Cristian Barrero, joven con dos oros consecutivos en Olimpiadas de Biología

En los últimos meses Cuba ha llegado a lo más alto del podio de las olimpiadas de conocimientos gracias al esfuerzo y talento de decenas de jovencitos que han ganado medallas en representación de la isla en encuentros de las más diversas disciplinas. Informática, matemáticas, química, biología… la lista es larga y Cuba se ha destacado en todas.

Precisamente en esta última disciplina, biología, Cuba obtuvo en jornadas recientes su mejor resultado histórico. Este lindo capítulo para los estudiantes cubanos se calzó con tres medallas de oro y una de plata y tuvo lugar nada más y nada menos que en casa, pues la cita de conocimientos se celebró en esta ocasión en la Mayor de las Antillas.

Uno de los ganadores del oro fue Cristian Barrero Hernández, con quien Cuba Noticias 360 tuvo la oportunidad de conversar tras el evento. Se trata de la segunda medalla de oro consecutiva de este joven estudiante: la anterior la logró en 2023 en la Olimpiada Centroamericana y del Caribe de Biología.

Para él, fue algo especial, por convertirse en el primer cubano que gana dos oros en biología. Pero el resultado no se le ha “subido para la cabeza”

“No me hace mejor que los demás, porque incluso el estudiante de Pinar ganó el mejor oro en la Olimpiada”, comenta, aunque no sea poca cosa lo que ha logrado. Eso sí, para él, es fruto de la constancia y el esfuerzo.

¿Cómo se entrena para un evento de ese nivel?

“Una vez que en la Preselección Nacional en La Habana quedan escogidos los 8 estudiantes que van a los eventos, se determinan los 4 que van a cada uno y estamos un mes allá recibiendo preparación de nuestros entrenadores”, responde.

Tal vez porque sea algo evidente, Cristian no comenta sobre las largas horas que ha dedicado al estudio personal, que también es vital de cara a este tipo de eventos. Pero sí señala que la preparación incluye sesiones prácticas y conferencias, e incluso prácticas de laboratorio.

De hecho, según explicó, los exámenes de las Olimpiadas tienen una parte práctica que aporta el 40% de la puntuación total y este año fueron de zoología, botánica y biología molecular. Allí les evaluaron las habilidades que debe tener un biólogo en un laboratorio, y en la otra parte de la prueba, la teórica, enfrentaron dos exámenes, uno de 89 preguntas y otro de 60, este último más difícil.

¿En cuál de los exámenes te fue mejor?

“En general en los teóricos no tuve muchas dificultades, el práctico de zoología fue el que más se me complicó”.

De acuerdo con Cristian, en la parte teórica es donde generalmente los estudiantes cubanos son muy fuertes, por la solidez de la preparación en ese componente.

Dos medallas de oro, ¿irá el jovencito en busca de la tercera?
En los meses por venir se realizarán varios encuentros internacionales de conocimientos, incluyendo la Olimpiada Centroamericana de Biología en El Salvador, en noviembre. Sin embargo, debido a las reglas de estas lides, Cristian no podrá asistir a ese evento.

Lo que sí le parece justo es que nadie tiene un lugar asegurado en los eventos por tener algún premio o resultado. Para volver a participar en en las competiciones tiene que resultar ganador primero a nivel nacional.

“En las olimpiadas de biología las participaciones son únicas, por lo tanto, ya no puedo ir a la Centroamericana porque estuve en esa el año anterior”, explica.

Igualmente, triste es el hecho de que, aunque existe la Olimpiada Internacional de Biología, por falta de presupuesto Cuba no ha podido debutar ahí. “Seguro estoy que grandes cosas se lograran también si participáramos”, precisa.

Pero Cristian tiene otros planes a corto plazo, con la biología entre ellos en octubre deberá empezar en el Servicio Militar Obligatorio, y una vez concluido podrá ingresar a la universidad, en la carrera de Bioquímica y Biología Molecular, que se estudia en La Habana.

A Cristian, y a los otros jovencitos cubanos ganadores de medalla en esta Olimpiada, éxitos y la más grande de las felicitaciones. Sus resultados son los de toda Cuba, donde abunda el talento, aunque no estén todas las condiciones para desarrollarlo.