Figura pública cienfueguera, abogado de renombre y gustoso de los deportes, llega a ser, como abogado, consultor de las principales casas comerciales de la ciudad, y como deportista, uno de los mejores esgrimistas de Cuba.
Nació en Cienfuegos, el 18 de abril de 1878, y fue bautizado en la Iglesia Parroquial el día 25 de mayo del mismo año. Sus padres fueron el Sr. Eusebio del Real y Oruña y la Sra. Natalia Tejera y Oruña, natural el primero de Barcenilla, lugar del Valle de Piélagos y la segunda de Miengo, Ayuntamientos ambos de la provincia de Santander, España. Fueron sus abuelos paternos el Sr. Felipe Antonio del Real y la Sra. Josefa Oruña, descendientes estos antepasados de una antigua y solariega familia del Valle de Piélagos.
La primera enseñanza y la superior las cursó en su hogar, teniendo por maestra a su cariñosa e ilustrada madre. La segunda enseñanza la estudió con notable aprovechamiento en el Colegio de Nuestra Señora de Monserrat y la carrera de leyes en la Universidad de La Habana donde se distinguió por su aplicación y talento.
Contrajo matrimonio en esta ciudad con la distinguida Srta. Rosa Pertierra y Figueroa, hija del abogado Pedro Pertierra y sobrina política del patriota José Pertierra, Marqués de Cienfuegos.
De acaudalada fortuna, heredada de sus antepasados y aumentada por su laboriosidad y competencia en el ejercicio de su profesión, poseyó uno de los capitales más sólidos y saneados de la ciudad.
Orador fácil y elegante, escritor correcto y castizo, amante de las artes y especialmente de la pintura, de la que tuvo una buena colección de obras ejecutadas por los más renombrados pintores nacionales y extranjeros, fue uno de los abogados cienfuegueros que disfrutó de alto aprecio no solo en su ciudad, sino también en la provincia villareña y en la capital de la República.
Por sus condiciones superiores como jurista de extensos conocimientos en la ciencia del Derecho escrito, logró alcanzar ruidosos éxitos profesionales, brillando muchas veces como orador forense en la Audiencia de Santa Clara.
En lo largos años de abierto su bufete gozó este de gran prestigio, siendo el abogado consultor de las principales casas comerciales de la ciudad. Entusiasta por el desenvolvimiento material y cultural de Cienfuegos, fue raro encontrar una Empresa Mercantil o Compañía Industrial de cualquier género que no figure su nombre como accionista o como abogado consultor.
Hombre a la moderna, sin prejuicios, partidario decidido de los planes modernos de enseñanza de sus tiempos, fue un entusiasta propagandista de los deportes en general. Fue considerado como uno de los mejores esgrimistas de Cuba y recibió varios premios, ganados en honrosa lid en los torneos celebrados en esta ciudad. Fue miembro prominente y uno de los más hábiles tiradores del Club de Tiro de Cienfuegos, también figuró en primera línea entre los que con más éxitos se dedicó a la equitación.
Secretario de la compañía de alumbrado público denominada “The Cienfuegos Electric Power Co.” Y de la de “Cienfuegos, Palmira and Cruces Electric Railway Power Co.”; de la “Compañía de Tranvías” y de la “Davidson Sulphate Co.”
Abogado consultor de la poderosa compañía “Cuban Cane Sugar Corporation” y Consejero del “Centro de Propietarios Urbanos de Cienfuegos”.
Presidente honorario y después efectivo de los Exploradores de Cuba (Boys Scouts) a los cuales regaló la valiosa bandera nacional que poseyó esa institución.
Presidente del “Yacht Club” de Cienfuegos, habiendo sido Comodoro del mismo.
Secretario del Colegio de Abogados y Presidente de la entonces “Sociedad de Cazadores de Cienfuegos”. Su hermano el Dr. en Medicina y Cirugía Andrés Avelino del Real fue también relevante figura dentro de la sociedad cienfueguera de aquella época.
Su nombre figuró además en la Directiva del “Comité Local de Caballeros de la Cruz Roja”, a la que realizó valiosas donaciones.