Arturo Montoto: la belleza justa
Arturo Montoto es uno de los maestros indiscutibles de las artes visuales cubanas del momento, él trabaja en su casa estudio de Guanabacoa. Termina este año a toda máquina pues hará el reposicionamiento de su obra en Europa, de la mano de la galería parisina Intemporel. Ya este diciembre varias de sus piezas fueron mostradas en la Feria Internacional de Arte de Luxemburgo, representadas por la galería madrileña Gaudí.
El estudio de Montoto es como un taller renacentista. Se pinta, se esculpe, hay ayudantes y discípulos volcados a la obra. Varios perros deambulan a sus anchas: en el patio alguien corta un gajo desprendido por el viento de un árbol frutal, en la cocina se maceran los olores que al filo de las doce serán servidos a la mesa… Pasa fugazmente una muchacha de Botticelli. De la calle llegan los claxon y las voces de los vendedores ambulantes.
En París expondrá piezas que recuerdan la exitosa muestra Conversaciones en el huerto, que tuvo como objetos de representación herramientas, utensilios y aperos “trabajados” por el tiempo, en aparente abandono.
Montoto es mayormente conocido por las frutas, elementos vegetales de iluminación casi siempre brillante en medio de paisajes urbanos desolados. Pero su obra es versátil, se mueve por diversas vertientes temáticas e, incluso, llega a acercarse milimétricamente a la abstracción al presentar macro detalles de esos mismos elementos.
En el 2018 realizóe en La Habana la exposición Dark, de pintura y escultura, luego de seis años sin mostrar su trabajo en Cuba. En esa ocasión se especuló sobre el carácter “sombrío” de las obras.
Este carácter ¨sombrío¨ se debió a que las obras eran predominantemente negras y automáticamente se asocia lo negro con lo sombrío. En realidad, el arte se hace en parte con las vivencias concretas del artista y en parte con la experiencia intelectual más la herencia y la huella que la historia del arte ha dejado en su formación. En los años anteriores había tenido una práctica muy intensa con el color diáfano y refulgente, y esto hace que se produzca cierto agotamiento o embotamiento perceptivo, que exige una disminución o apagamiento del color; pero no fue sólo eso: al mismo tiempo el artista quería introducir en la obra, sobre todo en la pintura, elementos propios de la más nimia cotidianidad para polemizar con los imaginarios tradicionales de lo que supuestamente identifica lo cubano.
Así que intentaba que la cubanidad quedara velada tras la penumbra del negro como neutralidad, y que todo fuera percibido como intrascendente.
Arturo Montoto Echevarría
conferencista, profesor, artes, muralista, pintura, escultura, plasticas, fotografia, grabado