Apezteguía es un jugador profesional del fútbol que ha jugado como delantero en el equipo de San Marino en la primera división Tre Fiori.
Desde pequeño su padre puso un balón en los pies y ahí, más o menos, empezó su historia. Joel comenzó en el fútbol, de manera informal, practicando en el Reparto Nuevo Vedado donde estaba la escuela “José Luis Arruñada” que acoge hasta estos días un terreno donde juegan los jóvenes del barrio.
Primero todo fue a nivel de municipio y después pasó a la academia, que estaba en el Fajardo. Integró el equipo de Industriales en su primera temporada marcó seis goles, tenía quince o dieciséis años. Después lo llamó el equipo de Ciudad de La Habana.
Más tarde pasó a jugar fútbol sala y en el provincial marcó 45 goles. Eso fue en el primer año. En el segundo año marcó más o menos la misma cantidad. Luego lo llaman para el nacional. Anotó 19 y llegó el llamado para integrar el Cuba. No pudo aceptar esa oferta. Tuvo que ir para España. Su padre lo necesitaba.
En 2007 se fue a vivir con su padre a Vigo, España. Allí trabajó en un puerto cargando pescado. Jugando en la playa lo vieron algunos chicos españoles que destacaron su talento, y así llegó a jugar en un equipo de cuarta división de Galicia.
En el bar, con su padre, daba clases de salsa. Lo ayudaba también a preparar las copas, a vender café. Se levantaba siempre a las seis de la mañana, iba al puerto y regresaba, más o menos, a las cuatro de la tarde. Después iba hacia el bar y luego, sobre las seis o siete de la tarde, se marchaba a entrenar. Después de los entrenamientos iba de nuevo hacia el bar. Así era la vida. Así estuvo más o menos casi un año. Cargar pescado al menos le sirvió para fortalecer las piernas, para coger fuerzas y seguir luchando.
Aquel equipo donde hice las pruebas y luego jugué era un equipo de Galicia, que se llama Arbo. Con el entrenador Enrique, más conocido por todos como Kike, todavía mantiene comunicación. Ese año ganaron el campeonato. Joel marcó 19 goles y le otorgaron la camiseta número 10.
El entrenador quiso que se quedara en el equipo pues pensaba que Joel tenía talento para jugar en categorías superiores, como la segunda división, la primera. Tenía 24 años. No pudo jugar en niveles superiores porque no tenía los documentos necesarios.
Después de Galicia puso rumbo a Barcelona. Ahí encontró a un primo que le llevó a diferentes equipos. En uno de ellos le quisieron probar, juguó bien, marcó dos o tres goles. Se quedó. El presidente tenía muy buenos contactos en Moldavia y tuvo la oportunidad de jugar en la primera división de ese país. Él le preguntó si tenía interés en jugar allí. Sin conocer el país, arrancó para allá.
Después decidió probarse con equipos de Noruega. Todo llega a través de un amigo que lo llevó a clubes como el Valerenga, el Stabæk IF. Noruega es un país donde existen todas las condiciones para jugar al fútbol. Juguó bajo techo, en campos espectaculares, siempre a estadio lleno. Tenía 25 o 26 años.
Regresó a España y al Manresa, donde había estado antes, en Barcelona. Cambié de representante, y el nuevo, Jordi Guardiola, vio mi currículo y me abrió más puertas. Me dijo que me iba a probar en un equipo de tercera división para ver si mi talento era verdadero. En Manresa marqué siempre goles. Quince o dieciséis el primer año y en las otras dos temporadas estuve, más o menos, en cifras similares.
En ese mismo equipo tuvo la fortuna de conocer a un chico que se llama Édgar. Es como su otro hermano. Apenas llegó le acogió y luego lo llevó a su casa. Le hizo vivir allí con su familia. Conocían la situación en la que Joel estaba con el padre en Galicia. La distancia es grandísima. Le dijeron que se fuera a vivir con ellos para que no estuviese solo en una casa de alquiler.
