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Habana Radio

Santiago Alfonso: La danza es la realización de mis sueños

-¿Qué significa la danza para Santiago Alfonso?

La Danza es la realización de mis sueños. Recuerdo en la segunda mitad de los 50 del pasado siglo cuando veía Espectáculos Musicales en TV, Teatros o Cabarets en los que no podía participar por no tener la calidad requerida o por lo más doloroso: ser negro. Solo nos utilizaban en las puestas en escena que tuvieran temas afro cubanos, y en la mayoría de esas participaciones nuestros papeles éran como esclavos.

-¿Por qué elegir entre tantas manifestaciones la danza de espectáculos?

Como dije antes mis comienzos están totalmente vinculados a esta manifestación. En Cuba no había Compañías de Danza en las que pudiéramos soñar, existía solamente el Ballet Alicia Alonso, que se sostenía por la lucha personal de Alicia, Fernando y Alberto Alonso, apoyada por Doña Laura Rainieri desde el Patronato del Teatro Auditorium.

A ese nivel no podía llegar. En realidad nunca me sentí inclinado a ser un bailarín de ballet. Admiraba muchísimo a mis amigos que se desempeñaban en esa disciplina, pero no me sentía capacitado para llegar a ser un bailarín más allá de los espectáculos cubanos.

Mi mayor ambición era lograr estudiar Danza Moderna. Había oído hablar de Ramiro Guerra, pero no sabía cómo llegar a él. Había visto fotos de Katherin Dunham y su Compañía que radicaba en Nueva York, pero esa idea era inalcanzable.

Tenía la esperanza de ser como Alexander Cunning, un bailarín negro que había sido estrella junto a Marta Castillo en el Tropicana de los años 40-50. Mis ídolos eran Sonia Calero, Elena del Cueto, Roberto Rodríguez, Tomás Morales Miguelito Chequis y Marta Castillo, Gladys Y Freddy, Arnaldo Silva, Christy Domínguez.

A decir verdad, el bailarín y coreógrafo cubano que más influyó en mí fue Arnaldo Silva, pues su línea estética y su lenguaje se acercaban mucho a la concepción de los Plays americanos y cuando ví West Side Story, la vida me cambió.

-¿Qué significa para Santiago Alfonso ser Premio Nacional de Danza?

Representa un inmenso honor saber que el trabajo hecho por más de 40 años había sido reconocido, pero, más allá de lo personal, es el reconocimiento a tantos y tantos creadores que antes que yo hicieron de esa manifestación en Cuba, uno de los trabajos artísticos más famosos en el mundo entero.

A Héctor del Villar, que fue el primer Director Artístico del Tropicana original, a Roderico Neyra, Alberto Alonso, Luis Trápaga, Tomás Morales, Joaquin “Riviera” Castellanos, Joaquin Condall, Rafael Hernández, Ändres Gutíerrez, Rafael Alfonso, Amaury Pérez (que fue el pionero en los primeros años de la Revolución en romper la barrera racial en su Espectáculo del Casino Parisién del Hotel Nacional al utilizar un cuerpo de modelos todas negras).

En los Espectáculos de Cabaret actuaban las figuras más importantes del espectro artístico de Cuba y el mundo entero. Allí podías ver a Rita Montaner, Beny Moré, Bola de Nieve, Celia Cruz, Olga Guillot, Paulina Álvarez, Rosa Fornés, Álvarez Mera, el Cuarteto D´Aida, el Cuarteto de Facundo Rivero, Celeste Mendoza, Xiomara Alfaro y tantos otros y del mundo internacional a Edith Piaf, Nat Cole, Sarah Vaughn, Johny Mathis, Eartha Kidd, Cármen Miranda y Tony Bennett, sin olvidar que las orquestas de esos centros estaban dirigidas por nombres como Armando Romeu, Adolfo Guzman, Rafael Somavilla.

En los atriles podías ver a músicos de la categoría de Bebo Valdés, Papito Hernández, Wilfredo Reyes, Guillermo Barreto, los Hermanos Cachao, Táta Guines, Ricardo, Luis y Alfredo, que después del triunfo de la Revolución crearían el Grupo Los Papines que tanta gloria dieron internacionalmente a nuestro país.

Hasta el triunfo de la Revolución, yo era uno más en el molote. Sencillamente no tenía a mi vista nada que me prometiera un futuro mejor. Aquella noche del 31 de diciembre al terminar el trabajo me fui a casa sin saber que había sucedido algo que cambiaría no solo mi vida, sino también la de todos los bailarines negros de Cuba.

Ninguno de nosotros tuvo conciencia de lo que nos traía este fenómeno social. Cuatro meses después, en abril, anuncian que el Teatro Nacional bajo la dirección de la Dra. Isabel Monal, (ya en La Plaza Cívica y que más tarde será La Plaza de La Revolución), creado poco antes por La Revolución, haría audiciones para crear el Departamento de Danza, bajo la dirección de Ramiro Guerra.

