Hoy en el Jazz Plaza piano de todos los colores y épocas
Se titula Confluencias de pianos y desde el propio cartel promocional salta a primera vista la diversidad. Cuando lees los nombres de los invitados del joven pianista y compositor Rodrigo Ameneiros a esta presentación, descubres que, efectivamente, se trata de pianistas diversos, brillantes cada uno en su propio estilo y representantes de diferentes generaciones, como si Rodrigo se hubiera propuesto demostrar que la pianística de esta isla se puede conjugar en todos los tiempos, pero especialmente en presente y futuro.
Desde genios demostradísimos como Frank Fernández y José María Vitier, hasta las jovencitas Adriana y Andrea López Gavilán, excelentes estudiantes de nivel elemental en la escuela capitalina Manuel Saumell, encontramos músicos como Manolito Simonet, Roberto Carcassés, Rolando Luna, Aldo López Gavilán, Tony Rodríguez, Alejandro Falcón, Ernesto Oliva, Andy García y Brayan Álvarez.
El concierto forma parte del programa de actividades de la actual edición del Festival Jazz Plaza y a propósito conversamos con su anfitrión.
¿Cómo surgió la idea de organizar este concierto?
"La idea original fue concebida por mí junto con Víctor Rodríguez, Vitico, que es parte importantísima del Comité organizador del Festival y, además, Director del Centro de Música Popular y agradezco muchísimo que haya confiado en mí para un proyecto así. Hace ya más de un año y medio, un día estábamos conversando y le dije Vitico ¿dónde me podré presentar este año en el Jazz Plaza? Y me dijo, bueno, estamos haciendo homenajes, dedicando conciertos a ciertas cosas y los filmamos y queda como un producto para la posteridad. Y le respondí: entonces yo lo que quiero hacer es un homenaje al pianismo. Yo soy pianista y compositor y siempre he sentido la necesidad de agradecer el legado que nos han dejado tantas personas que han dedicado la vida a estar componiendo, estudiando piano y haciendo cosas nuevas que han quedado para la historia de la música cubana. Le hice la propuesta y ahí empezó eso a coger fuerza de una manera que yo no podía ni imaginar. En un principio yo ni pensaba invitar a los pianistas y hacerlo a dos pianos, pero fue agarrando fuerza, invitados a decir que sí, que les gustaba la idea y bueno, ha quedado lo que ya se conoce que va a pasar en la Covarrubias".
¿Quedará registrado?
"Este concierto ya se grabó en enero pasado porque esto era realmente para el Festival anterior y lo grabamos con algunos de los pianistas que van a estar en esta segunda edición y otros que no pueden estar por diversas razones, porque es difícil que coincidan todas estas estrellas estando en el país, más la situación del Covid, entonces esta vez no están algunos, pero se sumaron otros que son igual de grandes y para mí es un honor y un orgullo tenerlos. Siempre tengo que aclarar que estas personas que están en el concierto no son todos los pianistas ni mucho menos, es decir, quedan un montón de pianistas espectaculares, compositores en Cuba, a los cuales también estoy homenajeando en este concierto aunque no estén en el escenario conmigo".
¿Qué tuvieron en cuenta para seleccionar a los pianistas invitados?
"La verdad, la mayoría de los pianistas invitados son personas que, de uno u otro modo, han influido muchísimo en mi carrera, algunos como amigos, como maestros y otros como referencias que siempre he seguido y yo creo que, de algún modo, todas las personas que están en el concierto tienen alguna relación conmigo de amistad y hacia todos siento, por supuesto, un respeto inmenso. Yo creo que no fue una selección tal cual, sino que mientras iban saliendo los pianistas que querían hacerlo, lo hicimos. Yo hubiese querido invitar a muchos más, porque el pianismo cubano es inmenso, pero tenía que ser un formato de concierto y ya estábamos en el borde del tiempo".
La diversidad es una característica evidente en la selección, en cuanto a generaciones y también en cuanto a ámbitos de la música en que se mueven los invitados ¿Por qué? ¿Esa diversidad intenta transmitirnos algún mensaje?
"Sí, es un concierto muy diverso y desde su planificación ya pretendía serlo. Yo soy un pianista en formación que he intentado, en estos años que llevo de carrera, llevar a la par la música llamada de concierto y también el jazz y los géneros populares, autóctonos cubanos, por tanto he querido plasmar eso también en el repertorio y los pianistas, así que lo mismo vas a escuchar una balada de jazz, que una obra de cámara, que un jazz más contemporáneo, un danzón, un nengón guantanamero, va a haber de todo. Ese es uno de los grandes retos para mí, pero es algo de lo que siempre quise un poco tratar de hacer gala y defender el concepto de que la música no tiene que poner barreras entre estilos, todo puede aportar a la formación de cada pianista, saber un poco de todo, entrar en los diferentes géneros".
He visto en la promoción que "habrá muchas sorpresas" ¿Alguna que se pueda adelantar?
"Las sorpresas tienen que ver, en parte, con el repertorio, hay piezas que son conocidas, que las van a reconocer y también tiene que ver con los invitados que vienen a tocar con los pianistas que participan, entonces, José María Vitier va a tocar con los músicos con los que toca habitualmente, Abel Acosta y Yaroldy Abreu, que son dos excelentes músicos. En el caso de Rolando Luna va a tocar con Gastón Joya en el bajo y en el drum con Oliver Valdés, quien también estará con Tony Rodríguez, va a estar mi grupo invitado también, o sea que va a haber mucha variedad de músicas y de músicos, tratando de dar su visión personal y aportándole un poco de colores a un concierto que va a estar repleto de eso, de una gama amplia de colores, estilos y espero que lo disfruten tanto como espero disfrutarlo yo".
Francisco Fernández Dominicis
profesor, música, artes, canto, tenor, primer cubano en cantar en alla scala de milán
Nace en La Habana el tenor y pedagogo del canto, primer cantante cubano que actuó en el teatro alla Scala de Milán, donde participó en varios estrenos absolutos de importantes títulos del repertorio operístico —La cena delle beffe, de Giordano (1924); Turandot, de Puccini (1926); Sly, de Wolf Ferrari (1927), entre otras—, durante seis temporadas completas (1921-1927) y bajo la dirección de eminentes maestros —Toscanini, Stravinsky, Richard Strauss—.