Escultor Orlando Basulto, primer cubano miembro de la Academia Internacional de Cerámica de Ginebra
Un jurado compuesto por catorce miembros de la Academia revisó meticulosamente 150 candidaturas para elegir a Basulto, quien recibirá su acreditación en septiembre de 2024 en Portugal.
El escultor camagüeyano Orlando Basulto Abreu se acaba de convertir en el primer cubano miembro de la Academia Internacional de Cerámica (AIC) de Ginebra, Suiza.
De acuerdo con la Asociación Cubana de Artesanos Artistas en la provincia de Camagüey, un jurado compuesto por catorce miembros de la Academia revisó meticulosamente 150 candidaturas para elegir a Basulto, quien recibirá su acreditación en septiembre de 2024 en Portugal.
Desde su muro de Facebook, el artista manifestó sentirse honrado por este reconocimiento, “aún más representar a Cuba en esta prestigiosa institución”.
“Cuba entra por primera vez en esta lista de países”, señaló el escultor.
En la web oficial del escultor se describe como “un cubano contemporáneo” que considera el cuerpo humano como el sujeto ideal, por sus perfectas proporciones, su riqueza de detalles, sus rasgos expresivos y sus volúmenes.
Basulto, agrega el sitio, resalta la ligereza, flexibilidad y voluptuosidad de sus personajes y explora los temas de la vida, la muerte, la memoria, los sueños, el amor, la sensualidad y sexualidad, al tiempo que revela el comportamiento humano con sus impulsos y emociones, denunciando al mismo tiempo toda forma de discriminación.
Once exposiciones individuales y unas sesenta colectivas en galerías, ferias de arte y museos completan su carrera, apunta la web. Sus obras forman parte de colecciones privadas de todo el mundo.
El camagüeyano ha recibido numerosos honores y premios, incluido el Mérito Artístico otorgado por la Pinacothèque du Musée de Luxemburgo y el Premio a la Excelencia del Musée des Bellas artes de Mont-ST-Hilaire Quebec, Canadá.
El objetivo de la AIC es «estimular la amistad y la comunicación entre profesionales en el campo de la cerámica en todos los países». La Academia desarrolla y alienta todas las formas de cooperación internacional para promover la cerámica y para fomentar y mantener la producción al más alto nivel de calidad en todas las culturas cerámicas.
Desde su fundación en 1952 por Henry J. Reynaud, presidente de la AIC hasta su muerte en 1964, la organización ha cambiado y evolucionado. Originalmente, tenía una sólida formación diplomática, fusionando representantes de museos nacionales y organizaciones culturales. Los ceramistas fueron invitados como consultores.
La AIC consta de más de 1000 miembros, que representan a 81 países de todos los continentes.