Rafael Moracen Limonta

Rafael Moracén
Foto
14 y Medio
Quitafusil, Humberto
Nacimiento:  
5
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2
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1939
Fallecimiento:  
25
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3
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2022

Rafael Moracén, General de División de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, combatiente del Ejército Rebelde y Héroe de la República de Cuba.

Siendo muy joven se incorporó a las fuerzas del III Frente Oriental bajo el mando de Juan Almeida. Al producirse el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959 entró en La Habana como integrante de la Caravana de la Libertad y fue destacado en el campamento de Managua.

Recibió varios cursos de preparación militar y superación cultural y en 1965 partió hacia la República del Congo en misión internacionalista con el objetivo de asesorar a los guerrilleros del MPLA que combatían el colonialismo portugués en Angola. En 1973 cumplió misión en Siria como jefe de un batallón de tanques.

Al independizarse Angola del dominio colonial portugués la jefatura de las FAR lo designó para asesorar al Batallón Presidencial, una unidad de élite de las FAPLA, encargada de la seguridad del presidente Agostinho Neto. Su intervención resultaría decisiva en el aplastamiento de los elementos fraccionalistas durante el alzamiento del 27 de mayo de 1977, al acudir primero en apoyo del Palacio Presidencial y retomar después la Radio Nacional de Angola.

En sus últimos años de vida Moracén fue miembro de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, integrante del Ejecutivo y Jefe de la Secretaría de Relaciones Internacionales.

Nació en la finca San Quirino, barrio Santa Filomena, término municipal de Palma Soriano, en la provincia de Santiago de Cuba. Su padre era campesino y la madre trabajó como criada en casa de una familia rica en Santiago de Cuba.

Trabajo en el campo desde joven y al cumplir catorce años se fue a vivir a Santiago de Cuba y se ganándose la vida como limpiabotas, vendedor de maní y otros empleos informales. Dos años más tarde, volvió a las tareas agrícolas como cortador de caña, productor de carbón, obrero agrícola y criador de animales.

Su destino, sin imaginarlo, tendría otros horizontes desde aquel día, en que con apenas 13 años, conoció de los hechos del Moncada. Primero el deslumbramiento por los héroes, y luego los fustazos del guardia que lo reprimió por ir a buscar en esos días uno de los cupones por juguetes que como dádiva enviaba la mujer de Batista al cuartel, establecerían los caminos paralelos de su suerte. “No era muy difícil reconocer para un niño de qué lado estaba la razón y la verdad. Desde entonces le hago repulsión al color amarillo –por ser el matiz del uniforme de los guardias de la dictadura batistiana”.

Era un simple limpiabotas cuando decidió partir hacia la Sierra Maestra. “Era febrero del 57, y yo no conocía más que Palma Soriano. Entré por las Minas de Buecito, y en el corazón de la Sierra tenía miedo a decir que me iba a alzar. Los campesinos pensaban que me iba a alzar, y me decían que Fidel por ahí no estaba. Vendí un reloj y fui a picar caña en un central que se llamaba Maceo, pero no daba la talla, porque no cumplía las normas. Me dijeron que cogiera el dinero, pero que yo no daba resultado.

“Algunos amiguitos míos sabían que yo me iba pa la Sierra. Pero regresé pa la finca donde yo nací a hacer carbón. Después, en el 58, me fui para el Tercer Frente con Almeida, pero yo estaba de escopetero. Los que tenían buenas armas se iban a hacer emboscadas, pero con aquella escopetica que tenía no se podía. Yo pedí ir a desarmar a un guardia, y di como argumento que yo conocía gente en Santiago de Cuba del Movimiento. Me fui pa San Luis y la Jefa del Movimiento 26 de Julio me dijo que nos iba a proteger, y nos daba a un hijo de ella y que fuéramos a un cabaré y cogiéramos los guardias entre dos. El compañero que me acompañaba me dijo que se iba. Obstinado, me fui pa un cuartel. Vi a un guardia y lo presioné pa que me diera el fusil y me fui pa la Sierra, de ahí me viene el sobrenombre de Quitafusil”, confesó.

Después le dijo a Almeida que lo autorizara a desarmar a otro guardia, y así lo hizo, en un central que se llamaba Santa Ana. “Luego Almeida me dijo que no podía salir más, porque me estarían esperando para matarme”.

