Destacada actriz cubana del teatro, cine, radio y televisión nacida en España. Leyenda de la escena cubana, orgullo de Cuba y España. “Artista de Mérito del ICRT”, “Premio Nacional De Radio”.
Aurora Pita Alonso nació el 15 de julio de 1936 en Perlío, Municipio de Fene, Provincia de la Coruña, Galicia, España. Aurorita llegó a La Habana en los brazos de la madre con apenas tres meses de nacida. Atrás había quedado España envuelta en una sangrienta guerra civil.
En particular, su tierra natal Galicia sufría la más espantosa destrucción y pobreza, lo que originó la emigración de miles de gallegos y entre ellos, la familia de Aurora que ostenta la condición de Niña de la Guerra.
Se graduó de bachiller en Ciencias y Letras y concluyendo tales estudios, trabajaba también como actriz en la radio y televisión cubanas. Muchos actores y actrices de Cuba como Fela Jar, Idalberto Delgado y su prima Marina Rodríguez, deben como ella la formación artística al Centro Gallego.
Desde que empezó a hablar dijo que quería ser actriz, tal vez se deba a que fuera hija única y creyera en un mundo de fantasías como si fuera real. Primero estudió declamación con el maestro Joaquín Riera y más tarde recibió clases de pintura en el plantel de Concepción Arenal. Por aquella época, recitó en diversos lugares y de ellos recuerda con emoción el escenario que había en el tercer piso del hoy Gran Teatro Nacional y el de los teatros de las sociedades Rosalía de Castro y Artística Gallega.
Siendo única hija y sin faltar los afectos, estímulos y esfuerzos de su numerosa familia para que estudiara, a los 14 años de edad obtuvo el primer contrato y muy pronto, ya laboraba en once programas diarios de la radio, especialmente en los géneros de novela y aventuras con papeles de niña pobre o indefensa.
Con el personaje Purita trabajó en el espacio humorístico A reírse rápido, el más escuchado del aquel momento. Aurora tuvo que romper el contrato con Crusellas para poder interpretar diferentes personajes en obras de teatro, aventuras, espacios infantiles y novelas que se trasmitían por los canales de la televisión cubana: 2; 4 y 6.
Trabajó en la serie de Los Vikingos; en la Novela de las Diez, que luego cambió el nombre por Grandes Novelas, iniciada con El alma encantada. En sus primeros personajes novelescos están: George Sand y María Eduarda. Para interpretar este último, que solamente se vería una noche, durante el espacio de teatro, debió rasurarse cejas y la parte frontal de la cabellera. Para ella tan jóven aquello constituyó un reto estético.
Hubo un tiempo en que interpretó en el canal 4 el personaje de Carmelita, mientras por el 6 se ofrecía la grabación de otra novela en la cual hacía de la guajirita Merced y más tarde en la noche, se convertía en la espía Mata Hari. En la novela Sol de Batey asumió el personaje Doña Gertrudis de Sandoval y Santa Cruz y con también interpretó a la Gallega Catalina. Por esta actuación la UNEAC le otorgó el Premio Caricato en 1995.
Actriz de éxito: Yo me defino como una mujer realizada en todos los sentidos, como hija, madre, abuela, esposa y actriz. Galicia me vio nacer tres días después del estallido de la Guerra Civil, razón por la cual mi madre huye conmigo y nos refugiamos en La Habana, donde tanto ella como mi padre habían vivido antes. En la capital cubana se conocieron y casaron; después, en 1932 regresaron a España y mi padre consiguió trabajo en Ferrol, entretanto se destacaba en el movimiento obrero, por lo que sufrió encarcelamiento y no tuvo más remedio que de nuevo tomar el doloroso camino de la emigración.
Recuerdos de su niñez: Aquellos maravillosos domingos cuando se reunían en su hogar toda la familia o en cualquiera de las sociedades gallegas, así como en las romerías de La Tropical con sus tómbolas, bailes y cantos del folclor español. Fue un sitio idóneo para el reencuentro con los coterráneos, el romance y sobre todo, para dar riendas sueltas a la morriña que acompaña a todo emigrante. Por primera vez, en los jardines de La Tropical escuchó el quejoso y dulce sonido de las gaitas.
Confieso que pese al paso de los años, todavía recuerdo a los gaiteros con sus típicos trajes y al convite tarareando Adiós mi España querida y Una Noche en la era del trigo y de cómo las parejas bailaban lo mismo el pasodoble, cha cha chá, boleros, son, danzón que rumba. Sí porque los músicos complacían por igual a los gallegos que a los cubanos, con un verdadero ajiaco de canciones populares de España y Cuba.
Aurorita es una gran lectora, la motivan tanto las ciencias como las letras, y ha aplicado el conocimiento humano a la actuación. A través de la semiótica conoció signos que le permitieron crear mensajes subliminares y provocar sentimientos inusitados en el público. El aprendizaje constante le ha permitido interpretar cuidadosamente disímiles personajes a lo largo de su vida. Piensa que el secreto de una actuación espontánea radica en la observación y superación profesional del actor: «No existen actuaciones buenas o malas, para ella todo depende del receptor; le gusta sugerir y que el público ponga el resto. Hay actores que adaptan el personaje a su personalidad y convencen; hay otros que tienen alma de camaleón, como es su caso, y se desdoblan, tanto física como psicológicamente.
Distinciones
Por la Cultura Nacional.
Medalla de la Alfabetización.
Artista Emérita de la Radio y la Televisión de Cuba.
Diploma a la Maestría Artística del Instituto Superior de Arte.
Diploma Nicolás Guillén, conferido por la UNEAC.
Galardón Micrófono de la Radio Cubana.
Es Fundadora de la Televisión Cubana.
Otros Reconocimientos
Reconocimiento Don Miguel de Cervantes y Saavedra entregado por la Federación de Sociedades Españolas, con la siguiente leyenda: Por toda una vida dedicada al arte escénico, la radio y la televisión en los que ha sabido dibujar la imagen real de la emigrante española en Cuba.
En cuatro ocasiones la UNEAC le concedió el premio de mejor actuación femenina y en ocho ocasiones, el Premio Caricato.