José María
Martínez
Tamayo

José María Martínez Tamayo
Papi, Ricardo, Chinchu, Mbili
Nacimiento:  
31
/
3
/
1936
Fallecimiento:  
30
/
7
/
1967

Guerrillero y militar cubano que luchó en la Revolución Cubana, en el Congo y en Bolivia a las órdenes del Che Guevara, donde murió en combate en 1967. Alcanzó el grado de capitán del ejército cubano.

Su caída se produjo en Bolivia, cuando formaba parte de la guerrilla internacionalista del Comandante Ernesto Che Guevara. Tenía 31 años en el momento de su caída. De familia humilde y trabajador del campo, fue combatiente del II Frente Oriental Frank País durante la guerra revolucionaria y tercero al mando en la guerrilla del Che en El Congo, desde donde partió hacia Bolivia, siendo el primero en llegar a ese país para la preparación de la nueva gesta.

El Che lo calificó como un extraordinario combatiente y sobre su muerte dijo que era otra pérdida sensible por su calidad.

Nació en la calle Antonio Guiteras # 211, Mayarí, Holguín. Papi, como cariñosamente le decían, era el mayor de los cuatro hijos de José Ramón Martínez y Lucía Tamayo. De niño prefería compartir aventuras con los muchachos de los campesinos pobres y de los jornaleros jamaicanos y haitianos. Le gustaba cazar, montar a caballo y explorar los bosques y montañas de la zona.

Aprendió las primeras letras adquiriendo el primer grado en la escuela Julio E. Carballo. Era extremadamente fuerte y de gran inteligencia pero solo pudo asistir hasta el cuarto grado a la escuela.

A los diecisiete años decide hacerse tractorista. Uno de sus amigos, el jamaicano Zili Hubert es quien lo enseña. Es en este oficio donde comienza a trabajar en el antiguo central Preston, hoy Guatemala. Para esta época su mamá con sus hermanos, viven en La Habana y él, cuando llega el tiempo muerto va a la capital, labora en lo que puede y después regresa a su pueblo.

Cuando en Guaro se funda el movimiento 26 de Julio se halla entre el grupo de jóvenes que se inician en las labores conspirativas. Después de la huelga de abril de 1958, en unión de tres conocidos, se va a los montes tras la huella de los barbudos. Lleva consigo la escopeta y el revólver del abuelo y ha hecho sobre el tractor donde trabajaba un letrero que anuncia: me voy para la Sierra…Libertad o Muerte.

Sin encontrar a los rebeldes y localizado por el padre tuvo que regresar. De nuevo parte a las lomas. Se alzó por el II Frente Oriental Frank País e integra la columna 17 que dirigió el entonces capitán Abelardo Colomé Ibarra, Furri. Fue estimado por su valor, decisión y arrojo en el combate. Se cuenta que en ocasiones peleó de pie.

Era la imagen del revolucionario consciente, forjado con dureza en la lucha durante años; pero a la vez lleno de sentimientos, de una gran modestia y sensibilidad, manifestándose en medio de vicisitudes y peligros, sin olvidar en ningún momento su patria, padres, hijos, hermanos, ni el cumplimiento del deber revolucionario.

Al terminar la guerra presta servicios en una compañía de tanques en Managua, luego pasa al Departamento de investigaciones del Ejército Revolucionario y más tarde, al crearse el Ministerio del Interior es uno de los primeros que lo integra.

En la Crisis de Octubre, pone a prueba una vez más el carácter, el arrojo y la decisión de lucha que hay en él. El triunfo de la Revolución le permitió desenvolverse en disímiles actividades y superarse militarmente, es designado a la compañía de tanques y ascendido a sargento. Hizo el curso de entrenamiento como operador de tanques de guerra, aprendió a pilotear aviones y recibió prácticas para conducir carros de carreras. Más adelante fue trasladado al Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde. Realizó entrenamiento en el curso para oficiales en la escuela de Tropas Espaciales del MININT y recibió preparación en distintas disciplina del trabajo secreto operativo.

Conmovedores fueron los momentos de la muerte y sepultura del héroe. Así lo describiría el también combatiente internacionalista Leonardo Tamayo, en entrevista concedida a la periodista Elsa Blaker: "Estaba tan tranquilo que pensé no moriría, pero el médico opinaba lo contrario. El Che preguntaba a cada rato cómo estaba. A eso de las ocho de la noche, 12 horas después de ser herido, pidió café y el Che ordenó colárselo; cuando se le dio, dijo que estaba caliente y lo puso a enfriar sobre la arena.

"Preguntó por su hermano. Olo (capitán Orlando Pantoja Tamayo) lo había puesto de guardia y como es lógico el Che lo reprendió por ello y mandó a buscarlo. Ambos hermanos se unieron en la playa del río. René puso la cabeza de Papi sobre sus piernas. Papi se quitóel reloj y se lo entregó diciéndole que se lo diera a Jorgito, su hijo mayor, ayúdalo porque es fuerte con la abuela, le pidió.

"A René le dijo: Mi hermano, que Fernando (nombre que tenía el Che en ese momento) nunca tenga que llamarte la atención y si te toca caer, hazlo como los hombres, combatiendo".

René Martínez Tamayo, su hermano, en el momento de la despedida final, juró continuar con honor la lucha. Y el día 8 de octubre de ese mismo año, cayó en combate, tratando de proteger la vida del Comandante Ernesto Che Guevara.

José María Martínez Tamayo (Papi) unió su nombre a la historia revolucionaria del pueblo cubano, al igual que Frank País, Raúl Pujol y René Ramos Latour (Comandante Daniel) murieron un 30 de julio. Por eso recibe también, en esta fecha el recuerdo agradecido de su pueblo.