Agustín
Desde niño siempre soñó con jugar en el parque de la barriada del Cerro y nunca olvidará la fría noche del mes de diciembre de 1955, cuando sin cumplir los diez años visitó por primera vez el Coloso del Cerro, actual Estadio Latinoamericano y quedó impactado por todo lo que allí vio. Al día siguiente, los condiscípulos conocieron con lujos de detalles las vivencias del pequeño y tal idea llegó a convertirse en una constante a lo largo de la niñez.