Mario
Martínez-Casado
Admas

Mario Martínez-Casado Admas
Nacimiento:  
28
/
4
/
1907
Fallecimiento:  
10
/
6
/
1986

Actor cubano de teatro, radio, cine y televisión, director y empresario teatral; intérprete de particular carisma, descubridor y formador de jóvenes talentos; figura recordada por los espectadores teatrales y miles de televidentes, también por grandes de la escena cubana como Rosa Fornés, María de los Ángeles Santana, Gladys Puig, Pedro Arias y Maruja Calvo.

Natural de Cienfuegos. Sobrino de la insigne actriz cubana Luisa Martínez Casado y sexto hijo del matrimonio de actores Manuel Martínez Casado y Celia Adams.

Director y empresario de compañías de comedias, organiza extensas temporadas en distintos teatros habaneros con repertorio fundamentalmente hispano.

Hijo de Manuel Martínez Casado y de Celia Admas, desde niño recorrió con la carpa familiar diversas ciudades. Muy pronto se enroló en las compañías de otros empresarios por toda la Isla, forjándose como el actor, cantante y director de escena que luego apareciera en dramas y comedias, zarzuelas y operetas; el teatro, la radio, el cine y la televisión.

Siendo un adolescente ingresó en la Compañía teatral de Paco Martínez como auxiliar de administración. Cuando recorrían Sagua de Tánamo (Holguín), cubrió a un actor que abandonó el reparto y nunca más pudo apartarse de los escenarios. Solo tenía diecisiete años cuando debutó como tenor cómico en la opereta La duquesa de Bal Tabaran y aprendió los códigos básicos de la profesión y logró un repertorio que le llevó a diversas agrupaciones que recorrían todo el país.

Con solo veinte años, fue convocado para la inauguración del habanero Teatro Regina, donde triunfó en obras como Niña Rita, La tierra de Venus, El cafetal y el batey, de los maestros Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet. Con ello triunfa de manera rotunda por vez primera en La Habana, y ello le vale diversos contratos, como el del Teatro Payret.

En 1930, actúa y canta en el teatro Martí, junto a la compañía del asturiano Jesús Ordóñez, y estrena La parranda y La del soto del parral. La enfermedad del tenor cómico le permite suplir al protagónico y logra un éxito tal que desplazó al titular en cuestión, avizorando lo que sería el paso por los escenarios de Iberoamérica.

En México asiste al surgimiento del cine sonoro —Santa (dir. Antonio Moreno, 1931)— e interviene en la filmación de otros títulos.

En esa década debutó con La corte del faraón en el teatro Principal de la capital mexicana y más tarde recorrió diversos estados actuando en comedias y operetas. También allí, crea una compañía propia para representar zarzuelas y funge como director artístico de la de Ernesto Lecuona en tránsito por ese país. Participa en el primer largometraje sonoro mexicano Santa, preámbulo de la actuación en otras producciones cinematográficas aztecas.

De regreso a Cuba, en la década de 1940, forma un grupo teatral, monta cada noviembre, el Don Juan Tenorio de Zorrilla. En 1942, debuta en RHC Cadena Azul, como actor protagónico y director artístico de las Aventuras de Manuel García. Un año más tarde simultanea ambos roles en el espacio de La novela del aire que consolidó la radionovela romántica-melodramática-folletinesca en Cuba.

En 1945 junto al hermano Luís Manuel, devino precursor de los efectos y de la musicalización radial desde diversas emisoras en La Habana.

En 1949 introduce en Cuba el vodevil francés moderno con el que recorre la isla, en doce temporadas anuales hasta 1960. Sin embargo, nunca abandonó por completo sus actuaciones líricas y fue el tenor cómico en numerosas compañías de Augusto Ordóñez, Antonio Palacios o Miguel de Grandy.

Debutó en la televisión con Rosa Fornés en Video Revista La corona, en la década de 1950, desde entonces nunca abandonó la pantalla cubana a quien honró como actor, cantante, animador y director artístico en dramas o comedias.

En la década de 1950, fundó una compañía teatral de Vaudeville francés, depurado estilo de comedias donde se destacó como vedette la sin para María de los Ángeles Santana. Luego de 1959, al triunfar la Revolución, pese a la decisión de emigrar de algunos de los miembros de la familia Mario y Luís Manuel deciden permanecer en Cuba y contribuir con el talento versátil a la formación de la nueva hornada de artistas cubanos.

En 1958 integra con enorme éxito la compañía de zarzuelas de Aguilá-Martelo en el teatro Martí, donde sobresalió por sus excelentes caracterizaciones en papeles tan disímiles como el Casto José, de La corte de Faraón o el Goro, en Molinos de Viento.

Junto a Antonio Palacios y Armando Soler (Cholito), fue uno de los impulsores de la adaptación de zarzuelas, óperas y operetas en la pantalla desde 1960. Pese a la intensa, fértil y exquisita contribución al desarrollo artístico de la Radio y la Televisión cubanas nunca abandonó al teatro que lo formó, y en especial, al Teatro Lírico.

Interviene en la temporada del Consejo Provincial de Cultura, interpretando el Niegus, en La viuda alegre (1962). Trabajó en radio, televisión, cine y centros nocturnos. Intervino en varios filmes cubanos.

Fue de los primeros artistas que en 1968, recibiera la condecoración del sindicato nacional del sector artístico con la Orden Nacional.

Estaba casado con la actriz mexicana Isabel Mondragón (1919-1994). Murió en La Habana, el 10 de junio de 1986.