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Abelardo Estorino en su centenario está vivo y cambia

Como en sus 80 años, con él en primera fila, como en sus 90, todavía cercana su muerte, la gracia de Abelardo Estorino nos convocó a Matanzas para celebrar su centenario, que se cumple hoy.

Organizado, como los anteriores, por Ulises Rodríguez Febles y yo, el Coloquio Cien Estorinos. Cien Ferrer sesionó en la Casa de la Memoria Escénica, en dos salas de la ciudad de Matanzas, y en Unión de Reyes, el pueblo natal del autor de Vagos rumores. Tuvo entonces el decisivo auspicio del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, de su instancia provincial allí, la Dirección Provincial de Cultura y la municipal de Unión, entre otras dependencias; un testimonio práctico de la colaboración interinstitucional, sin la cual es imposible tener éxito hoy en un evento cultural, o de cualquier tipo.

Evocaciones, ponencias e intervenciones resultaron en una radiografía de la dramática de quien, junto a Piñera, integra un dueto imprescindible en el itinerario escénico insular.

Aproximaciones de Rei­naldo Montero, Norge Espinosa, Vivian Martínez Tabares, Rubén Darío Salazar, Alberto Sarraín, Lillian Manzor, Aliocha Pérez Vargas y Yaudel Rodríguez Vento analizaron muy diversos aspectos de la dramaturgia estorineana, mientras se acercaban a la persona y su trayectoria vital.

A Norge le pedimos, de manera especial, «cercar» a Rolando Ferrer, el autor nacido en Santiago de Cuba hace también un siglo. Y lo cumplió con creces, al recorrer sus obras, su destacada labor como director escénico, y registrar el cruce de circunstancias vitales entre Pepe Estorino y él durante una época. Todo un incentivo para promover la vuelta a proscenio del padre de Lila, la mariposa, Las de enfrente, La taza de café y La hija de Nacho.

Sobre los escenarios pudimos apreciar el renombrado montaje de La casa vieja, de Julio César Ramírez, por Teatro D'Dos, y Las penas saben nadar, con Olga Bucarelli y la dirección de Elvira Taveras, para la compañía dominicana de Juancito Rodríguez.

En Unión de Reyes peregrinamos a la tumba de Estorino, asistimos a la muestra preparada por el Museo Municipal, asiduo sitio de nuestro homenajeado en sus visitas al pueblo en el que quiso permanecer. Allí aquilatamos las varias ediciones de su teatro. Nos dolimos con el deterioro de lo que fue la esencial casa familiar, sobre la que hizo el trazado simbólico de La casa vieja.

Y en la clausura, en el Teatro Pedro Vera, vimos del proyecto Las Alicias, Una mujer para Abelardo, concebido por Leira Díaz, asesorada por su profesora Lizette Silverio, a partir de varios personajes femeninos de nuestro autor. Maravilloso cierre, porque en la solidez de esas jóvenes actrices, todavía estudiantes de la Facultad de Arte Teatral del isa, está la pervivencia de su obra. Prueba, como señaló Montero, de que el arte de Estorino es tierra firme. Y, sin duda, está vivo y cambia.

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Abelardo José Estorino López


escritor, director, teatro, artes, estomatólogo, dramaturgo, publicista

Abelardo José Estorino López (1925). Director teatral y uno de los principales dramaturgos del teatro cubano contemporáneo. Premio Nacional de Literatura. Premio Nacional de Teatro. Abelardo Estorino nació en Unión de Reyes, Matanzas, y allí cursó la primaria. Luego se trasladó a la ciudad de Matanzas para cursar el bachillerato, y más tarde, en 1946, a La Habana para estudiar Cirugía Dental, una profesión que ejerció entre 1954 y 1957.