Roberto
Miqueli
Pérez

Roberto Miqueli Pérez
Nacimiento:  
4
/
5
/
1926
Fallecimiento:  
23
/
7
/
2013

Importante escenógrafo y realizador de efectos especiales del cine cubano.

Miqueli en La Habana, y desde su juventud se asoció al cine; se graduó en 1943 de la Academia de San Alejandro, en la cual estudio escultura y pintura.

Miqueli se vinculó al cine siendo un adolescente. A los 14 años comenzó como ayudante de su hermano Armando Miqueli, quien fue escenógrafo de numerosas películas producidas por la firma PECUSA.

Pero su suerte estaba echada desde entonces en el cine. En 1953 su nombre apareció por pirmera vez en los créditos de una película como escenógrafo de Angeles de la calle, coproducción mexicano-cubana del realizador Agustín P. Delgado. Por esos años diseñó también escenografías para grupos teatrales en La Habana, en la llamada "época de las salitas" que marcó un momento de esplendor en la escena cubana.

Fue el escenógrafo de los más notables títulos de Juan Orol, entre ellos Sandra La mujer de fuego (1952), La mesera del café del puerto (1954), El farol en la ventana (1955) y Thaimí, la hija del pescador (1958).

Rodando con John Huston
El catálogo de sus producciones escenográficas en esos años incluye también La rosa blanca (1953), de Emilio "El Indio" Fernández; Más fuerte que el amor (1953) y El extraño de la escalera (1954), de T. Demicheli; Golpe de suerte (1954), de Miguel Altolaguirre; Una gallega en La Habana (1955), de R. Cardona; Tropicana (1956), de J.J. Ortega; ¡Olé...Cuba! (1957), de M. de la Pedrosa; y Con el deseo en los dedos (1959), de M. Barral, Cuba.

Trabajó para el rodaje de la serie Aventuras del Capitán Griff de la televisión de Estados Unidos, y participó de los equipos técnicos de películas norteamericanas que se filmaban en locaciones de la isla.

Fue así como filmó junto a luminarias del cine norteamericano como John Huston en Rompiendo las cadenas (1949), Laszlo Benedek (El árbol de la fiebre, 1957), y John Sturges (El viejo y el mar, 1958).

Luego de fundado el ICAIC fue el escenógrafo y realizador de efectos especiales, entre otras, de Historias de la Revolución (1960), La muerte de un burócrata (1966) y Una pelea cubana contra los demonios (1972), de Tomás Gutiérrez Alea , así como de Lucía (1968), y Cecilia (1981), de Humberto Solás, de Los días del agua (1971), de Manuel Octavio Gómez y de El brigadista, de Octavio Cortázar (1977).

Roberto Miqueli también contribuyó a la formación de los jóvenes escenógrafos y realizadores de efectos especiales.

Su filmografía como escenógrafo y creador de soluciones imaginativas para la escena alcanza los 150 títulos, incluyendo hitos en la historia del cine cubano de la república y la etapa posterior a 1959.

Fue director y diseñador del Departamento de Efectos Especiales, como director y diseñador, y viajó a México, Hungría Polonia, Francia y la Unión Soviética para recibir estudiosde especialización.

Durante una estancia en los estudios Barrandov, en Checoslovaquia, estuvo bajo la tutela de Karel Zeman y Jiri Trncka, y colaboró en la realización de la comedia Limonada Joe.

En los estudios Cubanacán organizó e impartó numerosos talleres de escenografía y efectos especiales, contribuyendo a la formación de los nuevos técnicos en su especialidad.

Entre las películas para las que diseñó escenografía y creó efectos especiales en las últimas décadas se cuentan clásicos como El otro Cristóbal (Cuba-Francia, 1963), de Armand Gatti; La muerte de un burócrata (1966) y Una pelea cubana contra los demonios (1972), de Tomás Gutiérrez Alea; El bautizo (1967), de Roberto Fandiño; La ausencia (1968), de Alberto Roldán); Lucía (1968) y Cecilia (1981), de humberto Solás; y Los días del agua (1971), de Manuel Octavio Gómez.

“Roberto Miqueli era un ärtista apasionado, un enamorado de su trabajo y una gran persona", comentó Tony Somoza, asistente de dirección cinematográfica y quien trabajó junto a él.“Se pasaba horas y horas en su laboratorio en los estudios Cubanacán inventando escenografías y efectos especiales con el orgullo de que estaba creando algo excepcional".

Por su notable aporte a la cinematografía nacional fue nominado al Premio Nacional de Cine en su primera edición en el año 2003.