Destacada educadora, consagrada por varias décadas al desarrollo del arte cubano. Durante su trayectoria profesional ha ocupado diversos cargos docentes y de dirección, entre los que se destacan: trabajó en el Departamento de Arte de la Biblioteca Nacional José Martí. Dirigió el Departamento de Arte de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, donde se desempeñó como Vicedecana de Investigación y Postgrado.
Es Licenciada en Historia del Arte en 1967. Profesora titular de la Universidad de La Habana desde 1989. Desde 1966 ha sido profesora en el Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Artes y Letras, desde 1989 profesor titular.
Luz Merino estuvo muy ligada a la Universidad de las Artes como profesora de pregrado y de la educación posgraduada, especialmente al Departamento de Estudios teóricos sobre arte de la Facultad de Artes Visuales.
Ha impartido disimiles conferencias y cursos. Ha impartido cursos de Maestría desde 2001 de las asignaturas metodología de la Investigación y Crítica de Arte.
Ha realizado numerosos aportes pedagógicos e investigativos. Autora de la Selección de lectura sobre el arte cubano en la República, donde se incluyen textos suyos.
Ha participado en numerosos eventos internacionales desarrollados en Cuba y ha impartido cursos y conferencias en Universidades de Francia, Honduras, Puerto Rico y el Salvador. Presenta variadas publicaciones en destacadas revistas cubanas. He realizado el catalogo de variadas exposiciones en Cuba y en el exterior.
Ha publicado:
Arte en Cuba 1902-1958, Ensayo.
La pintura y la ilustración: dos vías del arte moderno en Cuba, Ensayo.
Colaboraciones
Ha dirigido varias investigaciones e impartido cursos sobre Historia del Arte, de la Cultura Cubana, Arte Cubano, Metodología de la Investigación en la Universidad.
Reconocimientos y condecoraciones
Por su destacado trabajo durante años al desarrollo de la cultura en Cuba, ha recibido numerosos reconocimientos y condecoraciones de instituciones cubanas y otros países.
Luz fue una brillante y dedicada Historiadora del arte, maestra de todas las generaciones de estudiantes de la carrera durante medio siglo, con una huella imperecedera en el Museo Nacional de Bellas Artes, escritora de textos y de compilaciones imprescindibles, como “Espacios críticos habaneros del arte cubano: la década de 1950”, de verbo sencillo y cautivador, comunicadora espontánea, escrutadora del arte cubano en temas poco transitados, y en aquellos rincones donde faltaba la “fortuna crítica” necesaria, abrió nuevos caminos a la comprensión de importantes temas a través de su aguzada visión y, particularmente, a “poner en valor” algunas de nuestras producciones en artes visuales apenas conocidas o no reveladas, como la ilustración en nuestra prensa plana republicana de la primera mitad de la pasada centuria, el hallazgo y reconstrucción conceptual del cambio de siglo pictórico en nuestra isla, y el análisis sistematizado y riguroso de la critica de artes visuales en Cuba.
Pero Luz también fue una gran amiga y compañera, una personalidad vibrante, poseedora de un carisma arrollador, rebosante de una cubanía que sabía conjugar con el porte de gran dama que siempre la distinguió. En pocas palabras: hacía honor a su nombre.