Excelente vocalista de extraordinaria afinación, fraseo y métrica perfecta al cantar. Creador de un estilo propio, lo mismo para cantar boleros que los ritmos bailables, especialmente el son. Fue también un sobresaliente director de orquesta y de diferentes agrupaciones musicales. Interpretaba una especie de estampas musicales costumbristas que relataban momentos y personajes de su ciudad natal. Llegó a marcar un estilo “a lo Pacho”.
Desde muy pequeño comenzó a hacer presentaciones con una compañía de teatro infantil que actuaba en el antiguo Teatro Coliseo de su ciudad natal. Su debut artístico profesional se produjo en 1945 en un programa de la emisora CMCK, en Santiago de Cuba, al sustituir a un hermano.
Le siguieron entonces las presentaciones de la Cadena Oriental de radio CMKW. Antes de ser artista, ejerció el magisterio y fue en las aulas de primaria donde comprendió que su verdadera vocación estaba en el escenario y el pentagrama.
A los 18 años conoció a José Antonio Méndez, quien lo presentó en la conocida Emisora Mil Diez de La Habana.
De regreso a Santiago concluyó los estudios de magisterio, sin abandonar sus actuaciones en Cadena Oriental de Radio. Accedió al mundo soñado en 1951 al ser contratado como vocalista en la orquesta de Mariano Mercerón, ocasión en que grabó sus primeros discos. También eran cantantes de esta orquesta en esa época Fernando Álvarez y Benny Moré. Pacho era el cancionero; Fernando, el bolerista y Benny, la estrella; popularmente conocidos como Los tres Mosqueteros.
El primer grupo creado por el músico se denominó Pacho Alonso y sus Modernistas en 1952, con residencia en Santiago de Cuba. Esta agrupación se reestructuró cuatro años después y ya en La Habana cambió su nombre por el de Pacho Alonso y sus Bocucos y más tarde creó otra agrupación: Pacho Alonso y sus Pachucos.
A mediados de la década de los cincuenta grabó su primer disco: Cha-Cha-Cha de la Reina, exitosa creación de Enrique Bonne acompañado por la orquesta de Mercerón. En 1957 se radicó en la capital de la Isla, y amenizó bailables en centros nocturnos y sociedades de recreo; paralelamente se presentaba en radio y televisión. Cantó también en los carnavales capitalinos.
A fines de 1958, llegó a la cima de la popularidad con Enfermo del Alma y Dame un chance de Electo Rosell Chepín. Entre los éxitos más importantes de Pacho Alonso a lo largo de toda su carrera se incluyen Yo no quiero piedra en mi camino, de Enrique Bonne, y los boleros Imágenes, Tú no sospechas y Nieblas del riachuelo, temas grabados por la disquera RCA Víctor, que en 1960 le otorgó el Disco de oro por La Pachanga, de gran popularidad entonces en Cuba y otros países de la América Latina, principalmente Colombia.
Una noche en el Scheherezada fue su primer disco de larga duración, en el que se muestra como uno de los más grandes cultivadores del bolero y enseguida le siguió Que me digan feo.
La agrupación Pacho Alonso y sus Bocucos trabajó estrechamente con Faustino Oramas, el Guayabero, Ibrahim Ferrer y Carlos Querol. Con Enrique Bonne, incorporó un nuevo ritmo: Pilón, modalidad con antecedentes en el órgano oriental, y toma su nombre del instrumento donde se descascara el café. En 1967 forma un nuevo grupo llamado Pacho Alonso y sus Pachucos, dando muestras de su gran versatilidad y destacada creatividad. El dueto Bonne-Alonso logró que nuevas modalidades gozaran de popularidad, como el ritmo Simalé y el UPA UPA, aunque nunca con el extraordinario éxito del Pilón.
Pacho Alonso cosechó aplausos viajando por varios países de América, Europa y África. A finales de los años setenta incorporó a su hijo Pachito, ya destacado pianista y arreglista, a quien entregó la conducción de la orquesta antes de su repentina muerte.