Arturo Sandoval graba disco de duetos con grandes de la música
Aunque ha ganado 10 premios GRAMMYs y es considerado uno de los mejores trompetistas del mundo, Arturo Sandoval asegura que sigue entregado a su música con la misma intensidad que lo hacía antes de ser famoso. Precisamente por eso decidió hacer un disco (Ultimate Duets) en el que trabajó con algunos de los mejores exponentes de la música actualmente, desde Prince Royce (bachata) hasta Pharrel Williams y Ariana Grande.
Desde su casa en Los Ángeles, Sandoval nos cuenta cómo surgió la idea: “Después de más de cuarenta años haciendo muchas cosas en la música, sentía que me faltaba algo y un día se me vino a la mente que sería interesante grabar un disco de duetos con cantantes que quizás nadie relacionaría con el jazz. Hice una lista con más de veinte nombres de artistas que admiro profundamente pero que cantan diferentes géneros. Envié la invitación y los primeros que me contestaron son los que están en este disco”.
La primera gran sorpresa es su dueto con el bachatero Prince Royce, con quien grabó el tema soul “Don’t You Worry About a Thing”, que Steve Wonder popularizara en los 70s. “Fue muy agradable grabar con Prince Royce; es un joven muy talentoso y tiene una gran voz, pero sobre todo es muy sencillo. La pasamos muy bien en el estudio de grabación, tal y como se nota en el video de la canción”.
Otras de las canciones que forman parte de este ambicioso proyecto musical son: “Corazón Partío, con Alejandro Sanz, la emblemática “Granada”, con Plácido Domingo, el dinámico merengue de Juan Luis Guerra “La Bilirrubina” y la inolvidable “Químbara” con Celia Cruz. “Fue muy emocionante incluir algo con Celia, a quien siempre admiré y quise mucho. No podía hacer un disco de duetos sin ella, la reina eterna de la salsa”.
Aunque en este disco coquetea con una gran variedad de géneros, Sandoval asegura que no se alejará del jazz: “Es mi principal género y nunca lo dejaría, pero también soy un gran fanático de la música, en general. Siempre me ha gustado la salsa, el merengue, el pop… La música buena es lo que más me importa, por eso estoy tan feliz con este álbum”.
El también pianista dice que en este disco reconfirmó una de sus grandes teorías: “Que si una canción es buena, siempre va a ser buena, sin importar quién, cuándo o cómo se cante”.
Aunque siempre ha estado consagrado a la música, acepta con un toque de humor y modestia cómo se siente con otras actividades relacionadas con este. Por ejemplo, revela que cantar no es su “fuerte” y que bailando se “defiende más”. “Yo bailo de todo un poco, no diré que soy un buen bailarín, pero tampoco tan malo”, dice antes de soltar una carcajada.
En donde se siente como pez en el agua es con la trompeta. Aunque aclara que eso no es cuestión de casualidad: “Para ser un buen trompetista hay que estar comprometido a pasar muchas horas practicando. La trompeta es un instrumento que demanda mucha dedicación y práctica, yo practico todos los días”.
Y explica por qué: “Yo considero que solo hay dos maneras de tocar la trompeta: como quieras o lo que quieres… La primera forma es dejarlo a la casualidad, pero como yo lo que busco es tocar lo que quiero, y eso es hacerlo lo más profesional posible, entonces hago mis ejercicios de respiración y practico con la trompeta diariamente”.
Aparte de la música Sandoval es un hombre completamente devoto a su familia. Lleva 43 años casado con su esposa Marianela y con ella tuvo un hijo (Arturo), quien les dio su única nieta. “La gente no sabe que soy un abuelo muy consentidor. Ayer mismo estaba sudando la gota gorda, haciendo filas den Disneyland (California), para subir a mi nieta a todos los juegos. Antes de ser abuelo, no era de ir a parques así, pero es increíble como los niños cambian nuestro mundo”.
Fuente: El Nuevo Herald
Arturo Sandoval
músico, compositor, trompetista, jazzista
Comenzó a estudiar música a la edad de 13 años. Tras probar suerte con varios instrumentos musicales, finalmente se decidió por la trompeta. Después de su servicio militar fue fundador del grupo Irakere con el saxofonista Paquito D'Rivera y el pianista Chucho Valdés, y se convirtió en el conjunto de Jazz más importante de Cuba. Tuvieron un gran éxito mundial y su presentación en 1978 en el Festival de Jazz de Newport en Nueva York los introdujo al público americano.