Pianista y profesora de piano. Fundadora de la Escuela Nacional de Arte (1962), la cual dirigió durante 16 años, Desplegó una intensa labor docente como profesora de piano.
Nace en La Habana. Inició sus estudios musicales con su madre Blanca Isabel de la Maza, los continuó en el Conservatorio Peyrellade con Juana Valles de Goñi, y los concluyó en el Instituto Superior de Arte bajo la tutela de Frank Fernández; recibió clases magistrales de Jorge Luis Prats. Graduada del Conservatorio Carlos Alfredo Peyrellade y del Instituto Superior de Arte.
No es posible hablar de la enseñanza musical en la segunda mitad del Siglo XX, en Cuba, sin mencionarla, entre los nombres más distinguidos. También es necesario referirse a ella, cuando se habla de la música vocal o de la instrumental, entre sus principales exponentes.
Concluidos sus estudios en el Conservatorio Peyrellade comenzó a trabajar como profesora en el Conservatorio Nacional Hubert de Blanck. A partir de 1959 desempeñó numerosas responsabilidades vinculadas con la enseñanza musical.
En 1987 ocupó la dirección de Música del Ministerio de Cultura y al crearse el Instituto Cubano de la Música pasó a ser su presidenta.
Ha participado en sucesivas reformas de la enseñanza artística que se han desarrollado en el país, así como en la confección de planes de estudio y asesoramiento metodológico a la instrucción pianística y de otras disciplinas.
Ha desarrollado, además, una intensa labor como intérprete, la que ha incrementado en los últimos tiempos, con recitales en casi todas las provincias del país y ha grabado un disco con obras de compositores cubanos de las más diversas tendencias.
Se debe mencionar como una de los grandes promotores de la música en la Revolución cubana. Y hábil diplomática cultural, la avezada pianista cameral evolucionó hacia la condición de respetable solista concertista, que en presentaciones públicas y en excelentes grabaciones difunde en Cuba y por el mundo la obra de significativos compositores cubanos, que no habían tenido en otros intérpretes una fuente de comunicación con los públicos y también de los que sí la habían tenido.
Alberto Joya, en la nota al CD Alicia Perea. Danzas, contradanzas, habaneras y danzones, expresó:
«“El desarrollo pianístico de Alicia Perea constituye un caso «sui generis». Dotada de un pianismo natural y una destacada sensibilidad, siempre fue guiada por excelentes profesores, creando así una manera segura de afrontar grandes obras del repertorio pianístico universal, poniendo siempre la técnica al servicio de la música”.
“Su diversidad de color en el sonido que produce en el piano nos interrelaciona su música con otras manifestaciones artísticas, la pintura o la arquitectura colonial cubana con sus ventanas, rejas y vitrales […], que unido a la flexibilidad en el tratamiento de la agógica dan a sus interpretaciones un movimiento interno lleno de magia y seducción”.»
Premios y reconocimientos
Medalla Alejo Carpentier
Medalla Rafael María de Mendive
Orden Juan Marinello
Distinción por la Cultura Nacional
Medalla Raúl Gómez García
Premio Especial Cubadisco por su CD "Compositores cubanos para piano del siglo XX.
Es Miembro Emérito de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
Premio de Honor Cubadisco 2014