Eliades Ochoa se reencontró el pasado domingo con su pueblo, cientos de personas acudieron al llamado de más de una hora con un repertorio que compartió con un público conocedor y amante del trabajo del bardo.

Eliades vio a su gente disfrutar ante la amenaza de una lluvia que no llegó, para suerte nuestra. La dirección de Cultura de Songo-La Maya, especialmente Yaritza Hardy y el proyecto JC volvieron a situar lo cubano en un primerísimo plano. Eliades como protagonista de estos campos, que viene de disfrutar el documental con su historia dirigido por la norteamericana Cynthia Biestek, una película que incluye a Benicio del Toro o Juan de Marcos González.

Minutos antes del concierto tuvimos la suerte de entregarle el libro "Como Cuba puso a bailar el mundo", de Juan Carlos Roque García, un compendio de entrevistas y comentarios que incluye la presentación del Buena Vista Social Club en la Casa Blanca y los diálogos con todos los protagonistas de aquel proyecto que en 1996 le dio la vuelta al planeta. "Se soltó el Guajiro", es el título de la entrevista a Eliades.

El cantor, con su sombrero negro y la risa pícara miró feliz el texto donde él mismo cita su apego a lo más tradicional creado en la isla de la música.

Un Eliades emocionado habló de amigos suyos, de su tierra, de la muerte: ¨No se le puede echar de menos a una gente que sembró tanto amor. Es obligado tener a Compay Segundo, es que viene en sus canciones, El Chan Chan, Saludo Compay. Todas esas canciones que cantábamos a dúo, para mí fue como un padre, llegamos a tener una familiaridad muy profunda, él está en nuestro pensamiento siempre.

Eliades Ochoa decidió que el día de su muerte ser sepultado en Alto Songo, es un tema de escalofrío, sin embargo el cantor lo asume con humor: ¨Yo siempre digo que hay que morirse, lo que no me gusta es el tiempo que vamos a estar muertos. A lo mejor el día de mi muerte se me sube el valor y le digo; dime ¿Qué te pasa?, a lo mejor tengo que decirle a mi esposa que me de diazepam hasta el último minuto".

Lo dijo en medio de la risa, Eliades Ochoa no es fumador como Compay y sostiene un ritmo de mucho trabajo como su colega Omara Portuondo. Ellos dos han sobrevivido a lo que fuera aquel proyecto empujado por Wim Wender y Juan de Marcos González. Eliades, sigue, indudablemente siendo un guajiro.

"Yo soy de la loma de la avispa, Songo-La Maya. Cuando dije que quería hacer mi bóveda aquí hubo gente que decía que tenía que ser donde estaban Ñico Saquito, Compay… que a lo mejor en un futuro lejano, cuando yo faltara físicamente, los turistas querían ir y yo les dije que si querían ir que vengan a Songo, que si está lloviendo, mejor y los convencí, y me dieron el espacio, les dije a los trabajadores del cementerio que pusieran un sombrero negro, una guitarra y el epitafio que dice: ¨Estoy como nunca¨.

Ya el Buena vista Social Club tiene más de 20 años, Eliades está reprogramando su trabajo, ya está con su grupo, sigue bajo la bandera de la Egrem en este minuto anuncia muchos conciertos para ver a la gente, estar en vivo con el Patria en su patria. Esta vez fue en Songo-La Maya, su lugar de origen, un sitio que le acogió por más de una hora en una sucesión de títulos coreados por la multitud.