De origen cubano, específicamente de Camagüey, la cantautora nació en 1927. Desde muy joven tuvo el sueño de dedicarse a la música, pues aprendió a tocar el piano en la infancia. En el colegio donde estaba interna siendo adolescente aprendió a tocar la guitarra y cuando tenía como 15 años empezó a componer.
Y es que, aunque esta cantante y compositora cubana confiesa que el amor por la música le nació desde pequeña, no fue sino hasta ahora que, gracias a unos de sus nietos -el músico y compositor Carlos José Álvarez-, logró dar el salto a la música profesional. Eso sí, a una velocidad vertiginosa.
"Le dije a mi papá una vez que yo quería ser cantante, entonces él me dijo: 'tu cantas muy bonito, mi hija, y me encanta oírte, pero yo no quisiera que tú cantaras para el mundo".
Le hizo caso a su padre, pero su mente no dejó de escribir y componer canciones. Lo hizo incluso cuando salió de Cuba. Aunque quedó circunscrita al ámbito familiar, Álvarez siguió cantando y componiendo canciones que inicialmente guardaba en su memoria, pero que luego empezó a transcribir en unos cuadernos.
En su etapa de juventud tuvo que dejar partir a sus cuatro hijos de la isla en 1962 en la Operación Peter Pan debido a que a ella le negaron la salida. Emigró luego de varios meses a Estados Unidos, dejando a su esposo pero la reunión con sus hijos, que estaban en un orfanato, duró algunos años pues para ello requería contar con un empleo con un ingreso que le permitiera mantenerlos a todos y eso no era fácil. Sin saber hablar inglés, tuvo que aceptar los trabajos que podía conseguir: recogiendo tomates en el campo o limpiando oficinas por las noches.
"Cuando sentía algo que me emocionaba, empezaba a componer. Sobre todo cuando me fui de Cuba. Yo viví en Puerto Rico, que tiene el mismo clima de Cuba, y cuando iba por las carreteras y veía las cosas que me recordaban a Cuba, ahí componía. En México también compuse. Dondequiera que yo iba y me gustaba, sentía el deseo de decir lo que yo estaba sintiendo", recuerda.
Además del exilio con todas sus implicaciones, Álvarez sufrió la muerte por cáncer de su marido en 1977 y luego la de su hija María, por la misma causa. Sus hijos fueron una fuente constante de inspiración, a ellos les compuso el tema "En mi jardín" y, concretamente a María, le escribió un tema que lleva su nombre. El tema "Camino sin rumbo" lo dedicó a su esposo
Con esos cuadernos, algunos ya gastados por el tiempo, sorprendió a su nieto Carlos José cuando este le pidió que le mostrara las canciones que había hecho. De allí salieron las 15 canciones que conforman su primer disco y allí también hay -según asegura Álvarez- unas 30 canciones aún sin publicar.El impulso se lo dio su nieto, el compositor Carlos José Álvarez. Cuando tenía 91 años ofreció su primer concierto en Los Ángeles.
Su primer disco homónimo salió hace apenas un año con 15 canciones de composición propia. Justamente esta producción la llevó a la nominación al 'Latin Grammy'.
Así, el disco puede oírse como la obra musical que es, pero también como una suerte de diario sentimental de su autora.
En los últimos cuatro años, Ángela Álvarez ofreció, en el histórico teatro Ávalon de Los Ángeles, su primer concierto.
El recital fue presentado por el actor Andy García, quien además tocó el bongó y fue el productor de Miss Ángela, un documental dirigido por los cineastas Paul Toogood y Lloyd Stanton sobre la vida de esta nonagenaria.
Al mismo tiempo, Ángela Álvarez tuvo la oportunidad de hacer un pequeño papel en la nueva versión de la película The Father of the Bride -protagonizada por Andy García y Gloria Estefan-, en la que aparece cantando el bolero clásico "Quiéreme mucho".
Y ahora, encima de todo eso, está la nominación al Grammy latino por su primer disco, que incluye 15 composiciones suyas y que fue grabado por músicos de primera línea que, a su vez, han sido en el pasado ganadores o candidatos a los Grammy.