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Prensa Latina

Omara Portuondo recibe alto galardón del Gobierno japonés

La Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro con Roseta, la cual le fue conferida por su majestad Naru- hito, Emperador del Japón, el pasado mes de mayo del primer año de Reiwa (2019).

La distinguida artista Omara Portuondo y la investigadora Teresita Hernández Corrales recibieron el pasado 16 de agosto, en La Habana, la Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro con Roseta, la cual les fue conferida por su majestad Naru- hito, Emperador del Japón, el pasado mes de mayo del primer año de Reiwa (2019), por su contribución al fortalecimiento de la amistad entre nuestros dos países, que este año están celebrando el aniversario 90 del establecimiento de relaciones diplomáticas.

La entrega del diploma y de la orden concedida por el Gobierno japonés la realizó el embajador de Japón en Cuba, Kazuhiro Fujimura, quien antes de entregar sendos reconocimientos hizo público el mensaje de felicitación que les enviara a las congratuladas, Taro Kono, ministro de Asuntos Exteriores de Japón.

En el acto de entrega, el cual se realizó en la residencia del embajador, en presencia de familiares, amigos, compañeros de labor y personal de la embajada acreditados en el país, Kazuhiro Fujimura resaltó los valores por los cuales ambas personalidades recibieron tan alto reconocimiento.

Omara, dijo, ha visitado Japón en más de 18 ocasiones desde 1969, para deleitar al público japonés con sus exquisitas interpretaciones, entre las que se destaca el concierto ofrecido a tres semanas de haber acontecido el Gran Terremoto del Este de Japón en 2011; mientras que Teresita –quien por 20 años dirigió el Museo Casa del Asia, de la Oficina del Historiador de la Ciudad–, ha contribuido al entendimiento mutuo entre Japón y Cuba, mediante la celebración de múltiples eventos culturales, incluidos la Jornada de la Cultura Japonesa en La Habana y el curso gratuito de japonés abierto al público.

El diplomático exhortó a ambas premiadas a mantener su especial lazo con las iniciativas que promuevan los nexos de amistad entre las dos naciones. Omara, por su parte, agradeció al Emperador Naruhito, al Embajador y al Gobierno de Japón por tan alta con- decoración y dijo que con seguridad espera seguir visitando el país y a su gente, siempre que pueda, para llevarle lo mejor de su música y la amistad de todos los cubanos; mientras que Teresita reciprocó el gesto y la orden recibida: «Japón es un país que llevo en el corazón», dijo, y agradeció la ayuda que siempre le prestó a la institución la embajada de ese país, así como la Fundación Japón y el Instituto de Cámara e Industria del Japón.

Granma

Omara Portuondo Peláez


cantante, arte

Hay algo de cinematográfico en la historia de Omara Portuondo. Hija de una mujer de familia española y bien que abandonó su círculo social para casarse con un bello jugador negro del equipo nacional cubano de béisbol —lo que la llevó a tener que ocultar en público este enlace, pues los matrimonios mixtos no estaban nada bien vistos en Cuba en aquella época—, Omara entró en contacto con la música ya en su más tierna infancia. Como en cualquier otro hogar cubano, la futura cantante y sus hermanos crecieron rodeados de la música que, a falta de gramófono, entonaban sus padres.