Nació en Caibarien, por razones económicas su familia se traslada a Remedios cuando el cumple 4 años de edad, donde cursó sus primeros estudios y trabajó en el periódico Avances.
En esta localidad comienza a estudiar Ciencias Sociales por correspondencia por las motivaciones e inquietudes que tenía. En el año 1934 se traslada a La Habana y después de muchos esfuerzos comienza a trabajar en la Quinta “La Benéfica“ como practicante suplente para poder cumplir el sueño de su vida: estudiar medicina.
A los pocos meses de haber matriculado la carrera de medicina participa en la huelga del Colegio Médico, lo cual le costó la reprimenda de algunos de sus profesores y casi la expulsión de los estudios de medicina a pesar de haber pagado la matrícula.
Durante los estudios médicos, continuó trabajando por las noches en la Quinta La Benéfica para poder pagar sus gastos con gran esfuerzo y sacrificio.
Al graduarse como médico en 1954 le ofrecen empleo en el Ayuntamiento, pero se negó por no ser simpatizante del gobierno de Batista y continuó en su trabajo anterior que simultaneó con actividades laborables no remuneradas en los Hospitales Calixto García y Reyna Mercedes con el hijo de Aballí, por su interés en aprender la atención que se le dispensaba a los recién nacido en estos centros.
Aquí aprendió la técnica de la exanguineotransfusión, proceder que comenzaba a realizarse en aquella época.
Por los conocimientos obtenidos, le ofrecen una plaza en la Clínica privada “Sagrado Corazón “(hoy Hospital Materno José R. Gonzales Coro) en el año 1957, donde trabajó como pediatra dando consultas y realizando visitas a domicilio.
Desde el triunfo de la Revolución integra las Milicias Médicas cuando estas se crearon. Desempeñándose como médico, participó en la Limpia del Escambray, perteneció al batallón 119 de morteros 120 donde lo apodaron “el médico artillero “.
En el año 1960 se inauguró el Hospital William Soler en el cual le ofrecieron trabajar y aceptó de inmediato, renunciando así a su puesto en la clínica privada en la cual percibía un mejor salario y pasó de esta manera a formar parte del grupo considerado como la primera vanguardia de la neonatología en Cuba.
Desde el año 1962 es miembro del Departamento de Pediatría de la Universidad de la Habana y durante su fructífera vida investigó y publicó diversos artículos sobre la especialidad destacándose entre otros su participación en el Manual de Diagnóstico y Tratamientos de Pediatría y la confección, junto al Dr. Jordán, de las Tablas de Crecimiento y Desarrollo.
En el Hospital Pediátrico William Soler comenzó a laboral en el Servicio de Recién Nacidos el cual contribuyó a desarrollar junto a otros pediatras e inició la docencia para la formación de enfermeras y auxiliares de enfermería. En el año 1963 fue nombrado director de esta institución destacándose el aporte de él en la organización hospitalaria, tal es así que el policlínico adjunto a este Hospital lleva su nombre.
En el año 1964 comenzó a atender el Servicio de Recién Nacidos del Hospital Enrique Cabreras el cual desarrolló como terapia intensiva años mas tarde. En esta unidad inició la docencia de pregrado, fundó junto al profesor Olimpo Moreno la especialidad de Neonatología en Cuba y continuó con los cursos de superación para enfermeras.
En el año 1967 se le otorga el carnet de la ANIR (Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores) por las mejoras que realiza en las incubadoras del servicio y las adaptaciones para la utilización de lámparas de fototerapia.
Contribuyó al desarrollo de los Servicios de Recién Nacidos de Santiago de Cuba, Bayamo, Manzanillo, Holguín, Camagüey, Cárdenas y Pinar del Rio, independientemente que contribuyó en la capacitación de muchos pediatras que se formaron como neonatólogos.
Dentro de los méritos y condecoraciones que recibió se destacan:
- Medalla 250 Aniversario de la Universidad de la Habana
- Medalla XX Aniversario del Triunfo de la Revolución
- Orden 10 años en la Educación
- Orden al Merito “Manuel Fajardo“
Fue miembro del Grupo Nacional de Pediatría y miembro de la Sociedad Cubana de Pediatría de la cual fue presidente desde 1977 hasta 1980, fue miembro de la Sociedad Cubana de Administración de Salud y de la Conferencia de Pediatría de México. Se le otorgó el grado de Doctor en Ciencias Médicas.
Sus compañeros de trabajo lo catalogan como muy exigente, profesor incansable, sin medida del tiempo para la docencia, la asistencia y la administración. Ejemplo de médico revolucionario y de los que impulsó la especialidad de neonatología en Cuba.