El velocista cubano nacionalizado español, Orlando Ortega, se ha citado con la historia al conquistar la medalla de bronce en los 110 metros vallas del Campeonato de Europa de Berlín.
Atleta cubano nacionalizado español que se especializa en los 110 metros vallas. Ha sido subcampeón olímpico en Río 2016 y es el actual plusmarquista español de 110 metros vallas (13.04) y 60 metros vallas en pista cubierta (7.48), aunque sus marcas personales son, respectivamente, 12.94 y 7.45, ambas conseguidas como atleta cubano.
Nació en Cuba el 29 de julio de 1991, en una familia de deportistas; su abuelo paterno, también llamado Orlando Ortega, jugó en la selección de fútbol de Cuba y su abuela paterna, Cristina Hechavarría, fue campeona en el 4 × 100 de los Juegos Panamericanos de 1967.
Empezó a practicar el atletismo entrenado por su propia abuela y, más tarde, por Santiago Antúnez. Compitiendo por su país natal obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de 2011 y el sexto puesto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
En el verano de 2013, antes del Mundial de Moscú, la federación cubana le sancionó por negarse a competir en una prueba en la capital rusa. Aunque le retiraron la sanción antes de cumplir los seis meses y con tiempo para participar en el Mundial, Ortega no pasó de la primera ronda porque apenas se había entrenado, por lo que decidió no volver a Cuba.
Tras el Mundial de Moscú 2013 decidió nacionalizarse español y competir por España, entrenado por su propio padre.
Según las reglas de la IAAF, Ortega tuvo que pasar tres años sin participar en competiciones internacionales. Sin embargo, siguió corriendo en mítines. En 2015, aún como cubano, consiguió una marca de 12.94 en el Meeting de Paris; esta sigue siendo su mejor marca personal en 2019.
Tras obtener la nacionalidad española en septiembre de 2015, en julio de 2016 batió el récord de España con una marca de 13.04 que continúa vigente en 2019. Un mes después pudo competir por primera vez con el equipo de atletismo español en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, donde fue plata por detrás del jamaicano Omar McLeod. Y en septiembre consiguió su primer triunfo final en la Liga de Diamante.
En 2017 alcanzó la final tanto en los 60 metros vallas del Europeo en pista cubierta como en los 110 metros vallas del Mundial al aire libre, si bien no consiguió subir al podio en ninguna de las dos competiciones. Tras un 2017 discreto, en el que las lesiones le impidieron alcanzar su mejor estado de forma, no pudo brillar en el Mundial de Londres. Tuvo que conformarse con un séptimo puesto pero advirtió que Berlín iba a ser su cita. Y queda claro que ha cumplido su promesa. En 2018, en cambio, sí logró otra medalla: el bronce en el Campeonato de Europa celebrado en Berlín.
En 2019 hizo una brillante temporada de pista cubierta, con la mejor marca mundial del año; sin embargo, no pudo pasar de la cuarta plaza en el Campeonato de Europa en pista cubierta. Este hecho le hizo plantearse la retirada o, al menos, un cambio profundo en su carrera. Finalmente, se decidió por esto último; Ortega, que hasta entonces había entrenado en Valencia a las órdenes de su propio padre, se marchó a Chipre para integrarse en el grupo del campeón de Europa en pista cubierta, Milan Trajkovic, con Antonis Giannoulakis como entrenador.
Tras este cambio volvió a hacer una gran temporada al aire libre, venciendo en la Liga de Diamante y llegando al Mundial de Doha como número uno del ranking mundial. Sin embargo, tras haber ganado su serie y su semifinal, en la final fue obstaculizado por Omar McLeod y solo pudo acabar quinto.
Tras varias reclamaciones, el jurado de apelación de la IAAF le concedió la medalla de bronce, entregándose de este modo dos bronces en la prueba. Por este éxito la RFEA lo eligió como mejor atleta español del año.
En el Campeonato de España de Atletismo en pista cubierta de 2020 se convirtió en el primer atleta masculino en conseguir doblar como campeón de España en 60 m lisos y 60 m vallas.