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La Jiribilla

Alfredo Rodríguez: Necesito la música para saciar mi sed

El amor es el pretexto de la vida, escribió José Martí, y sentirse identificado con esa sentencia es, tal vez, lo que ha impulsado al joven Alfredo Rodríguez en los últimos diez años de su vida. Y siempre. El amor por la música, por esa felicidad inconmensurable que le ofrece arrancarle emociones al piano, por esa inagotable inspiración que le talla ideas en su mente a cada minuto… “Es como tomar agua, necesito la música para saciar mi sed. Mientras haya música en mi vida habrá Alfredo Rodríguez para rato”, me dijo en un reciente contacto establecido a través de las redes sociales.

Le creo y lo comprendo, porque cuando se tiene la dicha de encontrar lo que te anima a despertarte cada día, nada puede ser más fuerte. A veces se toman decisiones difíciles, como cambiar el lugar de residencia y por ello, alejarse de la familia, pero no siempre el camino de la autorrealización y el goce está exento de sacrificios. Lo imperdonable es que, al final, no valga la pena.

No es el caso. Este muchacho dejó de ser hace mucho tiempo “el hijo de…”, no por contradicción o desapego, sino porque logró distinguirse en el mundo musical, con talento, con carisma y con ese maravilloso golpe de suerte que la vida le regaló.

“Quincy Jones es una leyenda y decir hoy que más que mi mentor, es mi amigo, es un privilegio grande. Ha sido una gran fortuna para un joven como yo haberlo conocido y haber cambiado la vida gracias a él. Lo conocí en Suiza durante un festival y se convirtió en una de las razones más importantes para tomar la decisión de vivir en Estados Unidos con el deseo de perseguir mi sueño en la música. Quincy es una leyenda, es una de las personas que más sabe del arte y de otros aspectos de la vida. Conoce a muchas personas, ha vivido muchos momentos importantes y contar con su apoyo en mi trabajo ha sido vital”.

Esparciendo la música cubana por dondequiera que pasa, Alfredo Rodríguez compone y se presenta con frecuencia junto a Munir Hossn, en el bajo y Michael Olivera, en la batería, en formato de trío. Sin embargo, disfruta mucho sumar a otros artistas en colaboraciones que luego, como ha sucedido con el percusionista cubano Pedrito Martínez, pueden convertirse en un disco.

Tocororo (2016) es una excelente carta de presentación para quien no conocía de su obra musical, porque ratifica su cubanía al mismo tiempo que abre las puertas para darse a conocer con todas las influencias que ha recopilado durante su estudio y desarrollo profesional. Pero antes estuvo Sounds of space (2012), The Invasion Parade (2014) y después The Little Dream (2018), antes del más reciente fonograma Duologue (2019).

Fue durante la grabación del álbum The Invasion Parade que Pedrito Martínez y Alfredo Rodríguez establecieron conexión, aunque se mantuvieron por separado un tiempo hasta el reencuentro en el Jazz Standard de Nueva York y la gira de 2017, cuando debutaron como un dúo.

La unión entre lo folclórico de uno y lo clásico del otro (quien ha confesado su delirio por la batería) devino magia melódica, y bajo la mirada de Quincy Jones floreció el disco Duologue, bajo el sello Mack Avenue Records, con el que han realizado giras en Europa, Asia y Estados Unidos. En él se incluyen los títulos “África”, “Estamos llegando”, “Cosas del amor”, “Flor”, “Jardín soñador”, “Mariposa”, “Yo volveré”, “El Punto Cubano”, la versión animada de Thriller, de Michael Jackson y la del tema del clásico videojuego Super Mario Bros 3.

“Desde el principio, mi colaboración con Pedrito ha sido muy emocionante. Compartimos energías, la pasión por lo que hacemos y el respeto del uno al otro. Después de diez años tocando con mi trío, esta idea generó cambios, un giro en mi trabajo que valoro como positivo y me ha encantado.

“En septiembre voy a Francia a hacer unos conciertos con un trompetista franco-libanés, Ibrahim Maalouf, quien fue mi invitado en un par de canciones incluidas en mi disco Tocororo, y en octubre inicio una gira por Europa con el cantante y bajista de Camerún, Richard Bona, quien también figuró en mi disco. Más adelante, con Richard volveré a hacer una gira por Latinoamérica y con el baterista Taylor Gordon, de New Orleans. Serán experiencias muy interesantes en las que volveré a sentirme como un embajador de la música cubana en el mundo”.

El también arreglista y productor musical adelanta que en el 2020 continuará con las presentaciones en formato de trío, seguirá componiendo “y enriqueciendo un proyecto en el que trabajo hace rato a partir de la creación de música para orquesta sinfónica”.

“Tengo muchas ganas de tocar en Cuba, de que se sienta allí lo que hago. Sé que hay muchos cubanos que siguen mi trabajo a través de las redes sociales. Es una bendición que así sea. He sido afortunado porque muchos de mis videos se han hecho virales y algunas personas que han asistido a alguno de mis conciertos luego me han confesado que se sintieron interesados en mi trabajo por lo que vieron en Youtube, en Facebook, en Instagram… Ha sido muy bueno para mí lograr esa comunicación con las personas a través de esa vía.

“Pero me encantaría llevar ese trabajo que se disfruta en las redes sociales hasta Cuba, con mi proyecto, o a la manera que estamos defendiendo Pedrito y yo… Alguna oportunidad tendré, la estoy esperando”.

La Jiribilla

Alfredo Rodríguez Salicio


compositor, música, piano, jazz