Guitarrista y compositor cubano. Llegó a la canción cubana ungido por los aires renovadores de la Nueva Trova. Prolífico autor, sus composiciones “Tumbao”, “Corazón, corazón” y “Donde crezca el amor” son bien conocidas, pero sin dudas “Solamente una ventana” es la creación que despertó la admiración de su generación y la de todos aquellos que la reconocen como una de las excelentes obras de la música cubana.
Estudió guitarra en la Escuela de Superación Profesional Ignacio Cervantes. Ingresó en el Movimiento de la Nueva Trova en 1974, y, al igual que Alejandro García (Virulo), rompió el esquema que se tenía del trovador.
Incursionando en la ópera-trova, con su obra Donde crezca el amor. Sobre esta pieza expresó el compositor:
«...supe que el mundo del teatro es muy complejo y que está lleno de necesarios convencionalismos, sin embargo, nuestras canciones (me refiero a las del Movimiento de la Nueva Trova) tienen una característica muy importante: la melodía no puede ser un fin sí misma, ni el texto un mero pretexto para la música, sino que ambos —texto y música— buscan una totalidad armónica que se enriquece desde el punto de vista literario y musical.
Esta fue la principal razón que me llevó a pensar en el formato clásico de la ópera, o sea, una pieza donde todo se dijera a través del canto, a manera de experimento que me indicara si los jóvenes de hoy soportan una obra donde todo se dice cantando y si aún esto podía ser un medio de comunicación entre ellos y yo».
Esta búsqueda tuvo también en teatrova, de Santiago de Cuba, Cuba, un interés de parte del público por lo novedoso del tratamiento dado a la canción trovadoresca dentro del teatro. También música de Quintero ha sido utilizada por el Ballet Nacional de Cuba.
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Obras
Donde crezca el amor
Anécdotas y aventuras de don Juan Tenorio
Bolero y nostalgia
Despacio se han besado los amantes
El sí y el no
Este oficio mío
Francisco emigrante
Identidad
La Catedral
La Giraldilla
Los deditos
Paloma de hierro
Que evoque alegre todas sus noches
Vamos cantores libres
Discografía
“Alma y Voluntad” (EGREM 1986)
“Yo sacaré lo que en el pecho tengo” (Bonafina-Records, Guatemala 1993)
“Soy un Paisano” (Sello-EGREM 2000)
“Mirando tu foto” (EGREM 2001)
“Soy un Paisano” (En Vivo-Centro Pablo de La Torriente Brau 2002)
“El Paisano. Colección (EGREM 2002)
A guitarra limpia, que edita el Centro Pablo de la Torriente, 2002) que incluye la musicalización de algunos textos del Héroe Nacional cubano, José Martí, y la EGREM trabaja en la reedición de dos nuevos CDs.
Crítica
Palabras que escribió el periodista y crítico Pedro de la Hoz en el Boletín del Centro Pablo de la Torriente:
Cuando Ángel Quintero comenzó a repartir y compartir canciones entre sus amigos y todo el que quisiera oírlo allá por los tempranos 70, no dio lugar a dudas: sabíamos, nosotros y él, que había nacido un trovador.
Entre esas músicas urbanas contaban, además, boleros y sones, rumbas y guarachas, que en el caso de Angelito –como en el de sus cofrades Virulo y Carol– impidieron que cediera, tanto ante la opción de codearse con el "tojosismo" oportunista que algunos cultivaron, como a la de vestir un poncho y simular una epidérmica pertenencia a la cultura andina.
Por demás, el trovador venía asistido por una ética familiar: en casa de Angelito no había lugar para banalidades ni lentejuelas.
No hay que prestar demasiada atención a los aniversarios. Que ahora se cumplan 35 años de vida artística y 25 de carrera profesional de Ángel Quintero no son más que pretextos para revisitar una obra encomiable por su alcance y carácter.
La mejor prueba de ello está en la actualidad de temas que han resistido el paso del tiempo. No solo se trata de que "Solamente una ventana", "Tumbao" o "Corazón, corazón" –o los que cobraron aliento en la nunca olvidada ópera-trova "Donde crezca el amor"–* *sean ineludibles referencias en la banda sonora de los cubanos de los 80, sino de que cuando son escuchadas por generaciones sucesivas, la calidez de la recepción demuestra la permanente vitalidad de esas canciones.
Otra zona particularmente intensa del quehacer de Ángel se sitúa en la experiencia que dio lugar a "Paisano". No creo que haya otro testimonio artístico musical tan penetrante y lúcido sobre la diáspora como esa colección que hilvanó el trovador en medio de tribulaciones personales y colectivas. Ni canción tan aguda como "Identidad" en que se aborden las paradojas y encontronazos que nos depara la llamada aldea global.
Varios de esos temas antológicos nutren el repertorio que se escuchará en este concierto, a la vera del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, hogar por excelencia de los trovadores cubanos de nuestros días.
Pero también podrá escucharse la continuidad y la consecuencia del trabajo de Angelito en recientes fechas. Nada humano le es ajeno a un cantor que, si bien no se considera un cronista *per se*, le entra con la manga al codo a conflictos y sentimientos del hombre común en esta tierra.
Todo esto sazonado unas veces por un buen fundado lirismo, y otras por dosis de ingenio, sin faltar el ingrediente de un humor vernáculo inteligente y fecundo.
Ángel Quintero no ha dejado de crecer como trovador. Ha logrado esa rara virtud de parecerse tanto a sí mismo como a su época, sin traicionar a uno ni a la otra. Y eso es bastante.