Juguó, por aquel entonces, en varios equipos españoles. Estuvo en el Ripollet. Tuvo también la fortuna de que, estando en Manresa, cuando iba de vacaciones a Italia, conoció a la que sería su esposa. Después de dos años, más o menos, de conocerla, le dice que su padre había sido director deportivo de varios clubes italianos. Su padre, con diferentes contactos, habló con un representante, le enseñó su currículo y algunos videos y le dijo que si quería firmar con un equipo de Albania el Teuta y estaba en primera división. No tenía los documentos aún para jugar en Ita, lia. Fue para Albania y no esperaba que fuera una liga tan importante.
En ese lugar tuvo el placer de conocer al gran portero Roberto Sorrentino, que jugó en el Napoli y en otras escuadras importantes. Era el entrenador y loe acogió como un hijo. Le gustó su forma de jugar. No marcó en el debut, pero ya en la segunda presentación sí. Después marcó cuatro en un partido. Luego volvió al Manresa. Marcó siete goles en aquella campaña en Albania.
Se casó y se mudó para Italia. Juguó para el Fano, un equipo de cuarta división. Después fue al Gassino San Raffaele, en Torino y marcó 31 goles. Pasó luego al Chisola. Juguó con ellos uno o dos partidos. Le dijo al presidente: “no me gusta hacer estas cosas, pero no soporto estar lejos de mi mujer, no me adapto a la escuadra y quiero una salida”.
Entonces firmó con Anconitana que es una escuadra que ha jugado Serie A y B. Si te llama un equipo así es porque has hecho un buen trabajo y has marcado muchos goles. No juguó como delantero centro, que era su posición natural, sino como extremo izquierdo, abierto siempre hacia la banda. No defraudó. El año 2017 se fue con 21 goles.
El futbolista cubano había marcado ya cuatro goles en un partido de la Superliga albanesa el 2 de febrero de 2014 contra el KS Lushnja, que terminó con una victoria por 6-2 y llevó a Teuta al segundo lugar. Añadió otros tres goles a su cuenta final en Albania en partidos de Copa.
En Italia tiene algunos récords. Es el primer cubano que marca 31 goles en un campeonato italiano. Es el primer cubano en debutar en la Anconitana. Ningún extranjero había marcado 21 goles con la Anconitana. Un cubano que llega a Italia y marca 52 goles en dos años… es algo muy bonito.
Estando en Italia, su padre enferma, tenía cáncer de pulmón y Joel tuvo que abandonar todo para estar a su lado y pasar los últimos días con él.
Ahora se desempeña en el club italiano Tre Fiore, de San Marino, que cayó derrotado con marcador de 2-0 ante el Linfield, de Irlanda del Norte, en el partido semifinal de la ronda preliminar de la UEFA, celebrado en el Colovray Sports Center de Nyon, Suiza.
En ese choque el cubano integró la alineación inicial como titular, sin embargo, no pudo convertir ningún gol. A pesar del revés, no dejó de valorar la experiencia histórica de ser el primero de sus connacionales en jugar una fase preliminar del torneo de clubes de fútbol más importante del mundo.
El Tre Fiore se coronó en el año 2020 campeón de San Marino, gracias en parte a una notable actuación del cubano, que juega con el dorsal número 11. El club llegó a estar en el primer lugar cuando los organizadores del torneo decidieron no continuar la temporada a causa de la pandemia. Apezteguía marcó 7 goles en 8 partidos.
En cuatro temporadas, hasta el 2020, ha marcado 85 goles, de los cuales 15 han sido este año en diferentes competencias con el Tre Fiore.
Joel Apezteguía sueña con formar parte de la escuadra de su país natal. Ha dicho: Mi debut en el equipo Cuba es un sueño de toda la vida. Ojalá se diera. Y marcase gol. Con la gracia de Dios.