Eduardo Bernabé
Ordaz
Ducungé

Eduardo Bernabé  Ordaz  Ducungé
“papá”, Comandante
Nacimiento:  
13
/
10
/
1921
Fallecimiento:  
21
/
5
/
2006

Médico cubano. Comandante del Ejército Rebelde. Director del Hospital Psiquiátrico de La Habana. Presidente de la Asociación de Psiquiatras de América Latina.

Nació en Bauta, localidad de la periferia de La Habana. Cursó la enseñanza primaria y secundaria en la escuela del poblado Cayo La Rosa, San Antonio de los Baños. La Habana. Se vio obligado a alternar sus estudios con trabajos disímiles, como los de vendedor de periódicos, limpiabotas, dependiente de una tienda de víveres y mensajero.

En el Instituto de Segunda Enseñanza de Marianao, de la capital, ocupó la presidencia de la organización estudiantil, y fue miembro del ejecutivo de la Federación de Institutos de Segunda Enseñanza de Cuba. Se incorporó a la lucha social y revolucionaria, tomando parte en las acciones estudiantiles contra el primer gobierno de Fulgencio Batista (1940 – 1944).

En 1944 ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, en la que se graduó en 1951. Allí fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, y miembro del secretariado de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

En esa etapa logró que se fundara en el Hospital General Calixto García la Clínica del Estudiante, para la cual -por el acuerdo No. 12 de la Sesión del Consejo Universitario celebrada el 7 de marzo de 1952- se propuso el nombre de Dr. Eduardo Bernabé Ordaz, en honor de su creador. La propuesta fue aceptada por la Junta de Gobierno del Hospital “General Calixto García”.

En 1952 comenzó a trabajar como médico residente de anestesiología en el Hospital “General Calixto García”, que se constituyó en trinchera de la clandestinidad y las acciones contra la dictadura batistiana. Desde ese mismo año, el doctor Ordaz se incorporó a varias organizaciones revolucionarias. Integró la comisión organizadora de un frustrado ataque al campamento de la Ciudad Militar Columbia, y participó en diversas acciones, entre otras, la reparación de armas que se utilizarían en la lucha contra la dictadura. Fue detenido por los cuerpos represivos de la tiranía en trece ocasiones, una de ellas en 1953 -junto a otros once jóvenes, entre los que se encontraban Fructuoso Rodríguez y Álvaro Barba-, porque miembros del Buró de Investigaciones, que dirigía el coronel Orlando E. Piedra Negueruela, habían ocupado armas y municiones en el recinto de la FEU de la colina universitaria.

Muy tempranamente se vinculó al Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Fue llamado a incorporarse al Ejército Rebelde, en la Sierra Maestra, en enero de 1958. Al llegar a ese territorio montañoso de la región oriental de la Isla, fue conducido al campamento del Comandante Universo Sánchez, donde también se encontraba el médico Faustino Pérez, quien había llegado a Cuba junto a Fidel Castro en el yate Granma. Con Faustino Pérez y el Comandante René Ramos Latour, Daniel, el doctor Ordaz partió rumbo a La Plata, enclave de la Comandancia General del Ejército Rebelde. Días después llegaban al campamento del Comandante Ramiro Valdés, donde también se encontraba el Comandante Médico del Ejército Rebelde Sergio del Valle, y continuaron marcha. Una vez en La Plata, entraron en contacto con Celia Sánchez, quien les comunicó el proyecto de construir en el campamento un hospital adecuadamente provisto, que llevaría el nombre de Mario Muñoz Monroy, para honrar la memoria del médico caído en el Asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.

En tanto se construía el hospital, se comenzaron a atender los heridos y enfermos en la vivienda donde los médicos se alojaban. Bernabé Ordaz participó en la construcción del hospital de La Plata, y lo dirigió desde durante toda la guerra, con un reglamento que él mismo elaboró y sometió a la consideración de la Comandancia, que lo aprobó sin enmiendas.

El 15 de agosto de 1958, junto con la orden de Fidel Castro que declaraba al hospital de La Plata institución completamente autónoma, recibió el Dr. Ordaz el ascenso al grado de capitán. Después de la batalla de Guisa, atendió tanto a los heridos de las tropas rebeldes como a un soldado de la tiranía, y marchó a Charco Redondo, Bayamo, en la actual provincia Granma, donde se acondicionó el hospital que ya existía antes en las minas de manganeso de esa zona, y que, a partir de entonces, sería el primer hospital rebelde en la zona. Luego de dejarlo organizado, el Dr. Ordaz junto con el Dr. Julio Martínez Páez se incorporó a la Columna Invasora. Una vez concluida la guerra fue ascendido al grado de comandante por el comandante Camilo Cienfuegos, jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde.