Me presenté a audiciones como cientos de jóvenes. Ramiro Guerra era un tirano, no había respiro, trabajábamos de 8:30 de la mañana a las 5 de la tarde, comenzando con clases de danza.

El resto del día se utilizaba para montar las primeras obras: Mulato y Mambí, La Vida de las Abejas y Estudio de Las Aguas. Con esas piezas se conformó el primer programa con el que nacería El Conjunto Nacional de Danza (hoy Danza Contemporanea).

Posteriormente se incorporaron cantantes y percusionistas folklóricos para impartirnos clases de esta disciplina que pertenecían al Departamento de Folkor que dirigían Argerliers León y María Teresa Linares, (dos apostoles de la cubanía).

-¿Cómo valora la danza de espectáculos que se hace en Cuba?

Cualquier manifestación artística está supeditada a las condiciones económicas de nuestro país y el espectáculo no es una excepción. Al igual que la ópera, son manifestaciones muy costosas, pues su producción demanda inversiones enormes en la compra de materiales para confeccionar el vestuario, diseño y confección, escenografía, música, orquestaciones, calzado, profesores y personal escénico, técnico y de producción,

Esto en lo económico, como también influye el trabajo de formación de los artistas que intervienen, ya que un bailarín de nuestra disciplina debe tener conocimiento de danza, ballet, folklor, bailes populares y hasta de bailes internacionales, porque todas estas disciplinas confluyen.

En los vocalistas sucede lo mismo, deben estar capacitados para interpretar con la misma soltura, el son, el bolero, la rumba, el danzón y todo lo que aparezca en el mundo musical. Debe ser capaz de bailar o al menos tener sentido del ritmo. Todo esto implica dedicación y entrega, pero también gastos.

No podemos dejar de lado que esta disciplina ha sido por muchos años la preterida de las Artes Escénicas por considerársele arte menor y superficial.

Con la creación de las Escuelas de Arte, nuestros graduados se situaron a una altura muy superior a las exigencias escénicas, pero en su mayoría no abarcan el abanico de exigencias de esta disciplina ya que la mayoría se gradúan de una sola.

Por otro lado, no se sienten atraídos por el espectáculo.

Todos necesitamos quien nos guie, que es decisivo transitar por cada etapa, esto nos va llenando de conocimientos, de experiencias buenas y malas que al final enriquecen nuestra formación.

Hoy muchos bailarines salen de la escuela y el poco tiempo ya son coreógrafos y/o Directores de Grupos, ¿qué tiempo tuvieron para formarse? No niego que hay talentos excepcionales que nos asombran con sus creaciones, pero inclusive estos deben tener un asesoramiento, porque un lenguaje propio que nos identifique no se logra en un año. A mi modesto modo de ver es ahí donde están las dificultades que estamos en el mundo del espectáculo

-¿Qué mensaje quisiera enviar a los jóvenes que quieren hacerse una carrera en este escenario?

Ante todo disciplina, perseverancia y respeto. Deben oir a sus maestros, ensayadores, coreógrafos y todo el lo dirija. Recuerden siempre que el bailarín necesita ser dirigido, sin maestros no se avanza, no podemos creernos que solos podemos.

Aveces o casi siempre nos aburrimos de hacer lo mismo todos los días y consideramos que el maestro va muy lento y nos atrasa, por el contrario, el ir despacio hoy nos da la seguridad de mañana. La suficiencia en nuestro mayor enemigo y los bailarines/nas cuando comienzan creen sabérselo todo; craso error.

Es esa actitud la que más daño nos hace. La perseverancia es muy importante, debemos insistir en lo que no nos sale bien, ese repetir cada día los mismos ejercicios nos lleva a la perfección.

-Si no existiera la danza, ¿que sería Santiago Alfonso?

De no haberme dedicado a la Danza, podría haber sido deportista. En mi niñez y adolesencia practiqué campo y pista (distancia corta), boxeo, levantamiento de pesas, voleibol, cuatro esquinas y béisbol. En este último llegué a formar parte de la preselección nacional en el año 1957, pero tuve que elegir entre la pelota y el baile. Me decidí por bailar porque estaba trabajando en Montmartre y tenía la posibilidad de viajar a Venezuela. En ese gesto sin saberlo encontré mi futuro.

Cubadebate

Santiago Alfonso Fernández


profesor, director artístico, coreógrafo, bailarín

Director artístico, profesor y coreógrafo de vasta experiencia. Director por excelencia del internacionalmente reconocido Show del Carabet Tropicana. Bailarín fundador de la compañía Danza Contemporánea de Cuba en el año 1959, del Consejo Nacional de Cultura y del Teatro Nacional. Es miembro del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y Vicepresidente de la Asociación de Directores Artísticos de la misma.