Participó en la toma de Cueto, San Luis y Palma Soriano y en los intentos por tomar Dos Palmas. También lo mandaron a cumplir misiones de desarme de soldados en la ciudad de Santiago de Cuba, San Luis y el Central Santana, hoy Chile.

Al triunfo de la Revolución, Rafael Moracén era soldado, un soldado que no sabía escribir su nombre. “Yo era un analfabeto, a tal punto, que todo lo que Fidel decía yo lo veía bonito, pero yo no lo entendía. Cuando él dijo que esta vez sí iban a entrar los mambises a Santiago, yo no lo comprendí, porque ni tan siquiera entendía a qué realidad histórica esta haciendo alusión”.

El 1 de enero de 1959 formó parte de las columnas rebeldes que entraron en Santiago de Cuba y posteriormente viajo hacia La Habana como integrante de la Caravana de la Libertad que encabezaba Fidel Castro. Destacado en el campamento de Managua, lo ascendieron a segundo teniente. A los pocos meses lo nombraron jefe de un pelotón de tanques.

Misiones internacionalistas
Congo Brazzaville

Desempeño diversos cargos en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, después vendrían otras misiones para este hombre sencillo y de corazón noble y valiente. Fue en 1965 que partió a cumplir una misión internacionalista en el Congo Brazzaville para apoyar al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA).

“En el 65 salimos en el barco Uvero, el más grande que teníamos en aquella época, y se decía que íbamos a Argelia. Fuimos a parar a Guinea Conakry, y ahí cogimos aviones clandestinamente, hasta llegar al Congo, y entonces nos entregaron a los angolanos.

“En julio del 66 había una tropa cubana en el Congo, cuando intentaron dar un golpe de Estado. Y como decían que tenía experiencia me mandaron a buscar y fui de jefe de una parte de la tropa cubana, y participé en impedir que se diera un golpe de Estado en el Congo. Fue un pasaje de experiencia para mí y de respeto para las tropas de nuestro país. Al final todo se resolvió sin muertos ni heridos. Felizmente el problema se resolvió”.

Al llegar le explicaron la necesidad de hacerse de documentación angolana para sus movimientos en Brazzaville y el pase de la frontera por la provincia de Cabinda. Le legalizaron con el nombre de Humberto, a los cuatro días fueron para Dolisi, pueblo cercano a la frontera con Angola, donde el MPLA contaba con un Centro de Instrucción Revolucionaria y grandes almacenes de armas, municiones y alimentos. También radicaba en el lugar la jefatura de la segunda región.

Como asesor de la guerrilla del MPLA combatió con el ejército colonial portugués, enseñó a los insurgentes del MPLA arme y desarme, táctica irregular y especialmente a poner emboscadas. Al año la dirección del MPLA decidió reforzar la lucha en el norte, en la llamada Primera Región y decidió llevar a Brazzaville a guerrilleros para que se prepararan. Los dividieron en tres grupos: Camilo Cienfuegos, Comandante Cami y Bomboco.

En julio de 1966, cuando Moracén se encontraba en Kimongo preparando una columna que iba a reforzar la primera región le mandaron una orden de que se presentara inmediatamente en Brazzaville. Al llegar, Jorge Risquet Valdés y el Comandante Rolando Kindelán le informaron que se había producido un intento de golpe de Estado en el país y la mayor parte de los gobernantes estaban refugiados en el campamento de los cubanos.

El ejército y la gendarmería tenían tomada Brazzaville y Los jefes leales de la Seguridad y del Ejército estaban presos. Le ordenaron entonces defender una intersección por donde pasaban todos los camiones de soldados armados, de un lugar para otro, en posición ofensiva con instrucciones de no disparar si no los agredían. Finalmente las autoridades congoleñas pudieron dominar la situación y todo volvió a la normalidad.

