los combates de Fomento, Cabaiguán. Remedios y en la batalla de Santa Clara.
En marzo de 1959 pasa a formar parte de la escolta del comandante Ernesto Che Guevara. Junto al Che recorre el país en visitas a centros de trabajo y estudio, actos políticos, movilizaciones, en los trabajos voluntarios y en sus viajes al exterior.
A partir de abril de 1965 integra el grupo de 120 cubanos que al mando del Che apoyan la lucha guerrillera en la República Democrática del Congo. Es allí donde Carlos Coello adquiere el sobre nombre de «Tuma», proveniente de la palabra swahili «tumaini», que significa «esperanza», con la que empezaron a llamarlo los guerrilleros congoleños. Fracasada la misión, a mediados de mayo de 1966, Pombo y Tuma se trasladan a Praga, a solicitud del Che. Posteriormente ambos viajan el 14 de julio de 1966 desde Praga hacia Bolivia. Arriban el 25 del propio mes a Santa Cruz, donde los espera el cubano Ricardo (Mbili) y se establecen el 27 en La Paz, con la misión de impulsar los preparativos de la lucha armada, que el Che se propone iniciar en ese país.
Tuma trabaja junto a Pombo y Ricardo en diversas actividades clandestinas de la red urbana que se formaba, así como en el traslado de armamentos, municiones, medios de campaña, medicamentos y en preparar la finca donde recibirían a los combatientes. El 3 de noviembre de 1966 llega el Che a La Paz, y dos días después, salen Ramón (el Che), Tuma y Ricardo para Ñancahuasú, adonde llegan el día 7 de noviembre, pasada la medianoche, para iniciar una nueva etapa en la lucha de liberación de América Latina. En las fichas que elabora el Che de cada combatiente, Tuma era el número tres de la guerrilla. Su misión continúa siendo la misma de Cuba y del Congo: responder por la seguridad personal del Guerrillero Heroico, tarea que ahora comparte con el cubano Leonardo Tamayo Núñez (Urbano).
Tuma participa en todas las actividades del destacamento, haciendo cuevas, caminos y trincheras, realiza exploraciones, cacerías, guardias y traslado de armamento, municiones y equipos hasta el campamento central. Toma parte en la marcha de entrenamiento y exploración y se incorpora a las clases culturales. Enfrentó con estoicismo y carácter alegre los sacrificios del guerrillero y cumplió cabalmente su misión principal.
El 26 de junio de 1967, Tuma es mortalmente herido en enfrentamiento con los militares bolivianos. Trasladado a la Comandancia, todos los esfuerzos son inútiles por salvarle la vida. El Che le rinde homenaje estando toda la noche en silencio junto a su cuerpo. Los restos de Tuma son hallados el 16 de junio de 1996 y trasladados a Cuba junto a los del Che y los del Destacamento de Refuerzo.
El Che, en su Diario de campaña, anota el 26 de junio de 1967: «Día negro para mí. (...) llegó la noticia de dos heridos: Pombo y Tuma en el vientre. (...) La herida de Pombo es superficial y sólo traerá dolores de cabeza su falta de movilidad, la de Tuma le había destrozado el hígado y producido perforaciones intestinales; murió en la operación. Con él se me fue un compañero inseparable de todos los últimos años, de una fidelidad a toda prueba y cuya ausencia siento desde ahora casi como la de un hijo».