Yulieski Gurriel ya entrena, como es su costumbre, días antes de incorporarse a los campos de primavera con los Astros de Houston. Este 2021 será su sexta temporada en Grandes Ligas. El tiempo ha volado desde que decidiera buscar el sueño de llegar y establecerse en el mejor béisbol del mundo.

Gurriel comienza tomando más de 50 rodados entre la tercera y la primera base. Jorge Luis Toca, ex-inicialista estrella de los años 90 en Cuba y que en 1999 arribara a Grandes Ligas con los Mets, le batea lo mismo hacia la izquierda que la derecha. Hay algo que llama la atención con Gurriel, y es que siempre parece el mismo jugador. El tiempo no pasa por él.

"Estamos trabajando con Yuli a ver si puede alcanzar ese Guante de Oro que se le he escapado", dice Toca, quien ha ayudado a Gurriel desde hace años.

El Yuli se dirige al cajón de bateo y realiza alrededor de 100 swings hacia todas las partes del terreno. La velocidad de salida de los contactos es nítida. Su hermano mayor, Yuniesky Gurriel, es el lanzador.

Yuli golpea con la misma violencia de siempre, líneas tendidas entre las rutas de los jardines.

"No he tenido ningún tipo de molestia ni lesiones y hemos tenido el tiempo para hacer todo lo que queríamos y prepararnos en todos los aspectos, principalmente los que más nos afectaron el año pasado", dice Gurriel, tras culminar el entrenamiento.

Cumplirá 37 años en unos meses y parece que fue ayer que decidió abandonar el equipo Cuba en la Serie del Caribe junto a su hermano Lourdes Jr., en febrero de 2016. Ha pasado ya un lustro dentro del mejor béisbol del mundo y los resultados están ahí: ha logrado un anillo de Serie Mundial, dos nominaciones al Guante de Oro, y se ha consolidado como uno de los mejores bateadores de contacto y oportunidad en las Mayores.

Gurriel integró su primer equipo Cuba en 2002. Fue campeón olímpico en Atenas 2004 y es considerado uno de los mejores peloteros cubanos del actual siglo. Su dedicación y entrega a los entrenamientos, su disciplina y devoción por el juego le han permitido llegar sano y sin lesiones a la última etapa de lo que va siendo ya una carrera longeva.

"Lo principal es no perderle el amor al béisbol. Uno tiene una larga carrera y eso puede pasar. En mi caso no ha ocurrido y me siento bastante bien”, confiesa.

Tampoco se cree dentro de la tipología de beisbolistas que no aceptan el retiro. Él quiere pasar tiempo con su familia y sus niños, pero hasta el momento planea mantenerse hasta que lo permita su rendimiento.

Aunque viene de su peor campaña ofensiva —.232 de average y seis cuadrangulares en 57 partidos—, los Astros confiaron en la estabilidad del cubano y le extendieron un nuevo contrato que lo llevará a cobrar 6.5 millones, más otros dos millones en bonos por incentivos de rendimiento en 2021.

Yuli se muestra optimista con la realidad de los Astros en la venidera temporada, pese a la salida de George Springer, uno de los mejores jardineros del béisbol y hombre proa de Houston desde 2014, firmado ahora por los Azulejos de Toronto.

"El equipo está bien. Es el mismo equipo con la misma base. Solamente está el caso de Springer, que no pudo regresar. Pero también tenemos a Yordan (Álvarez), que este año, si Dios quiere, estará al 100%."

Desde que debutó en MLB, Gurriel archiva una impresionante línea ofensiva de .287/.324/.468. Ningún inicialista lo supera en K/% (porcentaje de ponches) con un inverosímil 10.8% desde 2016. Si analizamos en retrospectiva los números del espirituano, entre 2017 y 2020 vemos cómo ancla en el top-10 de los inicialistas en impulsadas (9no, 286), hits (5to, 531), dobles (3ro, 128), bases robadas (9no, 13) y average de bateo (8vo, .288).

"El año pasado tuvimos algunas ausencias en el pitcheo e incluso así pudimos llegar hasta el séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Para nadie es un secreto que este año el objetivo es llegar a los playoffs y luego seguir avanzando hasta la Serie Mundial".

Desde el 2018, los ajustes en la primera base se han apreciado con más fuerza en Gurriel. Ha salvado seis carreras y eso lo ubica como octavo entre todos los de su posición en MLB; es decir, see ha convrtido en un defensor por encima del promedio.

Luego de jugar hasta los 32 años en posiciones muy distintas a la primera base, Gurriel logró otro de sus saltos de calidad, adaptándose y dominando la inicial.

"Pasé toda mi carrera jugando otras posiciones. No es fácil. [La primera] es la base más sencilla del infield, pero cuando uno la juega ve que es diferente. Tiene su grado de complejidad y lo he podido aceptar".

La clave en este salto de calidad no ha sido más que practicar todos los días. No hay otro secreto.

"Jugar en una nueva posición desde que llegué aquí ha sido un reto, pero a medida que ha pasado el tiempo me he ido adaptando, trabajando cada día en la defensa. Hasta ahora me siento bastante confiado y bastante contento con el trabajo realizado."