Del Congo siguió para Angola, a formar a las fuerzas del MAPLA. “Con la experiencia que tenía de la lucha guerrillera nuestra, yo criticaba la actuación de los de allá, que antes de llegar el ejército tiraban tiros y se retiraban. Yo tenía la concepción que nos enseñó Fidel. Acá le quitamos las armas al enemigo para armarnos nosotros. Eso venía desde la guerra de independencia. Tenía la idea de que para decir que habíamos combatido teníamos que causarle bajas al enemigo. Pero como ellos tenían almacenes para armar alrededor de 3 mil o 4 mil hombres, no les parecía importante quitarle el arma al enemigo. Pero cuando hicimos una emboscada, le causamos bajas y recuperamos las armas”.

Durante su presencia en la guerrilla del MPLA en Cabinda enfermó de paludismo y el propio Agostinho Neto – máximo líder del MPLA y futuro primer presidente de Angola - le trató como médico.

Siria
En julio de 1967 regresó a Cuba. Durante los años de 1968 a 1970 cursó la Academia Superior de las FAR General Máximo Gómez. Ocupó distintas posiciones en la cadena de mando hasta que en 1973 volvió a salir en misión internacionalista a la República Popular Siria como jefe del Primer Batallón de Tanques. La misión resultó exitosa por el buen comportamiento y actitud ante los sirios y otros países árabes que luchaban contra el Sionismo.

“Cuando Fidel tomó la decisión de que fuéramos para allá, enseguida me uní. Y nuestros combatientes dieron muestras de disciplina, de organización… como igualmente los sirios me dieron muy buena impresión”, aseguró.

Permaneció un año y cuatro meses. En febrero de 1975 regresó a Cuba a bordo del buque Rossia. Al llegar al puerto del Mariel, el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl Castro Ruz le dio la bienvenida. Luego se reunió con el Fidel Castro en La Cabaña.

Operación Carlota
En la primera quincena de noviembre de 1975 fue citado al Estado Mayor General donde se le comunicó que iría para Cabinda, como jefe de una compañía de tanques. Participó en varios combates hasta que el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias le informó que se iba a crear una unidad subordinada al presidente de Angola, Agostinho Neto y que estaría bajo su responsabilidad.

Comenzó a trabajar en la formación del Batallón Presidencial y a organizar la seguridad del Presidente Neto.

El 27 de mayo de 1975 elementos ultraizquierdistas dirigidos por Nito Alves y Ze Van Dunen, apoyados por fuerzas de las FAPLA intentaron derrocar al presidente Neto. A las 04:00 am tomaron la cárcel y soltaron a todos los presos; se apoderaron de la Radio Nacional de Angola y empezaron a manifestarse en grupos por las calles. Los principales jefes de las FAPLA fueron a la Novena Brigada de Luanda a buscar refuerzos. A medida que llegaban, los metían presos. A otros militares y funcionarios los detuvieron en sus casas.

Con sus fuerzas Moracén avanzó sobre el Palacio Presidencial en apoyo del presidente Neto. Como no sabía quiénes estaban en la conspiración, al entrar en la capital dejo en la reserva la compañía de tanques en el barrio de Zambizanga. Ya en Palacio le llamaron de parte de Neto que fuera a retomar la Radio Nacional, que se encontraba en manos de los golpistas.

Se trasladó a la Radio Nacional en varios camiones y VTR. En las afueras de la emisora se enfrentan con los soldados golpistas que custodiaban la instalación con vehículos BRDM – 2 y toman la emisora. Pidió apoyo a Abelardo Colomé Ibarra – que era el jefe de la Misión Militar Cubana – y le solicitó que le enviara una compañía de tanques para levantar el cerco que le presidente habían tendido los golpistas. Durante el tiempo que estuvo en la emisora esta no dejo de transmitir en apoyo al Neto. Luego, en apoyo de otros combatientes participó en la recuperación de la Novena Brigada de las FAPLA y de la cárcel.

Moracén se mantuvo al frente de la seguridad del presidente Agostinho Neto hasta la muerte de este ocurrida el 10 de septiembre de 1979. Luego continuó con la misma misión con el presidente José Eduardo dos Santos hasta 1982, cuando regresó para Cuba.

En Cuba
En 1987 se graduó de Licenciado en Ciencias Sociales y en 1995 volvió a Angola como Agregado Militar, Naval y Aéreo. Cargo que desempeño hasta enero de 1998.

Miembro de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, ha sido por años integrante del Ejecutivo y Jefe de la Secretaría de Relaciones Internacionales.


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