Fernando
Portuondo
del Prado

Fernando Portuondo del Prado
Nacimiento:  
24
/
11
/
1903
Fallecimiento:  
27
/
6
/
1975

Pedagogo e historiador cubano que realizó una importante obra científica.

Nació en Santiago de Cuba. Procedía de una familia de patriotas que participaron activamente en la Guerra de Independencia.

Cursó los primeros estudios en su ciudad natal, donde se graduó como bachiller y maestro normalista, e inició el ejercicio del magisterio en la enseñanza primaria, en la que laboró desde 1921 hasta 1924.

Fue delegado al Congreso Nacional Revolucionario de Estudiantes de 1923, y al año siguiente obtuvo el título de doctor en Pedagogía en la Universidad de La Habana.

Entre 1925 y 1926 se desempeñó como inspector de escuelas en la antigua provincia de Oriente. Posteriormente ejerció iguales funciones en la capital de la Isla hasta 1928, año en que obtuvo, por oposición, una plaza de profesor de historia en la Escuela Normal para Maestros de La Habana, donde ocupó además el cargo de director desde 1929 hasta 1933.

A propuesta de Ramiro Guerra y Sánchez, fungió como instructor de la Cátedra de Historia de Cuba y de la Introducción a la Colonización de España en América, en la Universidad de La Habana, durante 1933.

Cinco años más tarde, y en ese mismo alto centro docente, alcanzó el título de doctor en Filosofía y Letras. Asistió a las clases sobre temas históricos que ofrecían profesores de la talla de Claudio Sánchez Albornoz y Ramón Menéndez Pidal; a las consultas científicas de Don Fernando Ortiz, y a cursos de verano sobre historia y pedagogía en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

Desde 1939, y por espacio de 23 años, impartió clases de historia en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Víbora (La Habana), institución de la que fue director entre 1942 y 1948, distinguiéndose desde su cargo por su apoyo a la labor del estudiantado revolucionario.

En 1955 comenzó a trabajar como profesor de historia de Cuba en la Universidad de La Habana, donde sostuvo estrechas relaciones profesionales con Elías Entralgo. Tras la creación de la Escuela de Historia, en 1962, se desempeñó en ella como vicedirector, impartió enseñanza de posgrado y atendió trabajos de investigación.

Poco tiempo después pasó a dirigir la Sección de Humanidades del Instituto Pedagógico Enrique José Varona, donde compartió las tareas de dirección con la docencia de historia de Cuba.

A partir de sus investigaciones, conferencias y artículos -en los cuales se esclarecían determinadas inexactitudes de nuestra historiografía-, preparó el volumen Estudios de Historia de Cuba, en edición que recogía treinta y dos trabajos suyos escritos entre 1943 y 1972, muchos de los cuales había realizado en colaboración con su esposa, la destacada investigadora y profesora de historia de la Universidad de La Habana doctora Hortensia Pichardo, con quien también elaboró En torno a la conquista de Cuba.

En sus últimos años dirigió un grupo de investigaciones históricas en el vicedecanato de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana.

Tuvo bajo su responsabilidad la edición de los Cuadernos Cubanos, y fue director del Instituto de Superación Educacional del Ministerio de Educación.

En numerosas ocasiones integró jurados en certámenes sobre temas históricos; entre ellos, y sistemáticamente, el Concurso 26 de Julio, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Participó como conferencista en programas radiales y televisivos. Colaboró en diversos órganos de prensa, como El Sol, dirigido por Max Enríquez Ureña, las revistas Cuba, Universidad de La Habana y bohemia, el periódico Granma, y el Journal of Inter-american Studies, entre otros.

Su obra Historia de Cuba, de gran valor didáctico, que obtuvo un reconocimiento de la Sociedad Colombista Panamericana y tuvo nueve ediciones entre los años 1941 y 2000, constituye un texto de consulta obligada para quienes estudien el proceso de desarrollo económico, político y social de la mayor de las Antillas.

Fue cercano colaborador de Emilio Roig de Leuchsenring, junto a quien se destacó como activo promotor y participante en los congresos nacionales de historia.

Desempeñó la presidencia del XIII Congreso Nacional de Historia, efectuado en 1960. Fungió como presidente del Colegio Nacional de Doctores en Ciencias y en Filosofía y Letras. Fue Académico de Número en la Academia de la Historia de Cuba, miembro de la Junta Nacional de Arqueología y de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP). Le fue otorgada post mortem la Medalla XX Aniversario de las FAR.