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Cubadebate

Omara Portuondo recibe el Premio a la Excelencia Musical de los Latin Grammy en nombre de Cuba

En nombre de Cuba sintió Omara Portuondo que recibía el Premio a la Excelencia Musical de los Latin Grammy este miércoles, en Las Vegas, EE. UU.

Esa sincera emoción la acompañó de otro sentimiento agradecido y noble: «Traigo en mi corazón el recuerdo infinito de las integrantes del Cuarteto D’ Aida, de mis compañeros del feeling y del Buena Vista Social Club. Aida Diestro, Elena Burque, Moraima Secada, Haydée Portuondo, César Portillo, José Antonio Méndez, Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Rubén González y tantos otros que me duele nombrar, están conmigo aquí recibiendo este premio».

Una vez más la voz musical de Cuba brilla en el escenario internacional, justo en este mes de noviembre, cuando la ciudad de La Habana está cumpliendo su 500 aniversario de fundada.

La Diva del Buena Vista Social Club, segunda personalidad de Cuba en recibir tal reconocimiento (Juan Formell en 2013), ostenta decenas de lauros entre los que destacan el Premio Nacional de Música en la nación caribeña en 2006 y el Grammy Latino en 2009.

Entre los artistas que también recibieron el galardón, que se otorga a intérpretes que durante su carrera han hecho contribuciones de sobresaliente valor artístico a la música latina, figuran la peruana Eva Ayllón, la mexicana Lupita D´Alessio, el dúo argentino Pimpinela y la norteamericana Joan Baez.

A sus 89 años de edad, la intérprete continúa con una carrera activa, donde destaca su reciente gira por España y otros escenarios internacionales bajo el título El último Beso Tour.

La gala tuvo lugar en la jornada previa a la 20 edición de los Latin Grammy, que tendrá lugar en Las Vegas este 14 de noviembre.

Granma, Cubasi

Omara Portuondo Peláez


cantante, arte

Hay algo de cinematográfico en la historia de Omara Portuondo. Hija de una mujer de familia española y bien que abandonó su círculo social para casarse con un bello jugador negro del equipo nacional cubano de béisbol —lo que la llevó a tener que ocultar en público este enlace, pues los matrimonios mixtos no estaban nada bien vistos en Cuba en aquella época—, Omara entró en contacto con la música ya en su más tierna infancia. Como en cualquier otro hogar cubano, la futura cantante y sus hermanos crecieron rodeados de la música que, a falta de gramófono, entonaban sus padres.