El 9 de enero de 1959, solo un día después de la entrada de Fidel Castro en La Habana, Bernabé Ordaz fue nombrado director del Hospital Psiquiátrico de La Habana (antigua Mazorra), por su sensible y elevado espíritu y sus cualidades de organizador. Fidel le encomendó la tarea de humanizar de inmediato la atención a los enfermos del Hospital Psiquiátrico, donde estos se hacinaban, desnudos y famélicos, sin tratamiento médico adecuado.

El centro que debía dirigir tenía sus antecedentes en la Casa General de Dementes de la Isla de Cuba, fundada en 1857 en terrenos del Potrero Ferro, propiedad de José Mazorra. Sus primeros edificios se habían destinado a enfermos mentales hombres, y, a partir de 1862, se había comenzado la construcción de pabellones para mujeres.

En los años anteriores a 1959 el hospital vivió su período más sombrío por la desatención de que era objeto. Contaba con catorce pabellones para mujeres, quince para hombres, uno para niños y uno dedicado a tratamientos clínicos, y, con capacidad para 2 000 enfermos, albergaba más de 6 500, la mayoría no identificados, con tratamientos médicos insuficientes o nulos. Muchos eran encadenados o sujetos a las camas como único modo de control para sus crisis.

Una vez que asumió la dirección del hospital, Bernabé Ordaz acometió las primeras medidas para trocarlo en institución verdaderamente capaz de devolver la salud mental y la dignidad humana a sus pacientes, comenzando por la limpieza y la reparación de los pabellones, y dedicó los últimos cuarenta años de su vida a realizar y poner en práctica las profundas transformaciones que convirtieron al Hospital de Dementes de Cuba en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, donde se rehabilitaron miles de enfermos crónicos que habían permanecido durante años en total abandono.

En 1962 se construyó en el Hospital Psiquiátrico un Servicio de Terapia Ocupacional y Rehabilitación. Desde 1969 a 1978, se celebraron diez ediciones del Festival Deportivo y la Fiesta del Carnaval, con la participación de los pacientes. En 1973 se creó el Servicio de Psicoballet, como método terapéutico.

En 1994 los pacientes de la institución participaron en la Primera Olimpiada Internacional de Salud Mental, celebrada en Mayagüez, Puerto Rico, y obtuvieron el segundo lugar, con veinticuatro medallas de oro, veinte de plata y doce de bronce. En el año 2003 -en el marco de las celebraciones por el aniversario 484 de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana- se realizaron la Fiesta de Carnaval y el Festival Deportivo, en su undécima edición.

Para brindar mejor atención sus pacientes, el hasta entonces médico anestesiólogo se hizo psiquiatra. Obtuvo la categoría de Especialista en Psiquiatría en marzo de 1998, y en sesión extraordinaria de la Academia de Ciencias de Cuba se le otorgó la condición de Académico Titular, el 19 de septiembre del mismo año.

Sus actividades en el seno de la Sociedad Cubana de Psiquiatría, como en la Sociedad Latinoamericana de Psiquiatría y en la Sociedad Internacional de Psicología, fueron muy destacadas. Durante el período en que dirigió la institución psiquiátrica más importante del país, se inició la celebración de los Congresos PsicoHabana, a los que acudieron cientos de delegados extranjeros, interesados por el alto nivel científico de ese centro hospitalario, patente en sus acciones prácticas. Gracias a la calidad de la atención que recibían, el promedio de vida de los enfermos logró aumentar hasta los setenta y siete años de edad.

Los pacientes llamaban a Ordaz “papá”; sus colegas y subordinados, “Comandante”, y todos le dedicaban respeto y admiración.

Entre los numerosos reconocimientos que recibió el Dr. Ordaz a lo largo de sus años de consagrada labor, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud le otorgó la distinción de Héroe Nacional del Trabajo, y la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina le confirió la condición de Miembro de Honor, por su contribución a la historia de la psiquiatría y la salud pública cubanas.

El 13 de enero de 2004, el doctor Bernabé Ordaz recibió el título honorífico de Director Fundador del Hospital Psiquiátrico de La Habana.

Su figura se identificó con el sombrero alón y la barba de rebelde que llevó siempre. Su honestidad, coraje y lealtad a los principios más humanitarios estuvieron también presentes en su escritorio lleno de papeles, acompañados de una biblia y un rosario. En las paredes de su oficina colgaba un rosario junto a varios recuerdos de su vida revolucionaria.

El doctor Bernabé Ordaz falleció el 21 de mayo del 2006, en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, a consecuencia de una afección renal.