Nacido en Cuba, ha vivido en Nueva York desde 1980 y falleció en el Hospital Homestead en Florida, a causa de una neumonía severa.
Salió de Cuba con apenas 20 años, el 20 de noviembre de 1961. Estudió Ciencias Políticas y Filosofía en la Florida. Fue columnista en el Daily News y El Diario La Prensa de Nueva York, escribiendo sobre temas relacionados a la comunidad latina en Estados Unidos, mientras vivió en esa ciudad, y, más recientemente, en AL DÍA News Media.
Es miembro del Salón de la Fama de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos en EE.UU.
Su labor más prolífica fue en defensa de la tierra que lo vio nacer y de su pueblo. Albor Ruiz, quien había cumplido 80 años el pasado 27 de noviembre, tuvo, al decir del editorial Progreso Semanal, “una vida rica de muchas aventuras y compromisos profundos” con la Patria.
Ex editor y columnista de New York Daily News y El Diario, ya sea escribiendo para medios en inglés o español, su misión periodística ha sido proporcionar voz a aquellos cuyas historias a menudo pasan desapercibidas por los medios de comunicación convencionales, una misión que con entusiasmo cumplió en Al Día News.
Desempeñó un rol destacado en la organización del movimiento de jóvenes cubanos que se nuclearon alrededor de Areito.
Fue de los que trabajó arduamente desde los Estados Unidos para lograr el Diálogo del 78, espacio que marcó el inicio de un proceso irreversible de acercamiento entre Cuba y su emigración. Al respecto, el propio Albor señaló “Regresar a Cuba fue quitarme un peso enorme, gigantesco, que me había estado aplastando todo el tiempo. Fue un cambio brutal. Más cuando, sin darte cuenta, el tipo de propaganda que hacen en Estados Unidos sobre Cuba te va calando, aunque sabes que es mentira, y no estás de acuerdo. Pero cuando llegué y vi que, a pesar de los tremendos problemas, la gente iba al cine, comía helado, se hacían fiestas en las cuadras con los niños, los viejos, los chinos, los negros, etc. Para mí fue un tremendo alivio, no sé muy bien cómo explicarlo. Yo sentía que esa era mi gente”.
Ex Director de la Región II de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos y miembro de su Junta Nacional, en 2003 fui incluido en el Salón de la Fama de la Asociación.
“Albor Ruiz, luego de un largo proceso de aprendizaje y sanación como emigrado, estuvo entre las personas que trabajaron arduamente desde Estados Unidos para lograr aquel primer diálogo, un espacio que marcó el inicio oficial de una nueva relación con la emigración cubana”, recordaba el pasado año en un artículo el sitio Progreso Semanal.
“Tengo la gran satisfacción, y lo digo sin que me quede nada por dentro, de que el grupo nuestro inició el proceso que ha posibilitado todo lo demás. De eso no se habla mucho. Quizás no se le ha dado el crédito correcto a aquella etapa, y tampoco creo que sea tan importante. Esa no es la cuestión. Sí recuerdo la primera vez que fuimos a la sede diplomática de Cuba y nos miraron como si estuviéramos locos. Pero fuimos abriendo un espacio y ganándonos un poco de confianza, haciéndoles ver que era real lo que estábamos diciendo, y que estábamos dispuestos no solo a hablar, sino a actuar en consecuencia”, contó Albor en 2016 a la periodista Rachel D. Rojas, en una entrevista citada por esa publicación.
“Regresar a Cuba fue quitarme un peso enorme, gigantesco, que me había estado aplastando todo el tiempo. Fue un cambio brutal. Más cuando, sin darte cuenta, el tipo de propaganda que hacen en Estados Unidos sobre Cuba te va calando, aunque sabes que es mentira, y no estás de acuerdo. Pero cuando llegué y vi que, a pesar de los tremendos problemas, la gente iba al cine, comía helado, se hacían fiestas en las cuadras con los niños, los viejos, los chinos, los negros, etc. Para mí fue un tremendo alivio, no sé muy bien cómo explicarlo. Yo sentía que esa era mi gente”, narró el propio Ruiz en declaraciones también citadas por Progreso Semanal.
De acuerdo con mensajes y evocaciones de amigos y colegas a raíz de su fallecimiento, reunidas en Radio Miami TV, en su testamento Ruiz pidió que sus cenizas fuesen enterradas en Cuba. Tal deseo es consecuente con los versos de su conocido poema “Por si muero mañana”, incluido en su libro homónimo, en el que escribió:
“Volver al suelo, tierra cubana
Extranjero soy y ella me llama
Sepan todos que Cuba me reclama
Por si me muero mañana”.