En su continuo quehacer por difundir la creación contemporánea de la música del continente americano, el conjunto de cuerdas La Catrina acaba de dar conocer su registro del Cuarteto No. 3 que compuso el cubano Yalil Guerra.

Es esta una segunda colaboración del también productor y la formación, que en 2014 recibieran una nominación al Grammy Latino en la categoría de Mejor obra Clásica por la interpretación del Cuarteto No. 2, recogido en el disco América Latina: A Musical canvas.

La nueva realización imbrica el magisterio interpretativo que identifica al cuarteto chileno-venezolano-mexicano de residencia estadounidense y el singular concepto aportado por el autor, a partir de la Grosse Fuge, Opus 133, de Ludwig van Beethoven.

De manera que la grabación, licenciada por Rycy Productions, dirige el interés hacia el caudal que logran los músicos y el empeño al cual se subordinó Guerra, para concebir este único movimiento.

Apostando por su inclusión en la próxima edición de los premios Grammy Latinos, la nueva producción del sello (ganador en dos ocasiones del certamen y nominado en doce oportunidades al mismo trofeo), evidencia la complejidad sonora que propone el laureado compositor habanero, desde una disección académica tan rica como exquisita al explorar el "estilo Beethoveniano" a través del excelente desempeño de La Catrina.

En este Cuarteto de Cuerdas No. 3 podemos encontrarnos a un Yalil atento a la universalidad aportada por el Genio de Bonn, para desarrollar y expandir el motivo que identifica a la pieza original, pero a la vez inmerso en una evidente fluidez de ascendentes.

Maduro en su crédito composicional, el autor confirma la asimilación de referentes contemporáneos, sirviéndose de un original lenguaje bitonal y politonal en ocasiones, que acompañan el leitmotiv antedicho; mientras otros segmentos presentan melodías totalmente tonales, usando la síncopa como elemento rítmico unificador de toda la obra.

Pero, donde alcanza mayor notoriedad el original discurso aportado, es en la coda; logrando que las evidencias de la sonoridad contemporánea con que viste la obra del alemán, se subordinen a la notoriedad cubana que le es propia.

Ritmos de la mayor de las Antillas transformados, interpretados por la viola y el violonchelo mientras los dos violines continúan desarrollando los motivos melódicos, avanzan hasta el final del Cuarteto de Cuerdas No. 3 de Yalil Guerra, despejando los criterios influyentes.

De tal manera, esta nueva obra registrada por La Catrina, nos involucra aún más en el estilo composicional del probado músico de la Isla; para nada fragmentado, y sí evidente del camino por donde discursa su criterio musical, tan abundante en caudales de raíces diversas; a las que ha nutrido con sus formas originales.